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Un anciano herido y cargas policiales en una tensa jornada en Mondragón
Un centenar de ertzainas velaron por la seguridad en la localidad guipuzcoana, donde hubo insultos, botellazos y petardos
Las concentraciones de Vox y de los autodenominados grupos antifascistas en Mondragón se saldaron ayer con un anciano de 81 años herido, que tuvo que ... ser trasladado en ambulancia al hospital por lesiones en la cabeza. El hombre paseaba por el centro de la localidad guipuzcoana cuando fue arrollado por un grupo de jóvenes que escapaba de la Ertzaintza, después de que los agentes avanzasen para dispersar a los radicales que estaban increpando a apenas unos metros de distancia a los simpatizantes de la formación de extrema derecha que se subían al autobús una vez concluida su manifestación.
En Mondragón se mascaba la tensión. La localidad guipuzcoana fue el escenario de varias concentraciones. Insultos cruzados, petardos, piedras y botellazos en medio de un gran dispositivo policial, con cerca de un centenar de ertzainas de Brigada Móvil desplegados en el municipio. La peor parte de los incidentes se la llevó el anciano. Por un lado, se reunieron simpatizantes de la red Sare y de grupos autodenominados antifascistas para protestar contra las «leyes de excepción» en solidaridad con el etarra Henri Parot, al que se le imputan 39 asesinatos. A unos 400 metros, en el centro del pueblo, la cúpula y tres decenas de miembros de Vox acudieron a la concentración convocada por el colectivo Voces contra el Terrorismo, en medio de un gran despliegue policial.
La Ertzaintza desplegó una docena de furgonetas antidisturbios. Entre la concentración de Sare, los antifascistas y el acto de Vox se necesitó de un despliegue extraordinario, que obligó a recurrir a unos 60 agentes que estaban de libranza. Todo discurrió con más tranquilidad de la que se esperaba. Pero también se produjeron incidentes. La Policía vasca realizó algunas cargas para evitar altercados entre los simpatizantes de Vox y la extrema izquierda. De hecho, los agentes lanzaron varios cartuchos de foam, el nuevo material antidisturbios.
Los actos políticos comenzaron sobre las diez y media junto al pabellón en el que el funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara estuvo secuestrado por ETA 532 días a mediados de los noventa. PP y Vox organizaron estos actos en repulsa por la marcha inicialmente convocada en homenaje a Henri Parot.
Banderas y megáfonos
Los simpatizantes de Vox, con Santiago Abascal a la cabeza, se concentraron fuertemente protegidos por un gran despliegue policial. Llegaron con banderas y megáfonos. La plaza estaba acordonada y nadie se podía acercar hasta allí. Pero en las inmediaciones empezaron a agruparse numerosas personas, que no dejaban de increpar a los miembros de la formación de extrema derecha, mientras estos también les insultaban. Los incidentes no empezaron hasta las once y media de la mañana. Los insultos y provocaciones fueron constantes. Pero los momentos de más tensión se vivieron poco antes de las dos del mediodía, cuando los autobuses de Vox abandonaron la localidad guipuzcoana.
Fue entonces cuando algunos radicales empezaron a lanzar piedras. En ese momento, la Ertzaintza realizó una carga para proteger la salida de los simpatizantes de Vox. Un individuo también fue sancionado por una infracción de la ley de seguridad ciudadana.
Sare pide «no sucumbir a los intereses» de quienes no quieren avanzar en las políticas penitenciarias
La red ciudadana Sare de apoyo a los presos de ETA ha pedido «no sucumbir a los intereses» de quienes no quieren avanzar en las políticas penitenciarias. «En estos momentos hay unos 15 presos condenados bajo la aplicación de esta legislación y unos 60 juzgados bajo la misma», ha afirmado.
Por otro lado, ha criticado las «vulneraciones» de derechos que se puedan dar en este sentido y ha reprobado la «campaña de desprestigio» a la que, según ha señalado, se han visto sometidos. Por último, han hecho un llamamiento a agentes políticos y sociales a «no sucumbir a los intereses de quienes no quieren permitir un avance en el derecho y las políticas penitenciarias». «Los derechos humanos nos competen a todos y no se pueden aplicar de manera sesgada. Seguiremos trabajando y denunciando estas circunstancias, del mismo modo que lo haremos el 23 de octubre en la manifestación de San Sebastián», ha afirmado.
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