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Fuera del Radar | T1 Ep. 1

La culpa de estar vivo

En 2016 se produjo un incendio en Oviedo. Un bombero murió y otro se salvó. El superviviente emprendió una batalla por la memoria de su compañero, movilizando a la profesión a nivel nacional.

Jueves, 28 de abril 2022, 11:29

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Era media tarde en Oviedo. Había centenares de curiosos, hipnotizados por un fuego inextinguible que duraba más de cuatro horas. En medio de las llamas, dos hombres cayeron al vacío desde 18 metros de altura. Lo que empezó como un accidente, una tragedia, se convirtió con el tiempo en una enorme movilización de bomberos de todo el país. Y en una guerra íntima contra la culpa de alguien que se pensaba inmortal.

Créditos

  • Producida por Carmen Muñiz, Mónica Yugueros

  • Ilustración de Alicia Caboblanco

  • Edición y coordinación de Andrea Morán

  • Producción sonora de Rodrigo Ortíz de Zárate

  • Producción ejecutiva y dirección de José Ángel Esteban

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Transcripción

Fuera del Radar | T1 Ep. 1

La culpa de estar vivo

José Ángel Esteban: ¿Qué tal? Esta historia tiene que ver con el fuego y con la vida y la muerte. También con ser un héroe o, mejor dicho, con sentirse un héroe. Es una lucha también por la dignidad y la memoria de un compañero. Y por un mejor futuro para todos. Y para contarla no estamos solos.
PROMO
Estamos en Oviedo, Asturias, el día 7 de abril del 2016. Son las cuatro y veinticinco de la tarde. Las llamas devoran desde hace más de cuatro horas un edificio de viviendas, oficinas y bajos comerciales en el corazón de la ciudad. El cielo está ensombrecido por una gran nube negra. Centenares de curiosos miran atónitos hacia el número 58 de la calle Uría, donde los bomberos atacan exhaustos el fuego.
Radio bomberos: Hay que evitar la propagación al otro edificio.
JAES: Dos de ellos, el veterano Eloy Palacio y Juan Carlos Fernández, más joven y apodado como 'Cuni', luchan como titanes desde la cesta del camión.
C: Él estaba agachado extinguiendo y yo sentiría un ruido extrañísimo y un movimiento muy raro.
JAES: Así sonó ese momento.
Radio bomberos
JAES: El edificio se vino abajo.
C: Y miré para atrás y vi cómo se derrumbaba el edificio. El suelo venía derrumbándose. De película.
JAES: 'Cuni', al que estamos escuchando, y su compañero, Eloy, se precipitaron al vacío desde 18 metros de altura. A la vez. Muy cerca el uno del otro. Pero con distinta suerte.
C: No sé cuánto pude tardar en la caída. Yo que sé... ¿Cinco segundos, diez? Una cosa así...
JAES:: Toda una vida, parece.
C: Pues eso que dicen que te pasa la vida por delante de tus ojos. A mí no me pasó. Yo lo que estaba pensando era ¿dónde está el suelo?
JAES: 'Cuni' hasta entonces no se sentía como cualquier ser humano. Ni sentía el miedo. Ni presentía el final.
C: ¿Sabes? Esa sensación de si yo era inmortal, yo era intocable, yo era un bombero, yo era un súper bombero.
JAES: El enorme estruendo por la caída dio paso al más absoluto silencio entre fuego, escombros y humo. 'Cuni' no veía nada y estaba herido. La saliva le sabía a sangre, tenía las dos piernas atrapadas, el equipo de aire se había roto por el fuerte choque y su chaqueta dejaba de protegerlo. El fuego le quemaba la espalda.
C: No es que la veas, es que sientes la muerte. Y recuerdo esa angustia tan grande y ya no tener aire para respirar.
JAES: Y en esa tensión no encontraba hueco para pedir auxilio por esa emisora; todo el mundo hablaba a la vez. Se sentía solo, desvalido, cautivo. Pensó en su familia, en volver a ver a su mujer y a su hijo, y vio entre la oscuridad un punto de luz, al que llegó arrastrándose.
C: Recuerdo que me asomé al balcón y vi a un compañero. Y en ese momento me acordé de Eloy y le dije '¿Eloy?'.
JAESl: Eloy, su compañero.
C: Y no me contestó, pero la cara que tenía… Esa cara me la llevaré a la tumba.
JAES: Y entonces, justo en ese momento, su fortaleza se desvaneció.
C: En ese momento empecé a tener los dolores. Y dije «ahora me voy a morir».
Sonido hospital.
JAES: A las siete de la tarde, en la habitación del hospital, a 'Cuni' le contaron que Eloy había muerto en el accidente.
