Ernai reprocha a GKS que su lucha no defienda la independencia de Euskadi

Las organizaciones políticas de Euskadi que se sitúan en la izquierda más crítica, sean independentistas o no, pugnan entre sí para atraer a una masa militante que refuerce sus proyectos tras el cambio cíclico que ha supuesto la disolución de ETA o el declive de los movimientos surgidos tras el 15-M. Son la vivienda y 'las cosas del comer' las que se cuelan ahora entre las preocupaciones de los vascos, y Ernai, organización juvenil de Sortu, quiere subirse a esta ola, pero sin olvidarse de la independencia, para ampliar su capa de adeptos. Su principal rival es Gazte Koordinador Sozialista (GKS), al que han criticado por primera vez en público por no defender la independencia de Euskadi.

«Nuestro marco es Euskal Herria y el objetivo es llevar el proceso independentista hasta el extremo con el movimiento de liberación nacional. Mientras nosotros celebramos el Topagune en Berriozar, ellos lo hacen en Guadalajara –en alusión a las jornadas organizadas en La Toba por la Coordinador Juvenil Socialista, homóloga de GKS en España– y eso es muy significativo». Esas fueron las declaraciones de la portavoz de Ernai, Amaiur Egurrola, durante el encuentro anual en el que la organización juvenil de Sortu reunió a unos 3.000 jóvenes en Navarra el pasado fin de semana.

Ante su militancia, Egurrola apuntó que la estrategia de GKS, de abogar por «una revolución socialista en Europa, rechaza de lleno nuestras prioridades». La organización comunista ha defendido en todo momento su posición internacionalista, lo que choca frontalmente con las aspiraciones abertzales de la izquierda independentista.

Pero no se quedaron ahí las críticas de los miembros de Ernai. Otro de sus portavoces, Markel Rio, achacó a la organización comunista que «impugne» la estrategia de la coalición abertzale con unos planteamientos «muy simplistas» y recordó que Ernai es parte de un movimiento que «lleva muchos años». «Gracias a la lucha que se ha hecho en Euskal Herria se han generado unas condiciones que nos ofrecen la posibilidad para dar ciertos pasos que no se pueden dar en otros latitudes», explicó Rio, en la línea del discurso posibilista que ha adquirido EH Bildu en los últimos años y que resalta los beneficios de un gobierno progresista en España para avanzar en materia de autogobierno.

No tardaron mucho en reaccionar los militantes del Movimiento Socialistas, muy activos en redes. Peio Ormazabal, portavoz de Euskal Herriko Kontseilu Sozialista (EHKS) –partido de GKS–, calificó estos planteamientos como «mentira y simplificación». Y cargo contra Ernai porque «deberían estar más preocupados de lo que hace su partido (EH Bildu): una total integración autonomista, defensa preferencial al PSOE, reuniones con Confebask...». Para recalcar que «apenas disimulan su praxis reformista». También entró al debate la portavoz del Sindicato Socialista de Vivienda, Karla Pisano, quien señaló que los Topagunes de Ernai han pasado en 6 años de 8.000 personas a 3.000. «El partido de la despolitización está perdiendo contra la juventud organizada», aseguró en X.

Mientras los jóvenes independentistas celebraban su Topagune en Berriozar, unas dos mil personas afines al Movimiento Socialistas –que nació en Euskadi con GKS pero que ya se ha extendido a otros territorios tras la formación de otras organizaciones– se reunieron en La Toba. Entre las personas llegadas de todas las zonas del Estado hubo decenas de jóvenes vascos y navarros, que tras celebrar el pasado mes de octubre en Altsasua el Topagune de GKS, acudieron al de CSJ. El formato fue similar: debates políticos, conciertos o eventos deportivos. «Para nosotros es un orgullo el encuentro de Guadalajara porque cada vez más jóvenes de diferentes lugares han empezado a militar a favor del socialismo», señaló Ormazabal. El choque entre las dos organizaciones vuelve a recrudecerse.

En Euskadi la vivienda es una de las mayores preocupaciones de la ciudadanía y tanto la izquierda independentista como el Movimiento Socialista se centran en acaparar un malestar creciente, sobre todo entre la juventud. El Sindicato Socialista de Vivienda de Euskal Herria ya logró aglutinar a varios miles de personas el pasado 5 de abril en Donostia para que la vivienda sea «un derecho y no un negocio». Una marcha que no fue secundada por partidos y sindicatos de la izquierda abertzale. Ernai se ha mantenido con un perfil algo más bajo en cuanto a la problemática de la vivienda, realizando actuaciones a nivel local.

La pugna también se ha visibilizado en el ámbito estudiantil. Apenas hubo una semana de diferencia entre la convocatoria de paro del sindicato Ikasle Abertzaleak (GKS) e Ikama (izquierda independentista) el pasado mes de marzo. El próximo 1 de mayo ambas familias políticas volverán a pedir a sus militancias que salgan a la calle en el Día del Trabajador.

• Temas
• Sortu