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Homenajes insultantes

Homenajes insultantes

Actos como el de Andoain en honor a dos etarras es repetir la humillación a las víctimas

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Jueves, 22 de febrero 2018, 00:49

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Hoy el Parlamento vasco recordará a dos diputados socialistas asesinados por ETA y los Comandos Anticapitalistas, Fernando Buesa y Enrique Casas. Tendrán una mención respetuosa. Un minuto de silencio. Y, a partir de ahí, el debate sobre los homenajes rendidos a los miembros de la banda terrorista (70 en un año según ha contabilizado Covite) volverá a dividir a sus señorías. Si el PSE no se esfuerza en ser más directo en su rechazo a los actos con todos los honores que se brindan a los etarras que van saliendo de la cárcel, orgullosos de su trayectoria, se visualizará el disenso en la Cámara. Porque los partidos que censuran este tipo de actos a los excarcelados de ETA no son capaces de dar una respuesta unitaria.

Años más tarde del asesinato de Fernando Buesa junto a su escolta Jorge Díez, su viuda Nati Rodríguez, no pudo ser más clara en su reclamación: «que dejen las armas y se arrepientan». Dejaron las armas. Pero no se han arrepentido. La celebración de los homenajes son la muestra de esa actitud aferrada al pasado. El recibimiento en Andoain a dos excarcelados de ETA tuvo tanta repercusión, porque seis dirigentes del PP les plantaron cara, que algunos simpatizantes de esa causa necesitaron contar un cuento. Total, que no existió tal homenaje. Si no hubo anagrama de ETA ni gritos de ensalzamiento a la violencia (faltaría más). Tan solo unos interesados en vivir instalados en el enfrentamiento (en referencia al PP, el partido que junto a los socialistas ha tenido que enterrar a más compañeros y amigos asesinados) que les hicieron «escrache» (¿un escrache de 6 personas a 200?).

Así se escribe, luego, la historia. Pero un recibimiento con aplausos, pancarta y aurresku es lo más parecido a un acto de reconocimiento. Y considerar héroes a unos chivatos de ETA es repetir la humillación de sus víctimas prolongando el sufrimiento de sus familias. Homenajear a quienes contribuyeron al asesinato de Joseba Pagazaurtundúa es un ensalzamiento de la violencia. Así de claro lo vieron los concejales socialistas de Andoain que presentaron una moción urgente para que el ayuntamiento condene «el acto de ensalzamiento a los dos miembros de ETA, Iñaki Igerategi e Ignacio Otaño». Fin de la cita.

El debate en el Parlamento, hoy, irá por otros derroteros. El lehendakari Urkullu ya fue claro hace días en su rechazo. No así el del PNV, que prefirió arremeter contra el PP acusándolo de aprovecharse de sus muertos. Hoy todos los grupos llegan al Parlamento con sus textos. La proposición no de ley del PP (enmendada por los demás) pide que se rechacen los homenajes a quienes han pertenecido a ETA. Con la misma contundencia que la expresada por el Parlamento navarro, hace dos meses, de la que tan solo se desmarcó EH Bildu.

La enmienda del PNV y PSE habla de reinserción y convivencia, reparación y justicia, vulneración de derechos humanos, agravios sufridos y la necesidad de evitar «la humillación y revictimación». No se sabe a quién se refieren. No se menciona a ETA. Tampoco a los homenajes. Emplazan a debatir estas cuestiones en la Ponencia de Memoria. Y aquí paz y después gloria. Mucho más claro Podemos al referirse al respeto debido a las víctimas de ETA. Y EH Bildu, a lo suyo: libertad de expresión y que desaparezcan los delitos de enaltecimiento y apología del Código Penal. Una situación deplorable si no la remedian.

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