El amianto como paradigma de la batalla vasca en Madrid
La aprobación de un fondo de compensación para las víctimas desató una pugna entre PNV, PSE, Bildu y Podemos
En Madrid se da la circunstancia de que 17 de los 18 diputados vascos apoyan de una u otra manera al Gobierno. Corresponden a cuatro ... partidos políticos muy diferentes entre sí como PNV, PSE, EH Bildu y Podemos. Pero todos ellos comparten el mismo deseo: el de aparecer como todo un 'conseguidor' ante el electorado en Euskadi. Tras décadas en las que los jeltzales prácticamente han monopolizado ese ejercicio, ahora hay competencia. Y eso se nota en casi cualquier parcela. La última, la del fondo de compensación para las víctimas del amianto, que ha sido incluido en los Presupuestos del Estado.
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Su creación es una vieja aspiración común del Parlamento vasco. En dos ocasiones han acudido delegaciones de la Cámara autonómica al Congreso para pedirlo. Obtuvo luz verde de los grupos en el último intento, llevado a cabo el pasado mes de abril, pero aún faltaba la aportación económica en una ley presupuestaria.
En paralelo, Podemos Euskadi buscaba una bandera a la que agarrarse para reivindicar su papel y tratar de neutralizar la influencia de PNV y EH Bildu en la negociación presupuestaria. Así que la coordinadora autonómica y diputada por Gipuzkoa, Pilar Garrido, comenzó meses antes una importante campaña a favor del fondo para las víctimas del amianto. Se reunió con numerosas asociaciones y sindicatos, y mencionó el asunto en cada una de sus comparecencias públicas.
La formación morada no logró el compromiso del PSOE para incluir la partida en el proyecto aprobado por el Consejo de Ministros, pero no tiró la toalla y mantuvo su objetivo de cara a la fase de enmiendas. Confiaba en que la presión de PNV y EH Bildu, que presentaron correcciones en este mismo sentido aunque con diferentes importes, contribuyera a arrancar finalmente ese dinero. Y tras muchas conversaciones, así acabó siendo.
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«Excluidos deliberadamente»
Pero ahí comenzó la batalla del relato. Garrido quiso que el acuerdo contara con la firma de los cuatro grupos. Sin embargo, según fuentes conocedoras de la negociación, EH Bildu torció el morro. A sabiendas de que el PNV lograría algún tipo de compromiso sobre el TAV, la formación abertzale demandaba para sí un logro social que pudiera 'vender' al margen de los jeltzales. «Nos excluyeron de forma consciente y deliberada. Ellos tendrán que explicar por qué», corroboran fuentes nacionalistas.
Conseguida su pretensión, Bildu corrió a difundir una nota de prensa en la que se arrogaba la consecución de los 25 millones de euros. Una rapidez que incomodó sobremanera a Podemos, que quería 40 millones y demanda la 'paternidad' del fondo. Y por si fueran pocos, también el PSE quiso asomar la cabeza y convocó una rueda de prensa al día siguiente para tratar de apuntarse el tanto. En este sentido, fuentes socialistas recuerdan que Podemos «ni siquiera existía cuando el Parlamento vasco empezó a hablar sobre este asunto».
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