El 'caso Cerdán' se cuela en el debate del Parlamento vasco sobre la calidad democrática
Los partidos aprueban constituir una ponencia para hablar de «regeneración», «ejemplaridad» y «ética» en la política en pleno escándalo de corrupción
El Parlamento vasco no se suele caracterizar por contagiarse de los debates, y mucho menos de las formas, de la política nacional. La mayoría de ... los temas que se llevan al pleno son de temática sectorial −en el de esta semana se habla de viviendas turísticas, enfermedades raras o las pruebas de nivel en el sistema educativo− y el tono entre los portavoces suele ser cordial, alejado de palabras gruesas. Pero este jueves, y ante el avance de la investigación del 'caso Cerdán', esa dinámica ha cambiado por completo entre palabras como «lodazal», «ladrones» y hasta «puteros».
El punto que se abordaba en el hemiciclo parecía bastante propicio para que el debate acabara así. La casualidad ha querido que justo este jueves, una semana después del estallido del caso y cuando todavía siguen conociéndose nuevos detalles de la trama corrupta vinculada a cargos del PSOE, la Cámara autonómica analizara la idoneidad de crear una ponencia sobre la calidad democrática. Un nuevo órgano en el que se hablará de cuestiones como la «regeneración», la «ejemplaridad» y la «ética» en la política... En fin, cuestiones muy oportunas en el momento actual.
La creación de la ponencia ha sido aprobada con los votos favorables de PNV y PSE-EE (promotores de la iniciativa, que bebe del fallido pacto ético propuesto por Imanol Pradales), además de los de EH Bildu y Sumar, mientras que el PP se ha abstenido y Vox se ha posicionado en contra. Pero, a decir verdad, el desenlace ha resultado prácticamente anecdótico porque los turnos de palabra de unos y otros han estado condicionados por lo que en un primer momento parecía el elefante en la habitación y lo que luego ha desbordado en toda su forma.
Lo anticipaba el representante del PNV, Xabier Barandiaran, quien asumía que hay dos maneras de abordar la corrupción: «La primera, tratarla como un tema serio y crear condiciones para que no vuelva a pasar. Pero no es lo que suele ocurrir. Normalmente se limita a la segunda, al 'tú eres más corrupto que yo'. Si seguimos con esa lógica, estamos perdidos todos». El parlamentario jeltzale no se ha referido directamente al 'caso Cerdán', en el que su partido está pidiendo más explicaciones al PSOE, pero sus palabras sí han servido como percha para los siguientes turnos.
El PSE-EE ha intentado orientar el debate a las «amenazas» que afronta la democracia en todo el mundo, pero al final ha tenido que entrar en el cuerpo a cuerpo con el PP y Vox. En la bancada popular, Laura Garrido ha tachado de «insulto» que los socialistas hablen de calidad democrática cuando las «verdaderas amenazas con las mordidas y el mercadeo de mujeres». «El Gobierno de Sánchez es el epicentro de la corrupción, está laminando las instituciones del Estado. Es una degradación absoluta», ha criticado. En el mismo sentido, Amaia Martínez ha censurado las «lecciones» de un partido de «ladrones».
El socialista Pau Blasi ha empleado todo su segundo turno para responder a los reproches y ha tirado del argumento estrella del PSOE para defenderse de las acusaciones: el miedo a la extrema derecha. «Lo que lamina la democracia es abrir la puerta a la ultraderecha y sus políticas de desigualdad». No ha contestado, en cambio, a las palabras del parlamentario de Sumar, Jon Hernández, que ve en el 'caso Cerdán' un reflejo de que «el sistema permite zonas de sombra y redes clientelares», si bien ha preferido no atacar al PSE-EE.
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