Así se gestó... y frustró la 'operación blanqueo' de Bildu
Aiete II ·
El PSE conocía la 'estrategia' de la izquierda abertzale para aprovechar el décimo aniversario del fin de la violencia de ETA para dar un gran paso en su «normalización» política.La frialdad del PNV y el vídeo de Otegi desvelado por EL CORREO lo cambiaron todo...david guadilla
Domingo, 24 de octubre 2021, 00:52
Nada salió como estaba previsto. Un fallo de cálculo y un vídeo inoportuno han convertido en un chasco lo que la izquierda abertzale y el ... Partido Socialista esperaban fuese un punto de inflexión. La 'Declaración del 18 de Octubre', leída el lunes por Arnaldo Otegi y Arkaitz Rodríguez, se había preparado con mimo. Los dirigentes de EH Bildu y Sortu estaban convencidos de que sería bien acogida. Que serviría para demostrar que en el décimo aniversario del fin del terrorismo ellos siguen dando pasos a favor de la convivencia y para mitigar las críticas que sabían que les iban a llover por no haber condenado la violencia de ETA. Pero el plan se torció al poco de arrancar.
La dirección de la izquierda abertzale llevaba tiempo debatiendo cómo responder a las exigencias para realizar más gestos hacia las víctimas de ETA. Es un tema que genera tensiones internas. En la agenda no está, al menos a corto plazo, ir hasta donde les piden las víctimas de ETA o la mayoría de los partidos. Pero se optó por una vía intermedia. Una declaración en la que se fuese un poco más allá en el arropamiento a las víctimas y a la que se le diese una importante carga simbólica. Se eligió Aiete y una comparecencia conjunta de Otegi y Rodríguez.
En Bildu son conscientes de la necesidad de dar pasos para ser concebidos como un partido más
La reflexión realizada por el coordinador general de Bildu era conocida por el PSE. Las líneas entre las dos formaciones se mantienen abiertas. La principal -aunque no la única- es la que tienen Otegi y Jesús Eguiguren. El expresidente del PSE se define a sí mismo como un político jubilado. En lo orgánico lo está, en lo práctico, no tanto. Otra pieza clave es Santos Cerdán, dirigente navarro, muñidor del acuerdo para que María Chivite sea presidenta con el apoyo de Bildu y actual secretario de Organización del PSOE. Esos hilos de comunicación permitieron a los socialistas estar al tanto de lo que iba a pasar y dieron el visto bueno. El análisis que se hizo es que se trataba de un paso inédito y positivo.
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Frente a la obsequiosidad, exigencia
¿Para qué? ¿A quién? Como reconoció Otegi en su intervención en una charla en Eibar ante decenas de militantes, desvelada en exclusiva por EL CORREO, el principal problema que tiene la izquierda abertzale sigue siendo el de los presos. Y para facilitar que puedan acceder a beneficios penitenciarios, rebajas de grado... es importante crear un «clima adecuado». La mejor forma de aclarar el cielo, se pensó, era que saliesen Otegi y Rodríguez.
A los socialistas, además, el gesto les facilitaba las cosas en el ámbito político. EH Bildu se ha convertido en un socio importante para Pedro Sánchez, pero la sombra de sus vínculos con ETA sigue condicionando la relación. En La Moncloa la idea de que los principales referentes de la izquierda abertzale iban a hacer una declaración conjunta reconociendo a las «víctimas de ETA», el «daño causado» y diciendo que éste «nunca debió producirse» fue acogida con satisfacción.
El PSOE, los ministros de Unidas Podemos y ERC salieron en tromba a ensalzar la declaración
Euforia inicial
A las 11.00 horas del lunes, Otegi y Rodríguez salían en Aiete y leían la 'Declaración del 18 de Octubre'. Las reacciones no se hicieron esperar. Las más entusiastas procedían de Unidas Podemos y de ERC. En el PSOE, su nuevo portavoz, Felipe Sicilia, hablaba de «punto de inflexión» y Patxi López lanzaba un guiño: «Cuando uno sabe lo que cuesta dar un paso en ese mundo valora positivamente ese reconocimiento que los demócratas llevan años reclamando». Varias víctimas del terrorismo, Maixabel Lasa por ejemplo, mostraban su alegría; Covite, aun exigiendo más, reconocía «pasos apreciables»...
Pero faltaba una respuesta: la del PNV. Los socialistas daban por descontado el rechazo del PP. Pero se pensaba que los de Andoni Ortuzar darían su OK. No fue así. Tampoco despreciaron el anuncio, pero rebajaron el entusiasmo y se mostraron incluso mucho más exigentes con la izquierda abertzale que los dirigentes del PSOE. La operación empezó a hacer aguas.
Los jeltzales, que siempre han avalado este tipo de actos, se han mostrado escépticos en esta ocasión
Los jeltzales siempre han avalado este tipo de escenificaciones. Apoyaron la Conferencia de Aiete en 2011, asistieron al acto de Cambo en 2018... ¿Qué ha cambiado? Que ahora EH Bildu es un competidor directo y el PNV empieza a ver algunos peligros en el horizonte. El principal, que se consolide el tripartito de izquierdas en Euskadi: una alianza entre el PSE, Bildu y Podemos. A corto plazo nadie lo ve. Pero lo que antes parecía imposible, ahora ya no es tan descartable. Y menos si los socialistas empiezan a reconocer los pasos dados por los de Otegi y los convierten en socios al mismo nivel que el PNV. Eguiguren afirmaba el miércoles en Radio Euskadi: «Hoy los socialistas no vemos a la izquierda abertzale como antes de dar este paso. Para nosotros es ya un partido más sin esas historias del pasado. Abre una nueva etapa».
La frialdad del PNV rebajó el impacto de la declaración, pero lo peor para sus promotores estaba por llegar. Otegi se fue a Eibar, reconoció que el texto de Aiete había tenido un componente táctico y que mantener a Sánchez en La Moncloa está vinculado de forma directa con los presos de ETA. El vídeo de la intervención fue retirado. Pero su contenido era conocido en las filas socialistas, al menos, a grandes rasgos.
A la mañana siguiente, el PSE celebra en Gernika un acto para recordar su papel en el fin del terrorismo. Está Zapatero. El expresidente se ha convertido en uno de los principales defensores de la declaración. La relación que mantiene con Otegi desde que a finales de 2018 se reunieron en Txillarre es más que cordial. Pero no todos lo ven tan claro. A Madrid también ha llegado el runrún de lo dicho por Otegi en la villa armera. Comparece la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, y rebaja el entusiasmo de forma notable asegurando que es «insuficiente» y que deberían pedir «perdón». En las filas del PSOE empiezan a intuir lo que puede pasar si el acto de Eibar sale a la luz. Y acaba saliendo.
Este movimiento ha elevado la tensión entre el PNV y el PSE, socios de coalición en Euskadi
Jarro de agua helada
Miércoles 20 de octubre. EL CORREO publica el vídeo de Otegi. Los socialistas tratan de capear el chaparrón, afirman que no hay negociación presos por Presupuestos y se lanzan contra el coordinador de Bildu. La izquierda abertzale también es consciente de que puede haber tormenta y prepara su respuesta para volver a despejar el cielo: otra declaración de Arkaitz Rodríguez.
El líder de Sortu comparece ese mismo día en San Sebastián y afirma que «decimos lo que decimos porque así lo sentimos y así lo pensamos» y se reafirma en las vías políticas. No sale solo. A su espalda, alrededor de 70 destacados e históricos miembros de la izquierda abertzale: entre ellos Rufi Etxeberria, Joseba Permach, David Pla -exjefe de ETA y uno de los encapuchados que leyó el comunicado del 20 de octubre de 2011-, Antton López, 'Kubati'; Rafa Díez, Juan Mari Olano, Itziar Aizpurua, Tasio Erkizia... Habla de «construir puentes», de que es un momento «crucial» para la convivencia... Intenta cerrar filas y reconstruir el clima del lunes.
Pero la 'Declaración del 18 de Octubre' queda herida 48 horas después de nacer. Eso sí, deja un primer efecto que, posiblemente, no estaba entre los esperados: tensionar la relación entre el PNV y el PSE. Los jeltzales consideran que sus socios de gobierno no han actuado con lealtad al no haberles informado de lo que iba a suceder. El malestar de los socialistas con los de Ortuzar no es menor. «Ya me hubiera gustado que el PNV se hubiese puesto tan firme y tan exquisito en épocas anteriores», afirma un alto cargo socialista.
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