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cristian reino
Sábado, 22 de diciembre 2018, 00:56
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El Gobierno catalán emitió ayer una valoración diametralmente opuesta sobre el resultado del encuentro del jueves entre Pedro Sánchez y Quim Torra, por una parte, y la celebración ayer del Consejo de Ministros en Barcelona. En el caso de la reunión entre presidentes, la consejera Elsa Artadi, hizo una lectura en positivo. No ocurrió lo mismo al interpretar el encuentro del Gabinete socialista en la sede de la Llotja.
El Govern fue muy crítico con la celebración del Consejo de Ministros en Barcelona. Tanto en la forma, pues considera que la fecha -un año despues de las elecciones autonómicas convocadas con el 155- y el lugar -el centro de Barcelona- eran inapropiados, como en el contenido, pues entendió que el resultado de los anuncios del Ejecutivo central fueron muy escasos. «Solo han sido medidas sectoriales y estéticas», dijo Artadi. Para todo ello, añadió, «no hacía falta venir a Barcelona», con el despliegue que implicó de medidas de seguridad.
El Ejecutivo catalán criticó el cambio de nombre del aeropuerto del Prat por el de Josep Tarradellas. Porque se trata, a su entender, de una decisión unilateral y porque el cambio importante en la terminal debería ser dar mayor participación en la gestión a la Generalitat. También cargó contra la decisión de reparar la figura de Lluís Companys. Artadi lo calificó de mero gesto político sin valor jurídico, pues no anula el juicio. El Estado debería condenar ese proceso y pedir perdón, remató. Sobre las medidas anunciadas en infraestructuras, Artadi las rebajó a «obras presupuestadas».
El Govern también valoró los graves disturbios que se produjeron en Barcelona con motivo de la celebración del Consejo de Ministros. Artadi trató de desvincular al independentismo de los actos de violencia y apuntó a que ayer pudo haber «infiltrados» en las algaradas de los CDR contra los Mossos. Una forma de dar a entender que quizá la propia Administración del Estado se había encargado de 'engordar' los altercados. El Ejecutivo catalán, eso sí, «condenó» los «episodios de violencia» vengan de donde vengan. La consejera de la Presidencia, además, a diferencia de lo que hicieron Torra y su consejero del Interior, no arremetió contra los Mossos. «Su actuación fue correcta», remató.
Sin embargo, la portavoz de la Generalitat reconoció que la cita entre Sánchez y Torra supuso un «paso adelante» en la consolidación de la relación bilateral entre ambos gabinetes para abordar la búsqueda de una solución al «conflicto». El independentismo considera que el texto acordado entre los dos gobiernos no es una mera declaración retórica. Admiten la relevancia del mismo, aunque Artadi insistió en que si La Moncloa y el Palau no son capaces de fijar un mecanismo para establecer un calendario de diálogo, la resolución pactada «no servirá de nada».
Sánchez y Torra sorprendieron el jueves pasado cuando, al final de su encuentro, ambos gobiernos consensuaron un texto político que reconoce la «existencia de un conflicto» en Cataluña, que «apuesta por un diálogo efectivo que vehicule una propuesta política que cuente con un amplio apoyo» y «avance en una respuesta democrática en el marco de la seguridad jurídica». Más aún cuando solo hace una semana Torra apostaba por la 'vía eslovena' y el PSOE amenazaba con el 155.
Fuentes del Gobierno señalaron que esta última referencia abre la puerta a que la Generalitat renuncie a la vía unilateral y hay quien incluso ha interpretado el texto como un compromiso del independentismo por respetar el marco jurídico actual. La Generalitat, en cualquier caso, evitó que la alusión al marco jurídico fuera explícita. Artadi, de hecho, insistió ayer que el secesionismo no descarta la vía unilateral. Eso sí, recalcó que, a día de hoy, y quizás ese fue uno de los puntos destacados de la reunión, la «vía prioritaria» es la del diálogo.
Esta nueva apuesta de Quim Torra satisface a sus socios de Esquerra, al PDeCAT, a JxCat y a Ómnium, pero incomoda a la ANC y a la CUP, que lo interpretan como el inicio de la marcha atrás. La ANC arremetió contra el presidente de la Generalitat y le acusó de pactar con Sánchez para desmovilizar al independentismo y lo hizo justo en la previa de las manifestaciones del 21-D.
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