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El camino para elegir la nueva dirección del PNV se ha salido definitivamente del carril, algo del todo inusual en un partido que históricamente ha tenido el orden interno y la previsibilidad por bandera. Si el proceso iniciado el lunes había sido concebido desde la ... sala de máquinas casi como un paseo militar para que Andoni Ortuzar lograra su cuarto mandato frente a sectores críticos ruidosos pero minoritarios, la irrupción del nombre de Aitor Esteban en docenas de batzokis, primero, y su elocuente pronunciamiento público en el que se deja querer, después, han sumido al partido en el desconcierto más absoluto. Todos los escenarios están abiertos en un viaje de incierto final.
Los militantes jeltzales se han desayunado este sábado con el inesperado mensaje de Esteban en el que, lejos de autodescartarse para presidir el PNV, daba las gracias a quienes están impulsando su candidatura en las asambleas municipales. Aunque la organización no aporta datos oficiales en un proceso caracterizado por el hermetismo, se calcula que ya cuenta con el aval de cerca de una treintena de batzokis. «Abrumado y agradecido por las muestras de confianza y apoyo. Es la hora de la afiliación. Alderdia. Aberria», reza el tuit que escribió de madrugada, concretamente a las 1.08 horas del sábado.
Abrumado y agradecido por las muestras de confianza y apoyo. Es la hora de la afiliación. Alderdia. Aberria.
— AITOR ESTEBAN (@AITOR_ESTEBAN) January 25, 2025
Hunkiturik eta eskertuta konfiantza eta babesagaitik. Alderdikideen garaia da. Alderdia. Aberria.
El pronunciamiento ha descolocado a propios y extraños. No en vano, las primarias del PNV, en las que no hay campaña propiamente dicha, no se suelen prestar a declaraciones públicas que abran la veda a toda clase de interpretaciones. Lo habitual es que los dirigentes, máxime si están en las quinielas, guarden silencio y si acaso despachen las preguntas de los periodistas apelando al respeto al procedimiento. Lo de Esteban, por ende, sorprende tanto por la forma –a iniciativa propia, sin que nadie le preguntara– como por el fondo. Y es que, para descodificar su mensaje, hay que tener en cuenta lo que dice... y lo que no dice.
En ningún momento del tuit se desmarca de la carrera. Es más, da las gracias a quienes le han metido en ella y no les emplaza a dejar de hacerlo en las asambleas que se celebrarán esta próxima semana, algo que cortaría de raíz toda especulación sobre una pugna. Ninguna de las múltiples fuentes consultadas, representantes de todas las sensibilidades internas, quita un ápice de relevancia a los 208 caracteres tecleados por el portavoz jeltzale en el Congreso. Consideran que es un mensaje «estudiado» de un dirigente veterano que conoce a la perfección el funcionamiento de la formación y que es «consciente» del impacto de sus acciones. «No es un arrebato. Está en su mano», evidencia un cuadro del partido.
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«A veces las cosas sí son lo que parecen», añade un destacado dirigente, quien recuerda que éste no es el primer movimiento que realiza Esteban. Aún resuenan los ecos de sus declaraciones en vísperas de que Ortuzar desvelara su decisión. «Es un honor presidir el PNV», afirmó, conjugando el verbo en presente del indicativo y no en condicional, al ser preguntado sobre sus posibilidades para relevarle en el cargo. Aquellas palabras perdieron valor cuando 48 horas después el actual líder del Euzkadi buru batzar (EBB) se postuló para seguir hasta 2029, pero ahora han recuperado todo su peso. «No fue un desliz», apuntan fuentes conocedoras.
Entre uno y otro pronunciamiento, el cambio sustancial es que Esteban se ha convertido, por activa o por pasiva, en la gran baza de sectores descontentos con Ortuzar, más numerosos de lo esperado. En puridad, ya se había detectado cierta pulsión crítica contra el aparato durante el proceso de las territoriales, en el que se renovaron los liderazgos con la marcha, entre otros, de Itxaso Atutxa, presidenta en Bizkaia y esposa de Esteban. Pero ahora, en la fase relativa a la dirección nacional del partido, ese mar de fondo se está agitando con mayor crudeza.
Esteban no representaría un giro estratégico ni un relevo generacional –ambos tienen 62 años–, aunque sí sirve a heterogéneos grupos críticos para concentrar el voto de castigo a Ortuzar. Por ahora, el actual líder del EBB está dominando las votaciones en Álava, Navarra e Iparralde –estos dos últimos territorios son anecdóticos en términos de afiliación–, pero está sufriendo más de lo esperado en Bizkaia, su principal feudo, y está perdiendo la batalla en Gipuzkoa. Allí le superan Esteban, con una docena de triunfos, e incluso Markel Olano, quien se ha impuesto en cinco asambleas, lo que le concede la clasificación para la segunda vuelta, aunque es probable que se retire.
En la carrera por ese pase –se requiere el aval de al menos tres batzokis– también están Eneko Lekue (el candidato propuesto por quienes apoyaron a David Salinas-Armendariz en Bizkaia), Gorka Urtaran, Izaskun Bilbao, Arantxa Tapia y Peio Etxeleku. Todos ellos han sido propuestos ya por alguna organización. La primera vuelta acabará el próximo domingo, 2 de febrero, y quienes pasen a la segunda deberán decidir si seguir o retirarse. El PNV contiene la respiración.
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