Un grupo reducido, pero con apoyo juvenil y capacidad para lanzar un pulso a Sortu
Los disidentes de la izquierda abertzale que respaldan al preso de ETA Patxi Ruiz apuestan por la «confrontación con el enemigo»
david guadilla
Jueves, 21 de mayo 2020, 01:02
«Si piensan que mientras Patxi se muere nos vamos a quedar de brazos cruzados se equivocan, hacemos un nuevo llamamiento a la lucha». El ... mensaje lo lanzó el sábado el Movimiento pro Amnistía (ATA) después de una semana en la que ya habían aparecido pintadas en diferentes sedes de partidos y se había quemado un cajero. Después de ese anuncio, los ataques han continuado y la noche del martes se dio un salto cualitativo cuando las amenazas llegaron al portal de Idoia Mendia y Alfonso Gil.
Si se compara con los tiempos más duros de la kale borroka puede parecer anecdótico, pero certifican la existencia de un grupo incontrolado que durante los últimos años ha ido germinando con un discurso ortodoxo de izquierda revolucionaria con el que ha intentado atraer a los críticos con la decisión de ETA de abandonar las armas. De hecho, el Movimiento pro Amnistía amplifica las declaraciones de todas las organizaciones similares en una especie de 'Internacional disidente'. Ya sean de las FARC colombianas o en Irlanda. Cualquier grupo opuesto a los llamados procesos de paz acaba convertido en modelo a seguir. Uno de los últimos que ha mostrado su solidaridad con Ruiz ha sido el Partido Republicano Socialista Irlandés, brazo político del INLA, escisión del IRA.
En marzo de 2017, Jon Iurrebaso escribía un artículo con título nítido: «Ya no hay ETA pero hay ATA». El autor no era un desconocido. Fue uno de los representantes que envió la banda para negociar la tregua de 2006 con el Gobierno de Zapatero. Desde entonces se ha erigido en uno de los referentes intelectuales del colectivo.
Su implantación en los movimientos que orbitan alrededor de la izquierda abertzale es limitada. Su mayor objetivo ha sido penetrar en el colectivo de presos. Aunque con escaso éxito. Apenas media docena de ellos les han apoyado de forma pública, entre ellos Ruiz. En todo caso, para frenar su expansión Sortu se tuvo que emplear a fondo y echar mano de históricos referentes de la banda como Antton López 'Kubati', encargado desde hace tres años de convencer a los presos y sus familias de que les resultaba más conveniente mantenerse dentro de la doctrina oficial que irse con ATA.
«Diplomacia interna»
Controlado el 'frente de makos', donde los disidentes han conseguido penetrar con fuerza es en el movimiento juvenil. Ernai, las juventudes de Sortu, siguen fieles a la línea oficial. Pero ATA cuenta con el aval de Ikasle Abertzaleak, el movimiento estudiantil afín a la izquierda abertzale aunque nunca ha pertenecido a su estructura orgánica. La fractura es total. A finales del año pasado Ikasle entró en una sede de Sortu y les cambió la cerradura.
La tensión es máxima. El partido que controla EH Bildu lanzaba ayer un comunicado. Criticaba al Gobierno por su política penitenciaria y no había ninguna condena hacia los ataques a partidos y a Mendia. Pero sí un mensaje a ATA. «Sortu insta al entorno político de Patxi a hacer una lectura sincera de la situación y actuar con responsabilidad». De forma velada insinuaba que los disidentes pueden estar «empujando al preso a una situación sin salida». Hay quien en Sortu cree que ATA está buscando a su propio «mártir». De ahí que la izquierda abertzale haya activado su propia 'diplomacia' interna. ATA respondió ayer diciendo que Ruiz «defiende la confrontación con el enemigo». La guerra velada ahora se ha hecho pública.
Un etarra condenado por matar a un edil de UPN y que denunciaba una «caza de brujas»
Patxi Ruiz inició hace diez días una huelga de hambre y sed en la cárcel de Murcia I para denunciar las malas condiciones en las que, a su juicio, se encuentran los presos. Condenado por el asesinato del edil de UPN Tomás Caballero, hace unos años criticó la falta de democracia interna dentro del colectivo y denunció la existencia de una «caza de brujas». Fue expulsado de ETA en 2017.
Su protesta, por ahora, no está consiguiendo un gran apoyo entre el resto de reclusos, aunque algunos internos que no habían respaldado públicamente a ATA sí que están solidarizándose con él, lo que le puede generar un problema a Sortu. Casualidad o no, durante los últimos días han arreciado las dinámicas internas para que el Gobierno central dé una solución «global» a los presos de ETA. La izquierda abertzale ha puesto en marcha su maquinaria para intentar que la vía de agua no se convierta en una inundación.
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