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El futuro de las relaciones entre el Gobierno y Junts, clave para la estabilidad de la legislatura española, se pone en juego en la reunión ... que el Consejo de Asuntos Generales de la Unión Europea celebrará el martes que viene. En el orden del día, bajo la presidencia de turno de Polonia, figura la petición del Gobierno español de que el catalán, el euskera y el gallego sean reconocidas como lenguas oficiales de la UE.
Hace un año, en marzo de 2024, los 27 ya abordaron esta cuestión en una discusión que apenas duró 10 minutos y en la que solo intervino España. El asunto llegó a la cumbre de los ministros europeos como tema de debate. El martes, en cambio, lo hará ya como propuesta «para adopción», según fuentes de Exteriores, lo que ya implica un avance en las posiciones y la perspectiva de que podría tomarse alguna decisión. Para que salga adelante, en cualquier caso, hace falta la unanimidad sin que ninguno de los Estados vete la iniciativa española, que fuentes del Gobierno señalan que están llevando con «absoluta discreción» dada la «complejidad» del asunto. Suecia, Finlandia o Lituania han mostrado más que dudas y hasta la fecha se han opuesto a la propuesta española.
Moncloa se muestra «optimista» ante la posibilidad de llegar a un acuerdo, aunque admite que no lo tiene aún «amarrado», según apuntaban este viernes fuentes gubernamentales. Estas fuentes admitieron la implicación personal del presidente Pedro Sánchez, que ha aprovechado su presencia en cumbres europeas para defender la oficialidad del catalán, gallego y euskera ante sus homólogos comunitarios. En el Ejecutivo señalan que este puede ser considerado por los demás Estados uno de los «temas menores» que pueden utilizar para negociar otros asuntos bilatelares con España.
El reconocimiento de la oficialidad del catalan en la UE es todo lo contrario a un tema menor para Junts, que lo puso ya sobre la mesa para votar a favor de la investidura de Francina Armengol como presidenta del Congreso. Y que en estos momentos es decisivo para que los de Puigdemont sigan apoyando al Gobierno en lo que queda de mandato.
Semanas atrás, el secretario general de Junts, Jordi Turull, se mostró públicamente optimista de cara a la reunión de este próximo martes, en línea con el sentir que transmite ahora La Moncloa. Habló de que la reivindicación catalana se encontraba en su «tramo final». En estos momentos, la dirección postconvergente trata de no hacer diagnósticos y se presenta más bien «expectante» ante la resolución de una reclamación que lleva meses marcando las relaciones con los socialistas.
Los junteros no aclaran qué pasará si los Estados de la UE no son capaces de alcanzar una posición unánime, que es la única manera de que la petición de oficialidad del catalán, gallego y euskera prospere. Fuentes del partido evitan valorar si consideran que esta vez el presidente del Gobierno está poniendo toda la carne en el asador como reclamaron los de Puigdemont tras su último ultimátum. El expresident ha valorado públicamente estos últimos meses la labora desplegada por el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, pero ha insistido en pedir la implicación en primera persona de Pedro Sánchez para desencallar el asunto al máximo nivel.
En marzo, después de renunciar a la petición de que Pedro Sánchez se sometiera a una moción de confianza, Junts afirmó que estaba dispuesto a dar una prórroga al Gobierno, con el fin de que algunos de los acuerdos de investidura pendientes, como la cuestión del catalán o la aplicación de la ley de amnistía, avanzaran.
Semanas atrás, Junts reiteró ese ultimátum y situó a finales de mayo la fecha límite para que estas dos carpetas comiencen a dar frutos. Sobre el catalán, hace apenas 15 días, Turull afirmó que, a su juicio, «la cosa evolucionaba positivamente». Pero al mismo tiempo fue prudente, al constatar que hay «otros que aprietan para que vaya mal». Y es que la pugna PSOE-PP se libra también en los pasillos de Bruselas.
Los populares aprovecharon este viernes el asunto para arremeter contra Sánchez. Según subrayaron, el presidente del Gobierno está «trasladando» a la UE «sus propios problemas nacionales» y «los chantajes a los que le someten los separatistas». «Es muy preocupante que Sánchez esté chantajeando a nuestros socios para poder cumplir con un fugado de la justicia como es Puigdemont», afirmo Ester Muñoz, vicesecretaria de Educación del partido.
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