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La escena duró apenas 7 minutos. Se produjo cuando Alberto Núñez Feijóo se bajó del coche que le trasladaba de Santander a Bilbao. Le esperaba ... en la acera, junto al Palacio Euskalduna, Javier de Andrés. Separados del resto de dirigentes del PP vasco que también formaban el comité de bienvenida, conversaron con gesto serio y, en algún momento, incluso con pequeños aspavientos. No era difícil imaginar que la charla versaba sobre el malestar que en buena parte de los populares vascos ha causado la actitud que Isabel Díaz Ayuso mantuvo el pasado viernes durante la Conferencia de Presidentes respecto al uso del euskera por parte del lehendakari.
Ese pequeño encuentro entre Feijóo y De Andrés tuvo su plasmación, minutos después, en las intervenciones que ambos realizaron durante el acto convocado por el PP en Bilbao dentro de la gira que su presidente está realizando como previa a su Congreso de julio. El primero en intervenir fue el líder vasco, que en un gesto inédito y repleto de simbolismo, comenzó su discurso en euskera... y en defensa del euskera. «Arratsalde on. Nik euskaraz gutxi hitz egiten dut, baina gustatzen zait erabiltzea balio haundia duelako guretzat....».
(«Buenas tardes. Yo hablo poco euskera, pero me gusta usarlo porque tiene un gran valor para nosotros. Las lenguas son para entendernos y una expresión de nuestra identidad. El euskera es una lengua de España y quiero que se entienda así. Son los independentistas los que quieren que el euskera no sea una lengua española. Por eso hoy te saludo en euskera, la lengua de todos los vascos y también de todos los españoles. Bienvenido, presidente Feijóo, y gracias.)
Sus palabras, preparadas a conciencia y ensayadas, fueron recibidas con aplausos por los 400 simpatizantes y afiliados populares reunidos en el Euskalduna. Es cierto que, minutos antes del inicio del encuentro, algunos dirigentes del partido en el País Vasco habían querido quitar hierro a la actitud de Ayuso. Siempre en privado, hablaban de «ayusada» y de que Pradales había exagerado su respuesta a la presidenta madrileña para buscar su propio rédito.
Pero, en general, en el PP vasco no ha gustado «en absoluto» la que «montó Ayuso para hacerse notar» y «dejar sin discurso» al resto de barones populares presentes en Barcelona. De ahí, de ese enfado de algunos líderes regionales, pudieron venir también las palabras de Feijóo cuando se subió al estrado. En un largo discurso repleto de aceradas críticas a Pedro Sánchez, coló varias referencias a la polémica del euskera que sonaron a digresiones tal vez improvisadas.
Por ejemplo, en un momento dado soltó un «eskerrik asko!», también aplaudido por los presentes, y posteriormente hizo referencia a su pasado como presidente de una «nacionalidad» como Galicia para añadir un par de reflexiones sobre esta polémica. «Saben perfectamente los idiomas que allí hablamos desde la cordialidad lingüística porque son una riqueza. Y las riquezas hay que preservarlas y nunca enfrentarlas», afirmó, para añadir acto seguido su apuesta por el «bilingüismo armónico».
Ya en clave más política, Feijóo apeló a los socialistas vascos a los que les «repugna» que «compañeros suyos» como Redondo Terreros o Eduardo Madina sean «insultados» por no hacer seguidismo del sanchismo. «¿No se les revuelven las tripas al ver su partido en manos de Bildu?», se preguntó.
Feijóo, De Andrés y Ayuso se verán hoy las caras en Madrid en la manifestación convocada por el PP para denunciar los «casos de corrupción» que rodean a Pedro Sánchez. Los populares quieren que sea un «grito atronador de decencia y libertad» desde la «concordia y sin enfrentamientos» que lleve al presidente del Gobierno a convocar elecciones. «El patrimonio de un político es su palabra», apuntó Feijóo.
Horas antes de su visita a Bilbao, tanto PSE como PNV habían cargado con dureza contra Ayuso por ausentarse de la Conferencia de Presidentes cuando el lehendakari intervino en euskera. El líder socialista, Eneko Andueza, la tildó de «provocadora y presidenta lamentable», mientras que el presidente del Bizkai buru batzar, Iñigo Ansola, calificó sus palabras como una «declaración de odio». «No escuchábamos algo parecido desde el franquismo», criticó.
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