Belarra precipitó el giro de Podemos para frenar el acuerdo fiscal con PNV y PSE
La secretaria general de los morados intervino ante la dirección vasca tras una conversación con EH Bildu sobre el efecto de la revisión tributaria
La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, intervino directamente el pasado lunes para frenar el preacuerdo fiscal que había alcanzado la formación morada con PNV ... y PSE-EE y que había sido apoyado por el 46% de sus militantes frente a un 43% en contra en una consulta interna. Belarra habló directamente con el coordinador de Podemos Euskadi, Richar Vaquero, tras mantener una conversación con un dirigente de EH Bildu que le transmitió su inquietud por los efectos en el medio plazo de este pacto.
El giro en Podemos, según han apuntado a este periódico fuentes conocedoras del proceso, comenzó a fraguarse en la mañana del lunes cuando un dirigente de EH Bildu, cuya identidad se desconoce, se puso en contacto telefónico con Ione Belarra, secretaria general de los morados, para advertirle de las serias consecuencias que tendría un acuerdo fiscal con PNV y PSE «para diez años» sin abordar un cambio estructural en el modelo tributario. Los resultados de la consulta interna en esta formación estaban 'calientes' sobre la mesa. Un 46% se posicionó a favor y un 43% en contra. La sorpresa en Podemos en Madrid, que tiene los datos del censo, es notable.
Richar Vaquero, coordinador de Podemos Euskadi, recibió de Belarra un mensaje muy crítico con el preacuerdo. Primero porque la consulta se había llevado a cabo con demasiada premura, sin seguir el modelo telemático de otros procesos y con una participación de los círculos que apenas llegó al 25% de militantes. Desde Madrid se ha visto que ha existido cierta precipitación y falta de experiencia del nuevo equipo directivo.
Belarra convenció a Vaquero de que un asunto de esta envergadura no podía despacharse en una consulta así, y que ésta no tenía que ser vinculante, a pesar de que se había presentado con esa naturaleza con anterioridad. La ejecutiva de Podemos Euskadi, que había apoyado antes de la votación entre los afiliados el acuerdo por amplia mayoría –la única opinión discrepante fue la del juntero alavés David Rodríguez– decidió por la tarde envolverse en un nuevo relato. Se pasaba de aprovechar la «oportunidad» mediática que proporcionaba el pacto a volver a la exigencia desde la izquierda ante la existencia de un «empate técnico». La dirección de Podemos Euskadi se agarró al argumento de que la participación había sido baja y que el resultado «no era concluyente». Y añadía que seguía en la mesa de negociación y estaban dispuestos a recibir nuevas propuestas que implicaran un cambio «estructural» de la fiscalidad por parte de jeltzales y socialistas.
El giro trastoca todos los planes y la apuesta por un pacto con Podemos que había asumido el PNV a propuesta del PSE-EE vuelve a encallar. Pero, más allá de desencuentros ideológicos y tácticas de corto plazo, se pone de relieve un escollo mayor. La controversia amenaza con cuartear el orden geopolítico vasco y, de rebote, el sistema institucional anclado en el Estatuto de Gernika. La introducción de lleno del tradicional eje derecha-izquierda en un escenario más complejo –la estrategia tributaria es el escaparate por excelencia de la personalidad de cada partido político– dinamita la frontera entre nacionalistas y no nacionalistas, y abre una reflexión de fondo sobre la vertebración de Euskadi.
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