Las elecciones vascas del 5-A, cada vez más en el aire por la expansión del virus

A poco más de una semana para que arranque la campaña electoral del 5 de abril, la cita con las urnas cada vez está más en el aire. La expansión del coronavirus y las medidas adoptadas por el Gobierno vasco para intentar frenar la propagación de la enfermedad están a punto de abrir un escenario inédito para el que habrá que hacer ingeniería jurídica.

El aumento de los casos ha hecho saltar todas las alarmas. Sobre todo, porque la impresión es que la crisis va a ir a más durante las próximas semanas y que las medidas restrictivas se incrementarán a corto plazo. De hecho, ya se han establecido las primeras limitaciones para celebrar actos públicos. En estas condiciones, ¿se pueden celebrar las elecciones?

El primero en hacerse esa pregunta en público fue ayer Arnaldo Otegi. «Si los partidos de fútbol se tienen que celebrar a puerta cerrada, ¿es posible llevar adelante una campaña electoral? Todos los expertos indican que el pico en este país va a estar aproximadamente en el 3 de abril. La prioridad no deben ser las elecciones, debe ser preservar la salud pública», afirmó el coordinador general de EH Bildu en una rueda de prensa convocada de forma expresa para analizar la situación.

Otegi solo verbalizó una reflexión que ya circula en los cuarteles de todos los partidos y en el propio Gobierno vasco: si es compatible mantener una jornada en la que se tienen que movilizar miles de personas, reunir en los colegios electorales a interventores, votantes y miembros de mesa en medio de una alerta sanitaria sin precedentes.

El primer obstáculo es la propia campaña. Aunque la importancia de los mítines ya no es la de hace unos años, siguen siendo una parte central de la estrategia de los partidos. Sobre todo porque permiten trasladar la típica imagen de los simpatizantes aclamando al líder de cada formación. El Ministerio de Sanidad anunció ayer que las concentraciones de más de mil personas quedan suspendidas. EH Bildu, por ejemplo, tiene preparado un mitin para el sábado 28 en el BEC al que está previsto que asistan varios miles de personas. Ahora está en el aire. El resto de formaciones e instituciones están en una situación similar. Como ejemplo, lo que se vivirá hoy en el Día de las Víctimas, donde a los asistentes se les recomienda que no se estrechen las manos ni se besen y se sitúen a un metro de distancia. A esto hay que sumar el relato. Todos los temas quedan solapados por el Covid-19.

Pero el gran problema sigue siendo de salud y de cómo puede alterar la jornada electoral el coronavirus. Se da por hecho un aumento significativo de la abstención, que podría ser aún mayor entre la población de más edad, hasta alcanzar niveles que podrían poner en entredicho los propios resultados.

Por ahora el mensaje oficial es de calma. «Sería absolutamente precipitado hacer una consideración, y menos pública, en relación con lo que puede ser el desarrollo de las elecciones», aseguró ayer Josu Erkoreka. «Hoy por hoy la posibilidad de suspenderlas no está sobre la mesa», apuntó el portavoz del Gobierno vasco.

Que se trata de una hipótesis que sí se está estudiando lo demuestran dos hechos. El primero, que también en La Moncloa se ve como un horizonte factible. «Tendremos que analizarlo en el momento oportuno, si de aquí a que llegue el 5 de abril se ha producido otra situación que aconseje la no celebración de ningún tipo de evento, así se hará saber», afirmó la portavoz del Ejecutivo central, María Jesús Montero, quien añadió una frase que deja pocas dudas: «Ni una campaña electoral ni el interés de los partidos políticos va a estar por encima de intentar contener esta enfermedad».

El segundo, que el Gobierno vasco ya se ha puesto en contacto con la Junta Electoral para analizar qué pasos habría que dar. Ahí está uno de los grandes problemas para aplazar la cita con las urnas. La ley electoral no contempla la suspensión de los comicios en ningún caso, como mucho, prevé aplazarlos 48 horas. Un vacío legal que habría que rellenar. Aunque la situación inédita que se ha generado también podría dar pie a soluciones igual de inéditas amparadas por la Constitución.

La otra opción que podría analizarse es simplemente la toma de medidas restrictivas en los colegios electorales: separación física entre personas, uso de guantes en las mesas... Pero está por ver si resultarían efectivas para frenar el coronavirus.