Bildu da oxígeno a Sánchez mientras el PNV busca exprimirle por si hay adelanto electoral
Los socios vascos del presidente contienen el aliento ante la posibilidad de que nuevas revelaciones hagan caer al Gobierno
El principal efecto que la bomba política del 'caso Cerdán' ha provocado en PNV y Bildu, los socios vascos de Pedro Sánchez, es común a ... ambos: desconcierto absoluto. Incertidumbre. Sensación de caminar sobre un campo de minas que en cualquier momento pueden estallar con consecuencias devastadoras. Sin embargo, la reacción de ambas fuerzas nacionalistas a la severa crisis que atenaza al Gobierno de PSOE ySumar está siendo bien distinta.
Publicidad
Noticia relacionada
Sánchez coge aire con Trump y Netanyahu ante un temporal en casa que no amaina
Ambos, que siguen empatados en intención de voto según el último Sociómetro, nadan y guardan la ropa, sí, y ninguno ha dado el paso, ni mucho menos, de 'borrarse' de la nómina de socios de Moncloa, pero mientras Bildu da muestras de liderar la respiración asistida al presidente para que aguante, como mínimo, hasta 2027, el PNV recalca que su función no es «proteger Gobiernos» y se pone de perfil, a resguardo de futuras revelaciones comprometedoras, mientras se apresta a 'exprimir' el jugo de sus acuerdos de investidura con Sánchez, singularmente el compromiso de completar el Estatuto de Gernika, convencido de que el reloj de la legislatura puede haber iniciado ya la cuenta atrás de un final abrupto. Es decir, de unas elecciones anticipadas en cuestión de meses que Sabin Etxea en absoluto descarta.
En el caso de Bildu, que se jacta de ser la única fuerza con «cero» casos de corrupción en su haber y pone el foco en castigar a las empresas que pagan mordidas para conseguir contratos públicos, la razón de su perfil discreto –en las antípodas de sus aliados de ERC– tiene un nombre: Navarra. La coalición soberanista, que ha emprendido un camino de reconversión institucional que persigue acceder al poder en la comunidad foral y en Euskadi a corto o medio plazo, ha sacado chispas a su apoyo desde fuera al Gobierno de María Chivite y, una vez consumada la moción de censura que dio la makila a Joseba Asirón en Pamplona de la mano del PSN, nunca ha descartado acabar entrando en el Ejecutivo foral.
Ahora, sin embargo, el Gobierno de Chivite, que ha labrado toda su carrera política de la mano de Santos Cerdán, está en el punto de mira por las adjudicaciones de obra pública, entre ellas el megacontrato de 76 millones de los túneles de Belate en 2023, a la UTE de Acciona y Servinabar 2000, la empresa de la que Cerdán adquirió un 45% de las acciones según un contrato privado al que el exsecretario de Organización del PSOE negará mañana validez en su declaración ante el juez, al no haber sido elevado a escritura pública.
Publicidad
Pues bien, desde el entorno de Bildu –que tuvo en Cerdán a su principal interlocutor en Madrid y que, al igual que Chivite, ha apoyado la creación de una comisión de investigación en el Parlamento navarro– se avala esta tesis e incluso se siembran dudas sobre el documento que, destacan, no tiene firma notarial y que el juez del Supremo Leopoldo Puente habría denegado entregar a la defensa del exdiputado y que se habría filtrado cuando estaba aún solo en poder de la UCO.
El nulo interés de Bildu en hacer sangre conCerdán contrasta con su apoyo a Sánchez cuando todos los demás socios de izquierdas dan muestras de ir tomando distancia. La coalición soberanista –he aquí otra razón de peso– necesita al PSOE en Moncloa para seguir cerrando carpetas del pasado como la de los presos y es consciente de que su apoyo al presidente, al contrario de lo que le sucede al PNV, no le provoca desgaste entre un electorado con aversión a todo lo que suene a PP y Vox. Justo después de la cumbre de la OTAN, Bildu consideró «acertada» su postura de negarse a subir el gasto miltar hasta el 5% y celebró que hiciera «enfadar» a Trump porque eso «nunca es malo».
Publicidad
Contratos públicos
Mientras, el PNVhace cálculos. La impresión en Ajuria Enea y Sabin Etxea es que Sánchez está en situación de «extrema debilidad» y que la legislatura pende de un hilo cada vez más fino. Los jeltzales creen que puede haber más titulares de grueso calibre en las próximas semanas y han colocado la línea roja imaginaria en que el 'caso Cerdán' salpique al mismísimo Sánchez o a la sigla PSOE. Incluso han puesto en marcha su propia auditoría, que finalizará en unas dos semanas, desde que el tándem Koldo-Cerdán inició sus andanzas según la UCO –hace una década– para cerciorarse de que los tentáculos de Servinabar no llegaron a la contratación pública de Lakua.
Mientras el escándalo siga encapsulado en el famoso «triángulo tóxico» que ambos formaban con el exministro Ábalos, los jeltzales mantendrán también su propia carta de navegación, que pasa por centrar el relato en el cumplimiento de los acuerdos y en una Comisión Bilateral, agendada para el 15 de julio, de la que esperan sacar petróleo. En concreto, un primer paquete –el de las prestaciones familiares no contributivas y el subsidio por desempleo– del altamente simbólico traspaso de la Seguridad Social y el compromiso de transferir también las pensiones antes de final de año.
Publicidad
La fecha no es baladí porque pocos en el PNV creen que Sánchez pueda llegar a 2027. Es más, están convencidos de que el presidente, que ha perdido la mayoría de la investidura con las deserciones de Ábalos, Podemos y ahora miembros de Sumar al Mixto, podría presentar unos Presupuestos muy «sociales», con subidas cuantiosas en el salario mínimo o las pensiones, y después disolver las Cortes, entre el próximo invierno y la primavera de 2026, con la excusa del bloqueo a las Cuentas.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión