Para «paripé», la negociación de los Presupuestos vascos
El PNV y EH Bildu llevan semanas mareando la perdiz en torno a un acuerdo tan innecesario para que Euskadi tenga Cuentas en 2025 como estratégico de cara al ciclo electoral de 2027 y 2028, sobre todo para la coalición abertzale
La Real Academia de la Lengua define 'paripé', en su primera acepción, como «fingimiento, simulación o acto hipócrita». Paripé es, según el portavoz del PNV ... en el Congreso de los Diputados, Aitor Esteban, lo que está haciendo Podemos en su intento de prorrogar el gravamen extraordinario a las compañías energéticas.
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Sigamos con los «paripés». Ahí está la negociación del proyecto de Presupuestos del Gobierno vasco que llevan semanas protagonizando el Departamento de Hacienda y EH Bildu. Ambas partes han estado mareando la perdiz en torno a un acuerdo tan innecesario para que Euskadi tenga Cuentas en 2025 como estratégico, sobre todo para la coalición abertzale, de cara al ciclo electoral de 2027 (comicios municipales y forales) y 2028 (autonómicos) en el que EH Bildu busca dar un sonoro 'sorpasso' al hasta ahora hegemónico PNV.
Ahí radica el paripé al que se refería Esteban. Porque en Euskadi, más allá del irrespirable ambiente madrileño, también los hay. PNV y EH Bildu llevan semanas negociando de cara a la galería, buscando mitigar el parte de daños de una ruptura que estaba cantada. Una batalla por el relato a ojos de la ciudadanía en la que ambas partes intentan que el otro quede como el malo de la película, endosándole el fracaso de que en Euskadi no haya un gran acuerdo político entre los dos principales partidos vascos.
¿Significa esto que Euskadi no tendrá Presupuestos en 2025 para afrontar otro ejercicio convulso en lo geopolítico con Alemania y Francia, principales destinos de las exportaciones vascas, sumidos en una grave crisis? Ni mucho menos. El nuevo Gobierno de coalición PNV-PSE liderado por Imanol Pradales tendrá Cuentas el próximo año porque en las elecciones autonómicas de primavera sumaron 39 de los 75 escaños.
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Dicho de otro modo, que el Ejecutivo disfruta de una cómoda mayoría absoluta que le permitirá marcar la agenda de aquí a 2028 sin cerrar la puerta, o eso aseguran, a ampliar las mayorías con el resto de formaciones del Parlamento. Ya sea con EH Bildu, sí, pero también con el PP o con Sumar, como se está viendo en diferentes votaciones sectoriales –con todos menos con Vox, que tampoco tiene la menor intención en acordar algo con alguien–.
PNV y EH Bildu están compitiendo por hacerse con eso llamado «centro» y que ya nadie sabe muy bien qué es
El paripé es tal que el jueves, el Gobierno vasco decidió acabar con la teatralización y dar por rotas las negociaciones después de que la izquierda abertzale no aceptase su «última propuesta». Bildu, sin embargo, sigue asegurando que todavía hay tiempo para alcanzar un acuerdo antes de que el día 20 se voten de forma definitiva los Presupuestos. Recuerdan que los ciudadanos quieren acuerdos y que hay que pensar en las cosas que necesitan, como la vivienda o el salario mínimo. Un mensaje lanzado por su portavoz, Pello Otxandiano –el «líder de la oposición», como intenta Bildu que se le conozca–, en clave puramente táctica. Buenos y malos, ya saben.
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Recuerden la respuesta que dio en su reciente entrevista con EL CORREO a la pregunta de si hay una batalla con el PNV por ocupar el centro sociológico: «Pues sí, porque somos dos fuerzas políticas que hoy en día estamos casi a la par. Esa competencia es inevitable. Y además, incluso sana, si se gestiona adecuadamente. Pero no creo que estemos rebajando nuestros principios ideológicos. Se ha visto en el debate de la reforma fiscal en el Estado quién defiende qué posiciones. El PNV no hace demasiado explícitas algunas posturas que defiende en materia fiscal, energética o de vivienda porque sabe que la sociedad vasca está en el eje centroizquierda».
¡El centro! ¿Quizá tenga algo que ver que, según el Sociómetro, la pulsión identitaria y los defensores a ultranza de la independencia están en mínimos históricos? Porque los de Arnaldo Otegi, cosas veredes, no son los únicos que quieren encontrar y asentarse en el centro. El PNV, en las ponencias trasladadas a sus bases de cara a la Asamblea General de finales del próximo marzo, confiesa que uno de los grandes objetivos es «recuperar la centralidad» como partido «transversal», «regenerar la confianza» de la sociedad y que Euskadi le vuelva a percibir como «un partido del pueblo». ¿Recuperar? El verbo no es ni mucho casual.
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Así que en eso estamos, viviendo las últimas horas del nuestro particular 'euskoparipé'. Porque, aunque Aitor Esteban considere que es lo que hace Podemos con el gravamen a las energéticas, lo de la negociación presupuestaria vasca tampoco le va a la zaga.
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