C: Tuve muchas pesadillas, estuve más de un año sin dormir bien. Todavía me cuesta un poco.
JAES: Nació entonces en él el síndrome del superviviente.
C: Eso se dan muchos casos, ¿sabes? Simplemente por sobrevivir tienes esa culpa. Y yo la tuve durante bastante tiempo, la verdad.
JAES: Esta es la historia de una lucha, más bien de varias luchas: el agua contra el fuego, la vida contra la muerte. Una lucha por la justicia. Una historia que da muchas vueltas. Que empieza entre llamas y termina en los papeles políticos de una ley.
CABECERA
JAES: 'Cuni' tiene ahora 41 años y vive en Avilés, a treinta kilómetros de Oviedo. Él soñaba en su infancia con ser bombero, como la gran mayoría de niños. Sigue contando esta historia la periodista SN.
SN: A los bomberos les vemos como superhéroes de la vida real: apagan fuegos, rescatan a personas, animales... Y lo son. Por eso necesitan unas cualidades excepcionales físicas y mentales. 'Cuni' siempre fue muy activo, muy deportista, con cuerpo atlético, pero sobre todo sentía vocación de ayudar a los demás.
C: Ahí empecé a ver lo que eran las emergencias. Luego fui conductor de ambulancias, técnico de Emergencias Sanitarias durante once años y así me metí de lleno en las emergencias.
SN: Esa ilusión, esa energía, ese deseo, escondía el hecho de que el peligro era real.
C: Recuerdo que mi abuela me decía «ay, niñín, pero ¿cómo te vas a meter a bombero con lo peligroso que es?». Y yo siempre le decía «pero güelita, ¿tú viste alguna vez alguna noticia que le pasara a algún bombero?».
SN: Oposiciones, claro. Seis años. Y recorriendo miles de kilómetros por toda España para examinarse. En 2012 consiguió una plaza en Pontevedra. Ya era bombero.
C: Y, bueno, yo estaba encantadísimo de ser bombero, pero como yo soy asturiano y tengo una familia aquí en Asturias…
SN: Un año después, más pruebas para entrar al parque municipal de bomberos de Oviedo. Cada día esperaba que sonara la señal de emergencia para ponerse el traje a la carrera y subirse al camión.
C: Y recuerdo que me decían «ten cuidado con lo que deseas porque se puede cumplir». Y esa frase me quedó grabada.
SN: Como todos los novatos, las ganas y la garra le colocaban siempre en la primera línea. La adrenalina corría por sus venas.
C: Cuando tú vas a un incendio, todo el mundo sale hacia fuera corriendo y tú vas en contra de la gente.
SN: Un código de colores y un sonido indican la urgencia de la alerta en los parques de bomberos. Azul significa que puede esperar; rojo, máxima rapidez. Unos segundos pueden cambiar el destino de cualquiera.
C: Yo recuerdo ese tono. Es muy parecido al que puede sonar en los centros comerciales. Ese 'ding dong ding', Es una cosa así. Cuando estaba yo por ahí haciendo compras y sonaba, mi mujer se reía porque echaba como un pequeño sprint.
SN: Puede sonar en cualquier momento.
C: Por ejemplo, cuando por la noche que estamos en calma, que estamos descansando y suenan los tonos, pasas a lo mejor de 40 pulsaciones en reposo a 160. Eso, como decimos ahí, te quita la carbonilla de las arterias porque te pones a vivir.
SN: El 7 de abril de 2016, 'Cuni' entró de guardia a las ocho de la mañana.
C: Pues la verdad que de ese día lo recuerdo absolutamente todo. Todo.
SN: Revisaron los vehículos y el material, hicieron prácticas; todo estaba a punto.
C: Un día normal y corriente.
SN: Pero a las once de la mañana, una pareja de policías locales vio cómo salía humo de un edificio del centro de Oviedo. Llamaron a la centralita de Bomberos, y saltó el color rojo, código 10: un incendio en una vivienda.
Sonido de camiones saliendo del parque.
C: Algo que comenzaba siendo cotidiano y empezaba a ser algo muy serio. Pero, bueno, de momento yo miedo ninguno.
SN: Al llegar se encontraron que un óculo, es decir, una de esas ventanas circulares en lo más alto de la fachada, se estaba quemando en una oficina, y no lograban apagarlo con los extintores. Decidieron recurrir al agua y evacuar el edificio.
C: Dijimos bueno «esto lo apagamos, esto hacemos aquí lo que hay que hacer». Y yo me quedé rompiendo más falso techo.
SN: Por aquel entonces 'Cuni' llevaba trabajando cuatro años como bombero y nunca se había encontrado nada parecido.
C: Ya estaba viendo un mar de fuego, pero como un mar con olas de fuego por todo el edificio. SN: Una imagen de película.
