«Nuestros votos para hacer vicepresidente a Iglesias no les parecieron tan casposos», recuerda Atutxa
El acuerdo entre socialistas y morados en Irún agrava la brecha y la presidenta del PNV de Bizkaia advierte a Garrido de que no aceptarán «lecciones de democracia»
olatz barriuso
Lunes, 30 de noviembre 2020, 11:36
El río ya bajaba revuelto y el acuerdo alcanzado entre PSE y Podemos en Irún para conformar su primer gobierno de coalición en Euskadi ha acabado por enturbiar las aguas. La tensión entre el PNV y la formación morada, latente por el interés de Pablo Iglesias en hacer valer su alianza paralela en Madrid con ERC y EH Bildu, ha acabado por explotar, azuzada por el pacto en la localidad fronteriza. El detonante, las declaraciones que el fin de semana hicieron las líderes de Podemos y Ezker Anitza-IU, Pilar Garrido e Isabel Salud, que no solo sugirieron que lo que el PNV considera una «excepción» local puede ser el germen de un futuro pacto de izquierdas más amplio que desaloje a los jeltzales de las instituciones, sino que lo hicieron además con el argumento de que esa alianza de socialistas, morados y EH Bildu sería «lo lógico y lo democrático».
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«Un acuerdo tripartito que florezca, acabando con la hegemonía casposa y de tantos años del PNV, que además es una hegemonía que está al servicio de las élites económicas vascas», sentenció Salud. La respuesta, fulminante, ha llegado hoy por boca de la reelegida presidenta del PNV en Bizkaia, Itxaso Atutxa, que quiso recordar a Podemos que Iglesias es vicepresidente gracias al PNV. «Los votos del PNV para que su secretario general sea ahora vicepresidente del Gobierno no les parecieron tan casposos ni tan poco democráticos», ha contraatacado la dirigente jeltzale, que ha advertido de que acusaciones tan «graves» como esa «no se pueden volver a repetir».
El enfado en el PNV ya había prendido por el protagonismo que Iglesias, con la aquiescencia del presidente Pedro Sánchez, ha concedido a EH Bildu en la negociación presupuestaria, hasta el punto de incluir a los republicanos catalanes y a la coalición de Arnaldo Otegi en la «dirección de Estado». Andoni Ortuzar sugirió, en una entrevista en EL CORREO, que Sánchez debería dar un «puñetazo en la mesa» para frenar a su vicepresidente segundo, pero eso no solo no ha sucedido, sino que el acuerdo de Irún ha dado alas al discurso morado sobre las alianzas de izquierdas. Pese a su manifiesto carácter local, el propio Iglesias lo aplaudió en su cuenta de Twitter el sábado: «Es una gran noticia que sigue afianzando un rumbo de progreso en cada vez más lugares».
Las palabras de Garrido sobre lo «democrático» del acuerdo han acabado por agotar la paciencia de Sabin Etxea. Entrevistada en 'Onda Vasca', la líder del Bizkai buru batzar se ha remontado incluso a la Guerra Civil, para recordar cómo «los gudaris» jeltzales «lucharon por la paz». «¿Cuál es el respeto de esta señora por los 400.000 votos que la ciudadanía vasca ha otorgado al PNV en las últimas elecciones?», se ha preguntado Atutxa, que ha advertido de que su partido no aceptará «lecciones de democracia» de nadie, tampoco de Podemos. Atutxa ha opinado que Iglesias «busca ser el líder de un bloque para reforzar lo que las urnas no le dieron frente al PSOE, y ahí ha enttrado también Bildu». El PNV, en cambio, como partido «centenario», ha subrayado Atutxa, «no necesita que nadie le represente en el Congreso». Lo que le ha servido, a su vez, para lanzar una andanada a la izquierda abertzale por la «autoenmienda a la totalidad a toda su trayectoria» que supone su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado.