Los incidentes del domingo en Vitoria se saldaron con más de 40 heridos y 19 detenidos. AFP

Los disturbios de Vitoria relanzan la ofensiva de PNV y PSE para que Bildu condene la violencia

Ansola llama a la coalición soberanista a «preocuparse de su propia Falange» y Zupiria se reafirma en llamar «fascistas» a los alborotadores

Sábado, 18 de octubre 2025, 00:26

La «condena», entendida según el diccionario de la RAE como la reprobación «de algo que se tiene por malo, como un hecho o una conducta», ... es un término que sobrevuela la política vasca desde hace décadas sin completar su aterrizaje en firme. Son incalculables las declaraciones institucionales que han decaído o las mociones que no han recabado la unanimidad de los partidos para denunciar la ilegitimidad del uso de la violencia, en la mayoría de las ocasiones por la resistencia numantina de la izquierda abertzale a desprenderse de la mochila del terrorismo de ETA. Y ese interminable debate, en el que apenas varían los argumentos con el paso del tiempo, resurge cada vez que se recurre a la violencia con fines políticos.

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Los graves disturbios del pasado domingo en Vitoria, donde miembros de la Falange y radicales de extrema izquierda se enfrentaron durante horas, han reactivado la conversación por enésima vez. La mayoría de los partidos emplean la palabra «condena» para reaccionar a los incidentes, que se saldaron con más de 40 heridos y 19 detenidos, pero ese término sigue siendo un auténtico tabú para EH Bildu. La coalición soberanista evita siquiera mostrar su «rechazo» –un concepto más 'light' al que recurre en otras ocasiones– y trata de que el marco de la discusión se centre en si se debió autorizar la concentración de los falangistas, comunicada al Gobierno vasco por los cauces administrativos.

PNV y PSE-EE se resisten a que el debate mute. Los socios de gobierno, que no pasan por su mejor momento en términos de afinidad tras el cruce de declaraciones entre Eneko Andueza y Aitor Esteban, dejaron sus diferencias a un lado el jueves para presentar juntos una moción en el Parlamento vasco con la que pretenden retratar la negativa de EH Bildu a «condenar» la violencia. Se trata, según expresó el socialista Ekain Rico, de que no se vaya «de rositas» ni haga «malabarismos» dialécticos. Pero al margen de esa iniciativa parlamentaria, que se da por hecho que no contará con el apoyo de los soberanistas, los integrantes del Ejecutivo autonómico relanzan también su ofensiva dialéctica.

A nivel de partidos, este viernes fue el presidente del PNV vizcaíno el que más empeño puso en señalar la «pasividad» de la izquierda abertzale en torno a los incidentes del Día de la Hispanidad en Vitoria. Para Iñigo Ansola, «es una pena que tengamos que estar condenando esta situación, pero evidentemente lo tenemos que condenar». El dirigente jeltzale lamentó que la seguridad de la ciudadanía quedara «en entredicho» a lo largo de las horas que duraron los disturbios en la capital alavesa y equiparó la conducta de quienes acudieron a «la concentración-provocación por parte de la Falange» con los radicales de «la otra contraparte» que fueron a reventar el acto.

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El debate de la prohibición

El mensaje del líder del Bizkai buru batzar iba dirigido a toda la formación soberanista, pero también quiso personalizar específicamente en la figura de Pello Otxandiano, quien días antes se negó a condenar los altercados porque, dijo, «no somos ni jueces ni curas, no estamos para condenar a posteriori hechos que hayan podido ocurrir, sino para armar las decisiones que hay que hacer para impedir que estas cosas ocurran». Según Ansola, esa negativa hace que el líder parlamentario de EH Bildu «no sea un político digno de este país». Le emplazó, además, a «preocuparse de su propia Falange», en alusión a los grupos vinculados a la izquierda abertzale que participaron en la batalla campal.

Precisamente en ese sentido, en el de situar a los alborotadores dentro del fascismo, incidió otra voz jeltzale, esta vez desde dentro del Gobierno vasco. Bingen Zupiria respaldó las declaraciones de su 'número dos', el viceconsejero Ricardo Ituarte, en las que aseguró que «la concentración de fascistas encontró lo que buscaba: la respuesta de los fascistas vascos». El consejero de Seguridad añadió que los radicales de extrema izquierda «tuvieron un comportamiento totalitario y utilizaron la violencia, y eso también es fascismo». Admitió, asimismo, que «puede ser discutible» si se deben permitir actos como el de la Falange, pero en todo caso se descargó de responsabilidades y atribuyó lo sucedido a los radicales de uno y otro bando.

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Mientras tanto, EH Bildu sigue tratando de cargar las culpas a Zupiria por autorizar esa concentración. «Es un hecho muy grave. Lo primero que debería haber hecho es prohibirlo, tiene base jurídica para ello», dijo la parlamentaria Nerea Kortajarena, quien señaló que en el acto de la Falange «se insultó a las víctimas y se atacó a los cimientos de un país que tiene memoria democrática».

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