Bildu y Podemos acusan al PNV de usar los disturbios para «incendiar» el debate político

Los incidentes más relevantes se han registrado en Santurtzi y San Sebastián. En el caso de la capital guipuzcoana, en varias ocasiones y teniendo como escenario la Parte Vieja. Y eso tiene su importancia simbólica. Fue donde durante años los grupos más radicales concentraban la kale borroka. Arnaldo Otegi llegó a afirmar la semana pasada que dentro de la Erzaintza existe «un sector grande» que «toma determinadas zonas como territorio hostil». En Santurtzi, uno de los dos detenidos por atacar a la Policía cuenta con antecedentes por violencia callejera. «Son sus jóvenes. En Euskadi nos conocemos todos y sabemos los eslóganes y las pintadas que acompañan a estos incidentes», afirmó el domingo Andoni Ortuzar.

Hasta el momento, tanto EH Bildu como Sortu han evitado una condena expresa de los ataques y se han desmarcado de los pronunciamientos oficiales que se han realizado en diferentes ayuntamientos. Lo máximo que han hecho es pedir «responsabilidad» tanto a la Ertzaintza como a la ciudadanía y, básicamente, acusar al PNV de usar estos incidentes para tapar los escándalos vinculados con la gestión de la pandemia. Cómo responder a estos incidentes siempre genera problemas en Bildu. La negativa a condenarlos de forma explícita da argumentos a los que consideran que no ha roto con su pasado y diluye sus victorias políticas, sobre todo las logradas en Madrid. Pero un desmarque expreso también generaría tensiones internas, con un sector de la militancia muy crítico con las medidas de control impuestas para frenar la pandemia. A esto hay que sumar que grupos que orbitan en la disidencia se han mostrado públicamente a favor de desobedecer las restricciones. En este juego de equilibrios, Bildu ha optado por mantener la cohesión interna.

El domingo, Arkaitz Rodríguez afirmaba que «en política no todo vale. Desde luego, difamar y calumniar para tratar de desviar el debate y ocultar el escándalo de las 'vacunas VIP' y la nefasta gestión de la pandemia, no». El líder de Sortu iba ayer un paso más allá. Aprovechaba una intervención de la Ertzaintza durante una protesta laboral en Barakaldo -en la que hubo varios heridos y que el Departamento de Seguridad va a investigar- para añadir: «Improvisación, soberbia, mentiras y palos: ese está siendo todo el plan del PNV para hacer frente a la pandemia y sus diversas consecuencias». En una línea similar, el portavoz de EH Bildu en las Juntas Generales de Álava, Kike Fernández de Pinedo, un histórico de la izquierda abertzale, aseguraba que las declaraciones del PNV en las que culpabiliza a la coalición de los incidentes que se están produciendo en algunas ciudades es una «cortina de humo».

En el Gobierno vasco admiten que tampoco esperan mucho de Bildu. «Si no han sido capaces de condenar a ETA, tampoco lo van a hacer ahora», señalan desde el Ejecutivo. Pero el problema para el PNV es que las críticas no solo le llegan desde Bildu. Elkarrekin Podemos-IU también ha cuestionado algunas intervenciones de la Ertzaintza y ha considerado que la formación liderada por Ortuzar usa los incidentes como un 'escudo' para parar los ataques que está recibiendo por la pandemia. Según Iñigo Martínez, el PNV trata de «enredar e incendiar la situación política» al intentar «achacar a los partidos de la oposición determinada responsabilidad».

«Condenamos los incidentes y respaldamos la labor de la Ertzaintza y policías municipales, pero al mismo tiempo reivindicamos el derecho a criticar determinadas actuaciones. Una cosa no quita a la otra», añadió Martínez en Radio Euskadi.