
Bingen Zupiria | Consejero de Seguridad del Gobierno vasco
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Bingen Zupiria | Consejero de Seguridad del Gobierno vasco
«El conflicto en la Ertzaintza ha causado un disgusto social y había que solucionarlo»Apenas siete meses después de llegar al cargo, Bingen Zupiria (Hernani, 1961) ha logrado quitarse la losa que tanto pesó a sus predecesores y ha ... llegado a un principio de acuerdo con la mayoría sindical para renovar el convenio de la Ertzaintza, caducado desde 2012. El pacto, que contempla una subida salarial del 10% de media, debe ser ahora refrendado por los afiliados de Erne, Esan y Sipe –las centrales firmantes, que suman el 83% de la representación– y, salvo rechazo, pondrá fin a un «conflicto» que había causado «un disgusto social». Este paso, apunta, era «necesario» para abordar los próximos retos. ¿El primero? Alcanzar los 8.000 agentes, casi 600 más que en la actualidad, «en un plazo razonable» y teniendo en cuenta que uno de cada seis de los actuales efectivos se jubilará en menos de cuatro años.
– ¿Al final todo se reducía a una cuestión de dinero?
– No, no todo. El acuerdo que hemos alcanzado es fruto de muchas horas de diálogo y va más allá del componente económico porque tiene que ver con el modelo de Ertzaintza que queremos preparar para el futuro.
– Pero lo pactado son 45 millones de euros que van a parar a incrementos retributivos.
– Hay que tener en cuenta que en los sueldos de la Ertzaintza, además del salario base, existen unos pluses y complementos que son una parte muy importante de la nómina final. La base ha tenido los mismo vaivenes que entre el resto de trabajadores públicos vascos, pero lo demás ha estado congelado desde 2012. Junto a eso hay nuevas consideraciones para mejorar en productividad y en formación.
– ¿Por qué el pacto llega ahora? ¿Ha cedido el Gobierno vasco o lo han hecho los sindicatos?
– Los acuerdos se alcanzan cuando las dos partes tienen voluntad de alcanzarlos. Hemos logrado llegar a un punto entre las demandas de los sindicatos para mejorar las condiciones de trabajo de los ertzainas y las condiciones que el Departamento veía necesarias para adecuar y modernizar la estructura.
– ¿Cómo es que usted ha logrado en siete meses lo que no pudieron conseguir Estefanía Beltrán de Heredia y Josu Erkoreka en doce años?
– Las circunstancias han sido cambiantes. Este acuerdo no habría sido posible si en 2022, con Erkoreka, no se hubiera iniciado un diálogo que tuvo su continuación con Ricardo Ituarte.
– ¿El actual Departamento ha tenido más mano izquierda?
– No lo creo. En el anterior Gobierno yo era portavoz y estaba al tanto de las conversaciones para poder pronunciarme. Y ya entonces existía un diálogo para poder llegar a un entendimiento cuando fuera razonable.
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– ¿Hasta qué punto era insostenible la situación?
– Creo que las movilizaciones de los ertzainas proyectaban una situación de conflicto hacia la sociedad. Eso generaba inconvenientes, molestias y un malestar en la ciudadanía vasca. Efectivamente toda esta situación ha causado un disgusto social que, como en otros ámbitos, pedía que el Gobierno lo solucionara. Pero a mí lo que más me preocupaba era que la falta de renovación del acuerdo regulador dificultaba la planificación de equipos en las comisarías.
– ¿Este acuerdo garantiza la paz interna hasta 2028?
– Es el objetivo. En general la situación de conflicto no es buena para nadie. En todos los ámbitos de la sociedad, y especialmente en los servicios públicos, es necesario el diálogo permanente.
– ¿Teme que los afiliados de Erne, Esan y Sipe rechacen las bases y todo vuelva a la casilla de salida?
– Yo confío en que la mayoría social de la Ertzaintza apoye este acuerdo marco que hemos negociado porque es bueno para las demandas que planteaban.
– El otro sindicato, Euspel, y la plataforma Ertzainas en Lucha se oponen. ¿Pueden convertirse en elementos de tensión?
– Yo no soy quién para decirle a Euspel lo que tiene que hacer.
– ¿Cuál es el ahora el principal reto del Departamento?
– El siguiente reto es cerrar un plan de empleo que nos permita alcanzar los 8.000 efectivos en un plazo razonable. Eso exige que seamos capaces de sustituir a las personas que se van jubilando y que se produzca una política de ascensos y consolidaciones en el interior del cuerpo.
– Por lo pronto la Ertzaintza se va a desplegar el próximo 3 de febrero en los puertos de Bilbao y Pasaia. ¿Cómo se hace frente a las nuevas atribuciones si no se ha aumentado la plantilla?
– Bueno, la Ertzaintza ya está desplegada en todos los municipios que rodean a estas infraestructuras y cuenta con unidades de Vigilancia y Rescate que habitualmente atienden casos de urgencia. Con una buena coordinación de esos recursos y de otros que también existen en esas instalaciones, se puede prestar una buena atención.
– Los sindicatos no dicen lo mismo. Denuncian que no hay medios suficientes.
– El Puerto de Bilbao, por ejemplo, cuenta con las comisarías de Muskiz, Sestao, Getxo, Erandio y Bilbao. A partir de ahí, estamos hablando de la lámina de agua y de las instalaciones portuarias. Tampoco olvido que hay una Policía Portuaria con unas competencias que la Ertzaintza va a respetar. Y existen otros recursos para operaciones de vigilancia y rescate en el agua.
– ¿Ese mayor despliegue de la Ertzaintza en puertos y aeropuertos debe conllevar un repliegue de Guardia Civil y Policía Nacional en Euskadi?
– Yo no voy a entrar en ese debate. El Estatuto de Autonomía establece claramente cuáles son las funciones que tienen atribuidas esos cuerpos y el Ministerio sabrá cuántos recursos necesita.
– La Ertzaintza tiene un parque móvil anticuado. ¿Qué se está haciendo para renovarlo?
– Es verdad que tenemos algunos vehículos que tienen unos cuantos años, pero hay que tener en cuenta que las renovaciones nunca se hacen de una vez, sino de forma escalonada. Estamos realizando una política de inversiones, pero cualquier licitación pública tiene unos tiempos de tramitación.
– ¿Ha mejorado la seguridad en Euskadi en los siete meses que lleva en el cargo?
– Los datos indican que ha habido un ligero aumento en el número de homicidios y también percibo que hay una serie de delitos que generan una preocupación especial en la población, como los propios homicidios, los delitos contra la libertad sexual de las mujeres y algunos robos con violencia. Es algo que genera una sensación de inseguridad que yo no voy a discutir.
– En Euskadi se interponen de media dos denuncias diarias por violencia contra las mujeres.
– Tengo la impresión, como todos, de que se interponen denuncias que antes seguramente no se presentaban. Es muy importante que todas las personas que se sientan víctimas presenten una denuncia y así provoquen una reacción de la Policía y de la Justicia para responder.
– Esta semana ha traído mucha polémica la forma de un juez de interrogar a Elisa Mouliaá, la denunciante de Íñigo Errejón. ¿Estas actitudes desincentivan que las mujeres denuncien?
– Los comentarios y el tono que se escuchan a este juez en los interrogatorios no parecen los más apropiados. Tiene que ser algo realmente violento para una mujer que decide denunciar y presentarse ante un tribunal para contar su testimonio y el daño que ha sufrido.
– El miércoles se produjeron graves incidentes en Roma entre aficionados de la Lazio y la Real Sociedad. ¿Le preocupa la existencia de movimientos ultras ligados al fútbol?
– El miércoles pasado tuvimos una reunión con los mandos de la Ertzaintza que están trabajando en el operativo de la final de Europa League que se celebrará en mayo en Bilbao. Nos manifestaban su preocupación ante un fenómeno que se está extendiendo. Preocupa la actuación de algunas aficiones que, allí donde van, provocan situaciones que no son de recibo. Y preocupan también algunas actitudes de 'nuestros' radicales, que son conocidos por sus actuaciones.
– ¿Y quién se debe responsabilizar de esto? ¿Las instituciones o los clubes de fútbol?
– Creo que es una responsabilidad compartida. En esto debemos ir de la mano los clubes, los servicios de seguridad, la Justicia y la ciudadanía en general. Hay comportamientos que no deberíamos admitir.
– ¿Es la okupación un problema real en Euskadi?
– No lo creo. Y no es lo mismo entrar en el domicilio de una persona que está viviendo en su casa que entrar en una lonja vacía. El primer caso exige una respuesta inmediata por parte de la Policía y de la Justicia; y en el segundo es muy importante que los propietarios reaccionen y presenten las denuncias correspondientes, y esto es algo que no siempre se produce.
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