Casado rechaza el acercamiento de presos de ETA entre abucheos en Vitoria

Tenso estreno del nuevo presidente del PP en el País Vasco. Pablo Casado ha visitado este domingo Vitoria para escenificar su acercamiento a la cúpula del partido en Euskadi, que hizo una activa campaña a favor de Soraya Sáenz de Santamaría en las primarias, pero su paseo por el corazón de la ciudad, que celebra el día grande de sus fiestas, ha quedado marcado por los insultos y los abucheos que un centenar de vecinos han proferido contra él. No se ha producido ningún incidente, pero sí varios enfrentamientos verbales entre simpatizantes populares y algunos grupos que han tratado de boicotear las declaraciones de Casado a los medios de comunicación y su posterior caminata.

Desde que fuera elegido hace un par de semanas, el nuevo líder del PP ha iniciado una ruta por algunos de las comunidades españolas más simbólicas. Cataluña, Madrid, Andalucía y este domingo el País Vasco, uno de los grandes reductos del 'sorayismo'. En una mañana abrasadora, Casado ha llegado escoltado por Javier Maroto, número tres del partido y uno de los valedores de su candidatura desde el principio, pero había expectación por presenciar el encuentro con el presidente de los populares de Euskadi, Alfonso Alonso, que hace apenas unos días mostró su malestar por la escasa integración de la candidatura perdedora en el equipo del nuevo presidente. Las dudas se han disipado rápido: sonrisas, abrazos, apretones de mano y un simbólico anudado del pañuelo festivo.

Buscando cerrar heridas, Casado ha dicho que quiere mantener una «excelente» relación con el PP vasco, a cuyos miembros ha calificado como «héroes» por su resistencia ante el terrorismo de ETA. También ha mostrado su «absoluta confianza» en Alfonso Alonso, de quien ha dicho que debe ser «esencial» para el partido «en Euskadi y en el resto de España».

El presidente del PP también quería repetir el mensaje que el jueves le trasladó al presidente del Gobierno en su encuentro en La Moncloa: que los populares están en contra de que se produzca un acercamiento de presos. «No lo toleraremos porque no cabe ningún beneficio para ETA ni antes de que dejara de matar ni ahora cuando no han tenido ni la decencia de ayudar a esclarecer los asesinatos pendientes». En ese sentido, ha anunciado que su grupo va a promover en el Congreso una nueva ley de dignidad y justicia que «fomente el homenaje a las víctimas del terrorismo y prohíba los homenajes» a etarras.

Sobre todo eso quería explayarse Casado, y sobre la excarcelación de 'Santi Potros' y hasta la situación política en Venezuela y Colombia, pero el estruendo de las protestas le ha obligado a dejar de hablar. Varios grupos de personas se han arremolinado a su alrededor coreando consignas a favor de la independencia, los presos, los jóvenes de Alsasua encarcelados y también las dudas generadas en torno a los estudios del presidente del PP. «Alde Hemendik (fuera de aquí)», le han llegado a lanzar a apenas un par de metros. «¡Vete tú!», ha respondido uno de los acompañantes de Casado. «Hay que recuperar la convivencia y la concordia por encima de minorías radicales», ha lamentado el líder popular.

Entre gritos, Casado, Alonso y Maroto han encabezado una comitiva por el corazón de Vitoria que también estaba integrada por rostros significativos del PP vasco: la secretaria general Amaya Fernández; el líder del partido en Álava, Iñaki Oyarzábal; la portavoz en el Ayuntamiento vitoriano Leticia Comerón; los parlamentarios Carmelo Barrio, Javier Ruiz de Arbulo y Laura Garrido; históricos como Ramón Rabanera y los exdelegados del Gobierno Carlos Urquijo y Javier de Andrés. El grupo ha partido del edificio que acoge el Memorial de Víctimas, ha recorrido las calles más céntricas y la plaza de la Virgen Blanca. Ha tratado de llegar a la iglesia de San Miguel en la que durante toda la mañana se ha realizado una ofrenda, pero ha desistido por la cantidad de gente que había en el entorno y los insultos.