Durango y Madrid
El domingo se celebró un referéndum en Durango. Los ciudadanos fueron convocados por el Ayuntamiento para decidir sobre su espacio público. No voy a entrar ... a valorar todos los déficits que tenía para considerarlo ideal. Lo relevante era la apuesta realmente innovadora por estas tierras de intentar introducir a los ciudadanos en la toma de decisiones políticas que les afectan entre elección y elección. El uso del referéndum popular te puede gustar más o menos, tanto desde el punto de vista teórico como del práctico, pero es indiscutible que supone un cambio en la forma de gobernar respecto a lo que estamos acostumbrados en Euskadi.
Esta experiencia ha llegado de la mano de la coalición de gobierno local formada por EH Bildu y Podemos. Las dos formaciones se presentaron a las últimas elecciones municipales en Durango con la promesa de llevar a cabo esta consulta ciudadana. La democracia participativa fue uno de los pilares sobre los que se levantó Podemos al calor de las movilizaciones del 15-M que impugnaba, entre otras cosas, la democracia representativa y la enorme brecha que separaba a los ciudadanos de los políticos que tomaban malas decisiones sobre sus vidas sin contar con ellos.
El lunes, el líder estatal de Podemos se autoimpuso como candidato a la Comunidad de Madrid y señaló con el dedo a la que será la candidata a la Presidencia del Gobierno español. Unos hablan de valentía, generosidad o audacia y otros de egoísmo, narcisismo o machismo. Desde el punto de vista de la estrategia electoral es perfectamente defendible este movimiento inesperado. Pablo Iglesias puede ser el mejor candidato para asegurar el 5% necesario para no quedarse sin representación, lo que sería un desastre para su organización y para el cambio de gobierno en la Comunidad de Madrid.
El presidencialismo de Podemos podrá ser eficaz, ya se verá, pero abre el cuestionamiento de los indicadores tradicionales de democracia interna y participación ciudadana en la toma de decisiones. Puede que la apuesta inicial por la democratización de los partidos y la cesión de poder a los ciudadanos fuera un error. Igual la democracia participativa no aporta mejoras a la calidad de la decisión de los representantes, quizás el descontrol de los procesos de selección interna produce peores líderes. Aquí hay debate.
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