C: Y yo con una manguera de 45. Digo yo «¿qué hacemos aquí?». «¿Qué hago yo aquí con esto?, le estoy haciendo cosquillas».
SN: El peligro era real.
C: Y recuerdo ya sentir cómo empezaban a caer vigas, sentir golpes, pum, pum, pum. Y de ponerme debajo de los dinteles de las puertas y decir «bueno, por lo menos tener un poco de protección».
SN: Entonces llegó una orden: abandonar el edificio. Mientras pedían refuerzos, 'Cuni' salió de aquel infierno. Cambió su equipo de respiración en la calle y se subió de nuevo a la cesta con el jefe del servicio.
C: Era inviable. Un infierno. No se podían.
SN: De cada ventana que rompían salía una bocanada, muy caliente. 'Cuni' tuvo miedo de que el humo pudiera explotar al entrar en contacto con el aire. Es la una menos cuarto de la tarde cuando aparecen los refuerzos: Eloy Palacio llega al lugar del incendio.
C: Y yo recuerdo verlo, mirándome así, hacia mí. «Vamos, venga, vamos. Sube».
JAES: Eloy Palacio era un bombero conductor de 55 años. Le quedaba poco para jubilarse. Vivía en Pola de Siero, a 20 kilómetros de Oviedo, y ese día, cuando se produjo el incendio, no le tocaba trabajar. Le llamaron para echar una mano. Pensó que sería algo sencillo, rápido. Le prometió a su mujer que volvería en dos horas… Le describen como un currante, un hombre que disfrutaba con su profesión.
SN: 'Cuni' y Eloy se conocían muy poco. Un 'buenos días' cuando se daban el relevo, un «hola, ¿qué tal?», y poco más. Nunca les había tocado trabajar juntos hasta ese día... Ese jueves, Eloy y 'Cuni' forman pareja y en la cesta ascienden juntos hasta lo más alto del edificio.
C: Entonces, cuando ya llegamos arriba, extendemos el brazo y nos ponemos a echar agua a 4.500 litros por minuto. En un minuto nos quedamos sin agua porque estábamos utilizando el suministro de los camiones.
SN: Normalmente cuando hace falta tanta agua se suelen utilizar los hidrantes. Son bocas de suministro de agua reservadas para los bomberos.
Todas las ciudades los deben de tener por normativa en sus calles. Pero el hidrante de la calle Uría de Oviedo, donde se estaba quemando un edificio, no estaba localizado. 'Cuni' y sus compañeros utilizaron las bocas de riego, las que usan los barrenderos, pero no daban suficiente agua para sofocar un fuego tan grande. 'Cuni' y Eloy intuían estos problemas desde la cesta, amarrados a un brazo articulado. El calor y el humo confundieron a los sensores del aparato que les asustaba por sus movimientos tan bruscos.
C: Y entonces de repente nos paraba. Y al pararte tan brusco, a 38 metros de altura, te hace una palanca. Dije yo «aquí salimos volando tipo tirachinas, de aquí a la catedral».
SN: Durante esas labores de extinción no solo faltó agua. También echaron en falta tener radios de comunicación para todos. Reinaba el caos, las órdenes eran muy confusas.
C: No había manera de entender quién te llamaba, con quién hablabas…
SN: Todos daban el edificio por perdido, pasto de las llamas. Ahora lo que había que impedir era que el fuego se propagara por toda la calle.
Eloy, más veterano, con más experiencia, veía lo que podía pasar. Advirtió del peligro dos veces a sus superiores, pero nadie le hizo caso. Nadie más se dio cuenta.
Radio de los bomberos: Esto va a colapsar, el tejado, y va a pasar a otro edificio. Cambio.
SN: Este es el sonido de la radio de bomberos ese día. Quien habla es Eloy.
Radio de los bomberos: A ver Torres si recibes. Cambio.
SN: 'Cuni' y Eloy decidieron soltarse y bajar de la cesta para apagar unos archivadores. Justo en ese instante, el edificio colapsó. 'Cuni' cayó de pie y Eloy de cabeza. No les dio tiempo a despedirse.
C: Aquel día, como fue la primera vez que trabajé con él en condiciones, tenía pensado haberle dicho «ha sido un placer trabajar contigo; contigo a cualquier lado». Y fue algo con lo que me quedé.
JAES: Un muerto. Eloy está muerto. Es una tragedia y además el inicio de un largo proceso burocrático. Hay que investigar las causas; hay que fijar las consecuencias de algo que va a dar lugar, además, a un debate profesional, moral y político. Enseguida retomamos el relato.
PAUSA
Sonido sirenas.
