Carlos Mazón, respaldado por el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo. EP
Opinión

Jugar con barro

Viernes, 15 de noviembre 2024, 00:01

Lo han vuelto a hacer. Mientras emergencias, bomberos, policías, militares y voluntarios se afanan en hacer desaparecer los efectos materiales de esa terrible dana que ... nos ha dejado más de 220 víctimas y pérdidas incalculables, la política insiste en volver a restregarse en el barro. Y sus salpicaduras no sólo manchan. Cabrean. Si hay un personaje a quien políticamente se ha llevado la riada ese es Carlos Mazón, del PP. Su negligencia y la de su Govern, sus silencios y sus mentiras, probadas no opinables, debieran haberle aconsejado dimitir. Si no, el líder de su partido, Alberto Núñez Feijóo, tendría que haberle abierto de par en par la puerta de salida.

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No ha sido así. Mazón sigue. Hoy comparece ante las Corts para dar cuenta de su infame gestión y anunciar medidas para la reconstrucción. La tragedia humana no se borrará en mucho mucho tiempo. Según su jefe, Feijóo, con su intervención el president 'reconfortará' a los ciudadanos. ¿Es que va a anunciar al fin su adiós, aunque sea en diferido, como los pagos a Bárcenas? No parece. ¿Y de verdad cree el líder del PP que el president puede seguir cuando -como le ocurre a Pedro Sánchez- no puede salir a la calle sin temer la reacción de algunos de sus administrados?

El líder de la oposición ha sopesado estos días cómo hincarle el diente a esta gravísima crisis que pone en riesgo sus aspiraciones de poder y cree haber dado con la tinta de calamar que necesitaba para volver a embarrar el terreno de juego político. La pieza a sacrificar, la vicepresidenta Teresa Ribera, cuyo departamento es el responsable de la seguridad de presas y cauces. El PP ha dictado sentencia: culpable. En consecuencia debe renunciar a ser vicepresidenta del nuevo Colegio de Comisarios de la UE de Ursula von der Leyen, fruto de un complejísimo pacto entre conservadores, socialdemócratas y liberales.

Feijóo ha logrado el respaldo del líder del PP europeo, Manfred Weber, y el nombramiento se encuentra en el aire. Con ello el pacto para el nuevo gobierno europeo amenaza con saltar por los aires. Pequeño detalle a tener muy presente: Von der Leyen y Weber son alemanes y democristianos, pero la primera pertenece a la CDU y el segundo a la CSU bávara, bastante más conservadora. Y lo fundamental: son reconocidos adversarios y en marzo hay generales en Alemania.

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Feijóo ha conseguido enfangar a Ribera, sí, pero no desenfangar a Mazón. La sigla PP sale manchada de esta crisis. Pero también la del PSOE. Y es que al margen de Ribera, cuya culpabilidad no termino de ver, es evidente que Sánchez jugó en los primeros momentos de la tragedia a que se le vieran todas las costuras al negligente Govern popular. Y resulta impresentable que esta semana haya estado en Azerbayán en vez de venir al Congreso.

El Gobierno de izquierdas sigue sin aliados para gobernar. El PP intenta que Mazón no le haga perder Valencia porque ello, unido a su escaso peso en Euskadi y Cataluña, dificultaría el asalto de Feijóo a La Moncloa. Y la ultraderecha, con Trump de vuelta,… relamiéndose. ¡Cuidado!

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