La cripta
No sabían dónde poner los restos mortales del llamado Generalísimo y ahora no saben dónde alojar a uno de su generales más destacados. La Hermandad de la Macarena niega que haya ningún acuerdo con el Gobierno sobre el traslado de la tumba del general Queipo de Llano. La Junta de Andalucía anuncia que irá a los tribunales si la Macarena no retira los restos. Si siguen los problemas de hospedaje en el Valle de los Caídos habría que ampliarlo en vez de derruirlo. Era yo muy joven cuando oí a don Gregorio Marañón decir que las guerras civiles duran un siglo. Me pareció una exageración. Ahora la Hermandad de la Macarena celebra una «vigilia antifascista» con gran participación ciudadana.
A este paso, que no es el alegre de la paz, el célebre mausoleo se puede quedar chico, mientras la familia niega que haya llegado a ningún acuerdo con el Gobierno para exhumar su cuerpo. ¡Qué pesados se ponen los muertos! Ni nos dejan que descansemos en paz, antes de tiempo, ni en la interminable guerra. La exhumación está prevista para julio, pero el día no tiene fecha. «Un país que mira al futuro tiene que estar en paz con su pasado», ha dicho el presidente, al mismo tiempo que le exige a España tres cosas que nunca ha tenido: serenidad, naturalidad y moderación. Llevamos 40 años de democracia, pero no nos hemos acostumbrado a ser demócratas. Es poco tiempo al parecer, porque los calendarios no corren a la misma velocidad para los que olvidan y para los que recuerdan. Que se impaciente Puigdemont, que le quedan muchas cosas que hacer y otras más que deshacer, mientras busca una nueva formación separatista. Ya tiene el nombre: Crida Nacional.