Camps le hace un traje a Mazón
Absuelto de todos los procesos judiciales, el expresidente valenciano se reivindica y pide al PP «menos complejos»
Vuelve Francisco Camps. Un superviviente. Sin complejos. Preparado para cobrarse facturas. Trece años después de abandonar la presidencia de la Generalitat valenciana y absuelto de ... todos los procesos judiciales que se le habían abierto por presunta corrupción, el que fuera principal referente de los populares valencianos se reafirma políticamente, aspira a volver a primera línea y reemplazar a Carlos Mazón al frente del PP autonómico. Y eso para empezar.
Camps representó durante años la cultura del pelotazo y su rostro empezó a ser común en los pasillos de los tribunales. Pero al final ningún tribunal ha considerado que el que fuera uno de los barones autonómicos con más peso del PP tuviese responsabilidad en aquella ola de corrupción que terminó siendo en enorme losa para el partido. A mediados del año pasado, la Audiencia Nacional cerraba la última pieza del 'caso Gürtel' y le absolvía por su supuesta mediación en la adjudicación de contratos públicos.
Doce años antes, la Justicia también le exoneraba del 'caso de los trajes', en el que se le acusaba de haber aceptado regalos por parte de empresarios a cambio de favores. Fue el más mediático. Eran los tiempos de Álvaro Pérez, 'el Bigotes', «el amiguito del alma», de Francisco Correa. Pero la Justicia sentenció que no había pruebas que demostrasen que había recibido esas dádivas. Camps siempre defendió su inocencia, ahora se reivindica y el traje se lo prepara a Carlos Mazón.
El actual presidente recuperó la Generalitat para el PP en 2023. Pero la gestión de la dana del pasado octubre le ha dejado muy tocado. Desde entonces ha evitado los actos públicos ante el temor a ser abucheado. Desde Génova, la dirección nacional trata de hacer equilibrios. No le desautoriza ni le obliga a dimitir, pero tampoco le defiende con excesivo entusiasmo. El temor es que esta crisis dé alas al PSOE, y por eso el foco se trata de poner en la propia gestión del Gobierno central.
Pero controlada una posible ofensiva desde Madrid, a Mazón se le ha abierto una grieta interna en un partido acostumbrado a las guerras cainitas. Mientras el actual presidente rehuye las cámaras, Camps las busca. Mientras sonaba el 'I Will Survive' de Gloria Gaynor, el sábado reunió a más de un millar personas en Valencia. A su lado, otros históricos de los banquillos valencianos como Carlos Fabra, Alfonso Rus o la exalcaldesa de Alicante Sonia Castedo. La imagen del pasado que vuelve con fuerza.
Camps no atacó directamente a su sucesor en la Generalitat, ni pidió su dimisión. Pero su discurso demostró que no estaba ahí por casualidad, que lo que quiere es volver, que es un animal político. «Mi partido necesita más fuerza y vitalidad, más presencia, más carácter, más talante...». Arropado por sus seguidores, entre aplausos y consciente de los problemas de imagen de un Mazón 'recluido', Camps fue con todo y dibujó el perfil de lo que tiene que ser un político, «una persona que va caminando por las calles y por las plazas».
La última palabra la tiene que decir Alberto Núñez Feijóo, que por ahora guarda silencio. Nadie tiene claro cuándo será el congreso regional. Pero, sin duda, Camps, a sus 62 años, ha vuelto. Aspira «a ser todo» lo que le pidan. Y a su partido le pide solo una cosa: «Que tenga menos complejos». Los que él no tiene.
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