Feijóo ata un congreso de paz interna que deja en el aire los pactos con Vox y Junts
El cónclave será una balsa de aceite para el líder del PP, que elude los debates espinososy los choques con Ayuso y el catalán Fernández,su barón más díscolo
Cuando Alberto Núñez Feijóo soltó la liebre hubo quién vio en el adelanto a julio del congreso nacional un despropósito con la corrupción acechando a ... Pedro Sánchez y a su entorno. «Sería pegarnos un tiro en el pie», advertía un dirigente autonómico, reacio a que el PP desviase el tiro del Gobierno y su desgaste. Pero el líder de la oposición justificó su decisión en las sospechas, confirmadas y aumentadas por el 'caso Cerdán', de que la vorágine judicial podía hacer temblar los cimientos del Ejecutivo y dejar la legislatura en el alambre. El partido debía estar engrasado y «todos listos en sus puestos» para lo que pudiese pasar a la vuelta del verano. Eso sí, sin reavivar por el camino viejas tensiones entre los distintos sectores del PP ni abrir tampoco nuevas heridas.
Bajo esa premisa, Feijóo encargó la elaboración de dos ponencias –que deberán votar los 3.264 compromisarios citados en el recinto ferial de Ifema del 4 al 6 de julio–. Una política, con el ideario con el que expresidente de la Xunta quiere llegar a la Moncloa y en la que ha orillado los debates que causan más fricción en sus filas, como el aborto, la eutanasia o la gestación subrogada; y otra estatutaria, en la que la discusión más sensible era la reforma del sistema de primarias y ante la que Isabel Díaz Ayuso había planteado objeciones.
Feijóo no ha escondido en estos años al frente del PP su deseo de modificar el modelo para volver a dar el poder a los compromisarios. Por el contrario, la presidenta madrileña es una firme defensora de las primarias puras, como también lo fueron sus antecesoras Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes, para que la voz de los afiliados sea decisiva en la elección del futuro candidato a liderar el partido. En cualquier caso, la sangre no llegará al río.
El líder nacional ha puesto sobre la mesa un sistema híbrido en el que los afiliados ya no votarán de forma directa, pero sí elegirán a los compromisarios y al candidato a presidir el PP en una lista cerrada para contentar a la dirigente madrileña, que amagó con plantear ajustes vía enmiendas aunque en el último momento evito el choque. «Por lealtad», apuntan en su entorno, conscientes de que no es el momento de tensiones internas con el PSOE implosionando. Los cambios, constatan en el PP de Madrid, serán concretados en el reglamento marco de congresos, para los que Ayuso «trabajará junto a la nueva dirección del partido», que salga del cónclave.
No habrá pelea tampoco sobre los futuros pactos a los que Feijóo pueda llegar, a partir de una enmienda del díscolo líder en Cataluña, Alejandro Fernández, que plantea prohibir los acuerdos de Gobierno con fuerzas que atenten contra el orden constitucional, en alusión velada a Junts. El dirigente territorial ha levantado la voz contra la posibilidad que se recoge en la ponencia de llegar a alianzas con los independentistas, siempre que esos eventuales pactos respeten la Constitución española. «Ni cordones arbitrarios ni mayorías incoherentes», se lee en el texto de la ponencia del PP, en una frase que deja todo abierto y que incluiría también a Vox, otro debate que se queda en el tintero.
El «unicornio» inexistente
Para Fernández, que cuestiona la estrategia de su partido en intentar «encontrar un unicornio moderado en Junts» y ya se había enfrentado al aparato al trascender algún conato de negociación con el partido de Carles Puigdemont, es necesario que la ponencia vaya más lejos que el redactado inicial e incluya un veto expreso a los pactos con Junts. En agosto de 2023 clamó contra Feijóo por querer sentarse a dialogar con los neoconvergentes en su ronda de reuniones con todos las fuerzas salvo EH Bildu. Sin embargo, fuentes populares constatan que el dirigente catalán tiene «voluntad de transaccionar su enmienda y llegar a acuerdos».
Sin ningún conflicto inflamado, el congreso del PP será una balsa de aceite para Feijóo, decidido a proyectar la imagen de un partido unido y preparado para dar el salto a la Moncloa. En la dirección nacional creen que Sánchez va a tratar de aguantar con una crisis de Gobierno y el intento de pactar unos Presupuestos con sus socios a la vuelta del verano que oxigenen la legislatura. Pero auguran que, por mucho que lo intente, el dirigente socialista no logrará resistir hasta 2027. Entonces será el momento de Feijóo, que quemará su última bala.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.