Bildu exige un «programa plurinacional» tras reunirse con Sánchez y el PNV dice que no va a «mercadear»
Las dos formaciones abertzales se han entrevistado este miércoles con el presidente
Dos reuniones, una única fotografía. EH Bildu y PNV se han reunido este miércoles con Pedro Sánchez dentro de la ronda abierta por el presidente ... del Gobierno para intentar calmar a sus aliados tras la tormenta abierta por el escándalo que ha estallado alrededor de Santos Cerdán. En realidad, lo que quieren los socios del Ejecutivo, los que de verdad mantienen a Sánchez en la Moncloa, es obtener ciertas garantías de que no hay más. De que después de Koldo García, José Luis Ábalos y el hasta hace poco secretario de Organización del PSOE no surgirán más sorpresas. El problema es que, como admitió ayer la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, nadie lo puede asegurar. Aun así, lo que jeltzales y soberanistas han querido trasladar a Sánchez es la necesidad de que debe ir más allá, que no vale con amenazar con que llegan el PP y Vox. Pero mientras la formación liderada por Arnaldo Otegi quiere que haya imagen del encuentro, los de Aitor Esteban optan por la discreción.
Por el PNV ha acudido la portavoz en el Congreso. Maribel Vaquero ha exigido este miércoles al presidente que cumpla el pacto de investidura que selló con su partido en 2023, aunque ha dejado claro que la formación jeltzale actuará con «prudencia», irá «contrastando» las informaciones que puedan seguir saliendo sobre la participación del ex número tres del PSOE, Santos Cerdán, en la trama de comisiones del 'caso Koldo', y no va a aprovechar para «mercadear» con el Gobierno.
Según su relato, Sánchez no ha puesto sobre la mesa un plan con el que intentar agotar la legislatura. «No ha presentado nada, pero está preocupado», ha admitido, a la vez que ha destacado que el presidente sí ha sido «tajante» al afirmar que «no encuentra ningún tipo de indicio de financiación irregular» del PSOE.
La delegación de EH Bildu ha estado encabezada por Mertxe Aizpurua y Gorka Elejabarrieta, portavoces en el Congreso y en el Senado. Y lo que han trasladado al jefe del Ejecutivo, según ha informado la propia coalición a través de un comunicado, es la «necesidad de actuar con toda la contundencia» y adoptar «medidas en profundidad contra los presuntos casos de corrupción que deberán ir acompañadas de propuestas concretas y efectivas para avanzar en la cada vez más urgente regeneración democrática».
Unas decisiones que tienen que ser «valientes e integrales» para articular un «nuevo programa político democrático, plurinacional y social» que establezca un «propósito claro» junto a la mayoría de la investidura. «Ya no es politicamente suficiente con señalar que la alternativa a este Gobierno es peor», indica EH Bildu a la espera de la valoración oficial del PNV, que ha apostado por la discreción.
Más allá de diferencias comunicativas, detrás de esta decisión se esconden estrategias y contextos políticos que van por caminos diversos. EH Bildu nunca ha ocultado que su relación con Sánchez le ha permitido 'normalizarse' y desprenderse, al menos en parte, de su imagen más dura, vinculada con los lazos de la izquierda abertzale con el terrorismo. Para ellos, cada fotografía con el PSOE o el Gobierno ha sido oro. Desde la primera que se sacó una delegación encabezada por Aizpurua con Rafael Simancas y Adriana Lastra a finales de 2019 de cada a la investidura de Sánchez.
Los antecedentes
Después llegaron muchas más, hasta la más simbólica, la de octubre de 2023, también para otra investidura. Era la primera vez que un dirigente de EH Bildu se entrevista cara a cara con un presidente del Gobierno español. A Aizpurua le acompañaba Elejabarrieta; a Sánchez, Santos Cerdán. Durante estos años, los de Otegi se han comportado como uno de los socios más fieles del Gobierno y sus dirigentes no ocultan que el hecho de que siga en la Moncloa les abre una «ventana de oportunidades».
La situación del PNV es diferente. Sigue siendo su aliado y lo ha sido desde la moción de censura de 2018. Pero algo está cambiando. Los jeltzales son conscientes de que la situación se está complicando y Sabin Etxea da señales de estar preparándose para un final abrupto de la legislatura. Eso, a corto plazo, porque a medio nadie descarta que el PNV acabe acercándose al PP, siempre y cuando Vox no esté en la ecuación. En todo caso, los de Esteban empiezan a contemplar la necesidad de marcar distancias.
Un escenario muy similar al catalán. Entre las dos formaciones nacionalistas también ha habido diferencias. ERC se reunirá hoy con Sánchez. Y tampoco habrá fotografía de la conversación. Algo que sí ocurrió ayer, cuando Jordi Turull y Míriam Nogueras estuvieron con el presidente. En este caso, la imagen era el mensaje. El secretario general de Junts se convirtió en el primer dirigente condenado por el 'procés' en acudir a Moncloa. Y los de Carles Puigdemont saben que pueden presionar más. Y ya lo hicieron: más reuniones en Suiza con el prófugo Carles Puigdemont.
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