Gobierno vasco y oposición mantienen la negociación del Presupuesto entre recelos mutuos

Lo único meridianamente claro por ahora es que el próximo 20 de diciembre el Parlamento vasco aprobará las Cuentas del año que viene, valoradas en 15.728 millones de euros. La mayoría absoluta de PNV y PSE-EE (39 de 75 escaños) garantiza su ratificación, pero el Ejecutivo de Imanol Pradales, como hacía Iñigo Urkullu, mantiene conversaciones con toda la oposición salvo Vox para tratar de recabar apoyos complementarios. El margen en estos casos siempre es reducido porque ni el Gobierno está dispuesto a hacer revoluciones por votos que no necesita ni el resto de formaciones van a dar su plácet a cambio de poca cosa.

Las negociaciones han tenido este miércoles su segunda cita en Lakua y el consejero de Hacienda y Finanzas, Noël d'Anjou, ha entregado a los tres grupos sendas contrapropuestas partiendo de los planteamientos que le presentaron en la primera reunión. En concreto, ha ofrecido trabajar en alrededor de 50 iniciativas a cada una de las formaciones y les ha dado de margen para analizarlas hasta este viernes. Hay que tener en cuenta que el jueves 28 se cierra el plazo para registrar enmiendas a la totalidad en el Parlamento y las incógnitas tienen que empezar a resolverse, por lo que en caso de que haya opciones de acuerdo hay que acelerar el ritmo.

D'Anjou, en declaraciones al término de los encuentros, ha reiterado su «voluntad real» de lograr entendimientos con la oposición, aunque ha llamado a dejar a un lado «recetas simplistas o mágicas». «Nosotros nos lo estamos tomando muy en serio y lo estamos demostrando», ha enfatizado el responsable de los números. Como gesto para tratar de exhibir esa actitud, el consejero ha adelantado que el año que viene la negociación de los Presupuestos de 2026 comenzará antes, en el momento en que se presenten las directrices, un trámite que el Gobierno vasco suele completar en julio. Esto es algo que había solicitado ya la oposición, específicamente EH Bildu.

Por ahora, la coalición abertzale sigue siendo el actor que más empeño está poniendo en alcanzar un pacto. En la primera reunión presentó una plataforma negociadora valorada en 350 millones de euros y en esta segunda, con la incorporación de Pello Otxandiano, se ha esforzado por mostrar un tono conciliador. El líder parlamentario de EH Bildu ha mostrado su disposición a una tercera cita y ha propuesto sacar de las negociaciones el debate de la reforma fiscal, un punto que contemplaba su propuesta. Eso sí, ha criticado la «improvisación y falta de coherencia» que a su modo de ver presenta el Ejecutivo.

El PP también da algo de alas a la negociación, pero pide mayor «concreción» en la contrapropuesta y un «giro» en los postulados del Gobierno vasco. Los populares mantienen su reclamación de invertir 177 millones de euros más en Salud y Seguridad porque son «prioridades absolutas». «Vamos a ser exigentes», ha insistido la portavoz, Laura Garrido. Por último, Sumar ha evidenciado que el margen de acuerdo es prácticamente nulo. «Hay muy pocas posibilidades», ha sintetizado su único parlamentario, Jon Hernández, que ha planteado cambios por valor de 755 millones, la propuesta más alta de todas pese a ser la formación con menor representación.