El 'dedazo' de Casado en la lista de Gipuzkoa erosiona la campaña moderada de Sémper
La candidatura de Arcauz al Congreso, que no fue consultada con la dirección regional, provocará una difícil convivencia con el líder del PP en el territorio
javier roldán
Miércoles, 20 de marzo 2019, 00:57
Las aguas en el PP guipuzcoano bajan revueltas tras la última decisión de Pablo Casado de imponer a Iñigo Arcauz en la ... lista del Congreso. El líder popular fue por la calle de enmedio y ni siquiera llamó el pasado viernes a Sémper, presidente del partido en Gipuzkoa, para anunciarle que iba a imponer a Arcauz, exedil donostiarra que fue apeado de cualquier responsabilidad política en 2015. Fue un jarro de agua fría que casi nadie esperaba. Casado colocaba así a un hombre de confianza en la cuna del 'sorayismo' que siempre ha defendido Sémper a través de su moderación.
Con esta medida, el aparato de los populares guipuzcoanos deja de tener cualquier poder de decisión o influencia en la candidatura para la Cámara baja, ya que ahora será el propio Arcauz quien 'fiche' a sus compañeros de lista, al margen de la opinión de la dirección del partido en Gipuzkoa. Es decir, la plancha al Congreso será plenamente afín a los postulados 'casadistas'.
La designación ha provocado un profundo malestar en el aparato guipuzcoano, que ya había sondeado a un independiente para encabezar esa plancha. En elecciones anteriores, en el mandato de Rajoy, los comités electorales provinciales elevaban su propuesta a la dirección regional y ésta a Génova, y casi siempre prosperaba. En esta ocasión, ni el presidente del PP vasco, Alfonso Alonso, barón 'sorayista' reconocido, supo de antemano quiénes eran los elegidos ni tampoco le pidieron su opinión.
Fuentes populares admiten que esta nueva circunstancia podría provocar una dualidad de candidatos en Gipuzkoa. El primer hecho que marca en cierta manera distancias es que Arcauz, que ya tiene asignado un despacho en la sede de la calle Illunbe, contará como asesor con una persona ajena a la estructura del partido en Gipuzkoa, el periodista Eugenio Narbaiza.
Arcauz, cercano a María San Gil, es crítico con Sémper al creer que se aleja de la esencia del PP
Revés para la dirección
Pablo Casado, que elude hablar de 'purga' para referirse a la laminación de cualquier vestigio del 'sorayismo' en las listas del Congreso, ha recuperado a Arcauz –40 años, casado y padre de tres hijos– para la política activa y le ha colocado en lo más alto de la lista de Gipuzkoa frente a la indisumulada línea liberal de Sémper. La decisión de Casado se interpreta en algunos medios como una contraprogramación desde Génova al estilo de campaña –más personal y alejado de las siglas– que el propio Sémper ha empezado a desplegar.
La imposición de Arcauz por parte de Casado en la candidatura guipuzcoana ha supuesto un duro revés para el cuadro de mandos que lidera Sémper. El parlamentario vasco estaba llamado a ser el portavoz del partido si hubiera ganado la exvicepresidenta a Casado en las primarias.
Arcauz, que fue incorporado en 2009 por Sémper a su primera ejecutiva territorial, siempre ha abanderado la esencia más conservadora y tradicional del partido. En 2015 fue apartado por el propio Sémper de cualquier cargo público y orgánico. Sus planteamientos políticos siempre han sido antagónicos a los defendidos por el líder del partido en Gipuzkoa, a quien recientemente no ha dudado en criticar por la manera en la que está desplegando su campaña. Meses atrás, a través de un artículo publicado en una web, reivindicaba la esencia tradicional del PP que en otras épocas habían defendido en Euskadi María San Gil y Jaime Mayor, y en cierta manera dejaba entrever su oposición a los postulados de Sémper, que llegó en su día a equiparar Bildu a Vox. Arcauz quiere abanderar el 'sangilismo' en su carrera electoral para conseguir un escaño que las encuestas le niegan. El candidato quiere contar con el apoyo de la expresidenta del PP vasco, que respaldó la candidatura de Casado en el último cónclave popular.
La cohabitación entre ambos candidatos será difícil, aunque no imposible. Arcauz anuncia que no se esconderá. «Soy católico, estoy en contra del aborto y a favor del apoyo a la familia y la vida», afirmaba recientemente, mientras anunciaba que su campaña irá dirigida a la derecha de siempre sin esconder las siglas, en alusión velada a la campaña del líder guipuzcoano. Sémper, por contra, buscará un electorado de centro y de más amplio espectro.
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