Gure Esku eleva la presión sobre los partidos para retomar el debate soberanista

La presencia de los portavoces de Gure Esku, Amalur Alvarez y Josu Etxaburu, en el Parlamento no era casual. En apenas diez días está convocada la Vía Pirenaica, con la que se pretenden iluminar 400 cumbres y crear una línea de luz entre el cabo Higuer (Hondarribia) y el de Creus (Cadaqués). El acto tiene una carga simbólica y política importante por varios motivos.

Se trata del primer evento relevante que organiza Gure Esku tras la consulta que celebró en noviembre de 2018 en San Sebastián, la única que ha desarrollado en una capital. El objetivo es recuperar el impacto que tuvieron la cadena humana que realizó en 2014 y los actos que hizo al año siguiente en los principales campos de fútbol vascos.

Pero también es la primera convocatoria conjunta que se prepara con las organizaciones soberanistas catalanas. El objetivo es trasladar un mensaje unitario desde Euskadi y Cataluña, y meter presión al Gobierno. Aunque el debate ha permanecido aletargado durante bastante tiempo, Gure Esku cree que el horizonte que se abre a partir de ahora puede favorecer su impulso. Entre los elementos que juegan a su favor, sostienen, está el anuncio de la ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, de celebrar un segundo referéndum a corto plazo aunque no haya acuerdo con el Gobierno del Reino Unido.

La Vía Pirenaica quiere servir, además, como palanca para mover a los partidos y que recuperen el debate sobre el derecho a decidir. La ponencia de Autogobierno lleva en parada técnica desde la pasada legislatura y ni tan siquiera está claro si se va a discutir el texto consensuado por el PNV, PSE y Podemos o el borrador de EH Bildu. Lo que busca ahora Gure Esku es apretar el acelerador.

Alvarez y Etxaburu se reunieron con la presidenta del Parlamento, Bakartxo Tejeria, pero también de forma más discreta con los representantes del PNV, EH Bildu, PSE y Elkarrekin Podemos-IU. Y a todos les presentaron un listado de cuatro peticiones: que se abra «a más tardar el curso 2022-23 un debate para decidir nuestro futuro», que sea «transparente», que se acepte una consulta ciudadana y que se apueste por «convertir el derecho a decidir en ley». «Hay que asumir, regular y desarrollar la plena capacidad de celebrar referéndum», destacó la plataforma.

Las respuestas a esas reclamaciones fueron diferentes. EH Bildu mostró su respaldo explícito a la iniciativa de Gure Esku y, de hecho, llamó a participar el 2 de julio en la Vía Pirenaica, mientras que Elkarrekin Podemos-IU también se mostró favorable a impulsar el debate y defendió «el derecho de la ciudadanía a decidir sobre los temas que condicionan su vida, sea en materia sanitaria, laboral, medioambiental, y también, por supuesto, el marco jurídico».

Más cautela expresó el PNV. Hace solo unos meses, la presidenta del Bizkai buru batzar ya expresó de forma gráfica cuál es la posición del partido. «La política española no está para recibir con una mínima objetividad un asunto como este», afirmó Itxaso Atutxa. Y su respuesta tras la reunión con Gure Esku volvió a demostrar los equilibrios en los que se mueve la formación. Una breve nota en la que se comprometía, básicamente, a «analizar» la propuesta de la plataforma soberanista. El PSE optó por no hacer declaraciones mientras que el coordinador general de Ciudadanos Euskadi, José Manuel Gil, aseguró que «recibiendo a Gure Esku la presidenta del Parlamento abandona la neutralidad de la institución que representa».