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El PP vasco ha emprendido una estrategia para internacionalizar lo que entiende como un déficit de inversiones en Euskadi. Su presidente, Carlos Iturgaiz, se ha desplazado este martes hasta la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo para reunirse con la delegación española del Partido Popular Europeo y presentar allí un «plan de impulso» que sirva para acelerar proyectos clave para el País Vasco como el Tren de Alta Velocidad (TAV), los fondos europeos y la política pesquera. Parcelas todas ellas en las que el dirigente conservador percibe el «fracaso» de la gestión del PNV «por incapacidad propia y por hacer seguidismo de su socio, Pedro Sánchez».
El presidente de los populares vascos se ha reunido junto a la portavoz de su formación en la Eurocámara, Dolors Montserrat. A ella y a sus compañeros de bancada les ha pedido que en las distintas comisiones donde participen impulsen «aquello que necesitamos los vascos y que el PNV es incapaz de promover». Especial énfasis ha puesto en el TAV, que acumula nuevos retrasos. «Está en vía muerta y mucho nos tememos que seremos de los últimos en poder disfrutar de este avance ferroviario», ha expresado. Por ello ha urgido «una apuesta europea clara para que el País Vasco se apresure a propiciar un enlace entre la Península Ibérica y el resto de Europa».
Iturgaiz también ha mostrado su preocupación por la «incertidumbre» sobre la llegada de los fondos europeos. Unas incógnitas que deben «desaparecer», ha dicho en un mensaje dirigido al Gobierno central. «El socio del PNV, el señor Sánchez, debe cesar en su paralización y utilización como chantaje político. Las pequeñas y medianas empresas y los autónomos siguen sin obtener esos beneficios», ha lamentado. Una sensación que también ha extendido al sector pesquero vasco, donde denuncia «una situación crítica» debida a «las malas negociaciones» del Gobierno central ante las restricciones que Bruselas busca aplicar a la pesca de fondo: «Implicará graves repercusiones para nuestra flota».
Por último, el presidente del PP vasco y europarlamentario entre 2004 y 2019 ha llevado hasta Estrasburgo la «falta de libertades» en Euskadi, en referencia a los episodios de acoso y agresión por motivos ideológicos. El País Vasco, ha dicho, debe ser «un espacio de convivencia en el que desaparezcan el totalitarismo y los guetos radicales que nos transportan a los peores momentos de la historia de nuestro continente». Además, ha reivindicado la UE como «mejor antídoto» frente a los nacionalismos. «Resulta incompatible ser vasco y europeo sin ser español. Esa ecuación nacionalista de rechazo y de ataque a España significa ruptura, división y exclusión», ha concluido.
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