El hijo de 'Anboto' y 'Antza', símbolo de una ruptura generacional

La primera vez que se pudo ver la vinculación de Peru Iparragirre con GKS fue en junio del año pasado. Fue uno de los jóvenes que compareció en formación en un anfiteatro de San Sebastián para retar a la izquierda abertzale tras una semana en la que ambas partes habían llegado a las manos en la Parte Vieja. Fue la evidencia de algo que venía larvándose desde hace tiempo. La ruptura juvenil entre los que se mantienen fieles al discurso histórico de la izquierda independentista y los que buscan implantar un modelo comunista puro. Una lucha por la hegemonía.

Desde entonces, ambas partes tratan de marcar distancias. Los dos grupos insisten en que no hay relación. Pero en privado muchos miembros de Sortu admiten los vínculos, las relaciones familiares y hasta ven como «normal» que una vez que EH Bildu ha abogado por la vía institucional «algunos jóvenes apuesten por otros caminos, ya pasó con el PNV y ETA». GKS ya tiene el apoyo de algunos presos de la banda terrorista y en sus manifestaciones se suelen escuchar gritos a favor de la amnistía.

Muchos militantes del denominado Movimiento Socialista compaginaron durante años una doble militancia, en Ernai -las juventudes de Sortu- y en Ikasle Abertzaleak. Y una vez que la formación liderada ahora por Arkaitz Rodríguez apostó de forma definitiva por las vías políticas y por 'normalizar' su situación, un sector se decantó por el grupo estudiantil, que se ha convertido en la gran cantera de GKS.

Y si hay un caso que evidencia de forma clara ese distanciamiento con el pasado es el de Iparragirre. En aquel acto de junio permaneció en un discreto segundo plano, pero su visibilización ha ido a más. A finales del año pasado apelaba en un escrito titulado 'Desde la oscuridad de este tiempo' a desarrollar el mensaje comunista. «Los tiempos oscuros son aquellos en los que apenas se puede imaginar un futuro: tiempos de derrota, de resignación», afirmaba Iparragirre, convertido en uno de los ideólogos culturales del Movimiento Socialista, estudiante de Filosofía y poeta.

En diciembre de 2018 recibió el premio de poesía Lauaxeta para menores de 35 años. El jurado le reconoció «la habilidad de decir las cosas de un modo tan bello como crudo». Una trayectoria literaria que comparte con su padre. El exdirigente de ETA tiene varias obras publicadas.

Iparragirre nació en 1996 en una clínica de Toulouse mientras sus padres ejercían de 'generales' de ETA. Según desveló en su momento 'Paris Match', en su partida de nacimiento aparecía el nombre real de su madre y una 'X' en la casilla correspondiente al padre. Mientras ellos se mantenían en la clandestinidad organizando comandos, el pequeño Peru fue acogido por una pareja libertaria que le cuidó durante varios años. Se trataba de Jean Marc Raynaud y Thyde Rosell, fundadores de una especie de comuna anarquista que en 2006 publicaron un libro titulado, 'Sí, nosotros alojamos a un terrorista de tres años' en el que relataban su historia.

Contaron que acogieron al menor en 2000 y que al cabo de unos meses comprendieron que «papá y mamá era más o menos de ETA y que si se habían dirigido a nosotros por su retoño fue porque se encontraban más bien en la agonía». Le enseñaron a leer, a escribir... y algo más. «Le transmitimos nuestros valores de libertad, igualdad, autogestión y ayuda mutua», afirmaban Raynaud y Rosell, que también subrayaban que «las ideas anarquistas no son conciliables con «las luchas de liberación nacional encaminadas a instaurar un nuevo Estado, con nuevos patronos y nuevos amos». En ese clima se crió el ahora referente de GKS.

Cuando 'Antza' y 'Anboto' fueron detenidos en octubre de 2004, Peru estaba con ellos. Los servicios sociales franceses dejaron al menor bajo custodia de su abuelo paterno: Rafael Albisu, uno de los primeros militantes de ETA, Peru es la tercera generación de una familia en lucha.

El pulso entre los dos movimientos sigue y no parece que vaya a ceder. Se volvió a escenificar de forma clara a finales de enero. La Koordinadora Sozialista reunió a cerca de 5.000 jóvenes en Bilbao y Pamplona. Dos manifestaciones que demostraron de forma perfecta qué es GKS. La práctica totalidad de los asistentes rondaban los veinte años; no se portaba ninguna ikurriña, solo banderas rojas. Su objetivo es derrotar al estado «burgués» y ahí incluyen a la izquierda abertzale y a sus dos principales marcas: EH Bildu y Sortu. Con altibajos, pero la guerra continúa. El grupo comunista sigue denunciando, por ejemplo, que la coalición soberanista le impone multas en los ayuntamientos que gobierna, que le impide colocar txosnas... Uno de los últimos choques se está produciendo en el barrio bilbaíno de Deusto.