Élites crispadas, votantes de potes
El multipartidismo en Euskadi es engañoso. Existen dos fuerzas políticas que acumulan casi el 70% de los sufragios, una de las concentraciones de voto entre ... el primer y el segundo partido más altas del territorio español. El PNV y EH Bildu monopolizan el debate público vasco y sus élites están activando la estrategia de la polarización. Podrá ser una buena idea para obtener beneficios electorales, eso está por ver, pero es un camino que puede deteriorar la calidad de la democracia vasca como zona libre de las mentiras, los insultos y las exageraciones populistas que han caracterizado el debate español en los últimos años.
Hace unas semanas, señalaba el peligro que supone que ambas formaciones transmitan a sus seguidores que el partido rival atenta contra nuestra convivencia. Me gustaría compartir algunos datos del último 'Deustobarómetro' que muestran cómo la mayoría de los votantes tanto de EH Bildu como del PNV ni están polarizados en su componente más afectivo y más peligroso para la convivencia, ni ven al otro partido como una amenaza para el futuro de Euskadi.
El 90% o más de los votantes de ambos partidos no tienen ningún problema de tomarse unos potes, charlar de cualquier tema, incluso política o irse de viaje con personas que votan al partido rival. Ese partido al que sus élites empiezan a tratar más como un enemigo que como un adversario. Además de no llevarse tan mal como sus líderes, comparten las mismas preocupaciones cuando se les pregunta por los principales problemas que tiene Euskadi sobre la mesa. Sus prioridades tienen que ver con la salud, la economía y el paro y la justicia social. Si no es posible que sus líderes encuentren puentes de entendimiento político, sus votantes seguro que agradecerían que el disenso y el desacuerdo llegara en forma de contraste de modelos de futuro.
El enfrentamiento crispado de las élites de ambos partidos también puede hacer más profunda la brecha generacional que existe en Euskadi. Uno de los diálogos que más necesita esta sociedad gira en torno a la construcción de un pacto intergeneracional, en el que EH Bildu representaría a los jóvenes -la mayoría de sus votantes tiene menos de 45 años- y el PNV a los mayores -el 54% de sus votantes tiene más de 55 años-. EH Bildu necesita persuadir a los mayores que su modelo también atiende a sus intereses y el PNV necesita hacerse atractivo a los jóvenes. Quizás sería un buen espacio de trabajo para que ambos partidos comiencen a construir algo juntos.
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