JAES: Son las sirenas de emergencia de treinta camiones en las calles de Oviedo. Sonaron dos días después del incendio, la mañana del 9 de abril de 2016. Es una comitiva fúnebre. Mientras su familia, sus amigos y sus compañeros enterraban a Eloy, la Policía Nacional empezaba una investigación. Había que determinar cuáles habían sido las causas del fuego y qué es lo que había fallado en el operativo.
Continúa SN Neira.
SN: Hay más de 200 bomberos arropando el féretro de Eloy Palacio. Bomberos de Asturias, pero también de Bilbao, Valladolid, León, Ponferrada, Salamanca, Orense, Zamora... Un desfile.
Todo el mundo quiere despedir a Eloy y arropar a su familia. A su viuda, Marta Valle, y a sus dos hijos, David y Luis. El pequeño, de 13 años, no suelta el casco de su padre. 'Cuni' sacó fuerzas de nuevo para acudir...
C: Me acuerdo que vino un compañero a verme a casa y le dije «yo es que quiero ir».
SN: …contra el criterio de los médicos y su mujer, porque continuaba en estado de shock. Aunque sentía miedo, culpa. Temía la reacción de la familia de Eloy.
C: Tienes que ir, vamos todos contigo, pero tienes que salir.
SN: En sus primeras palabras ante la viuda y los hijos solo dijo 'lo siento' y lloró.
C: Es que no te sale nada más. Y ellos todo lo contrario, un cariño desde el primer momento y un agradeciendo que… Todo cosas buenas que decir. Pero fue muy duro, fue muy duro ir al tanatorio y al funeral, fue durísimo.
SN: Al salir de la misa, sujetado por dos compañeros que le servían de muleta, vivió un momento tan inesperado como emotivo: una especie de medicina, un analgésico, en medio de tanto dolor.
C: Aplaudieron a Eloy y luego cuando salí yo recuerdo que me aplaudieron. Y en esos momentos para mí fue importante, porque ya te digo que tenía un sentimiento de culpa enorme.
SN: 'Cuni' sobrevivió y su vocación también.
C: Quería volver, quería ser uno más. Sabía que las emergencias iban a seguir existiendo, que la gente iba a necesitar bomberos y yo quería ser otro más.
SN: 'Cuni' no quería que toda esa historia se olvidara. Ni que él, menos que nadie, se olvidara de su colega. Así que, durante el tiempo de baja, pidió a un amigo que decorara su casco con la imagen de un bombero con unas alas de ángel y el nombre de Eloy. Y tres nombres más: Patri, Carla y Luis.
C: El nombre de mi mujer y de mis dos hijos pequeños, que al fin y al cabo la profesión me gusta y me encanta, pero yo también tengo familia y quiero volver a casa.
SN: Es decir, Eloy ya formaba parte de su familia.
JAES: Cuando, tres meses después, 'Cuni' se siente recuperado de las secuelas físicas, llega un cambio en su vida: su abogado le plantea la posibilidad de obtener una jubilación total por incapacidad psicológica. Él no lo acepta. Tampoco pide dinero de indemnización. Para él su trabajo es una forma de vida. Así que volvió.
SN: Volvió y ocupó otra vez su puesto en el parque de bomberos. Allí el recuerdo de Eloy seguía vivo, pero en el servicio todo lo demás igual: escasa plantilla, bastante envejecida, pocos medios y sin hidrantes en las calles.
La primera jornada en el trabajo, con su segunda familia, fue una terapia de choque. El destino quiso que sonara de nuevo el código 10: incendio en una vivienda. 'Cuni' se subió al camión de los primeros. Pero las sensaciones eran distintas. Sentía flaqueza.
C: Yo estuve a puntito de decir «para el camión, que yo me bajo y me voy caminando para el parque».
SN: Pero entonces, de nuevo frente a las llamas, recordó por qué estaba allí. Y cómo había que actuar.
C: Pero en una de estas me fijé, nos fijamos, había una señora mayor de unos 80 años pidiendo auxilio por una ventana, se estaba asfixiando. Bueno, yo creo que no se tiró porque no podía con la silla. Entonces en ese momento reseteé; se me olvidó todo.
SN: 'Cuni' había superado esa primera prueba, había vuelto a enfrentarse al límite y había sabido reaccionar. Pero los siguientes meses no fueron fáciles. Pasó un año hundido, con la cabeza gacha, y repitiéndose las claves del asunto: aquello había sido un accidente laboral, con muchos errores, falta de medios y descoordinación.
Y entonces llega el primer fallo judicial. Un juez determina que Eloy ha cometido una imprudencia temeraria, un exceso de celo durante esas labores de extinción donde perdió la vida.
C: Primero, por compañerismo no lo iba a permitir. Y segundo, podía haber sido yo.
SN: Aquello hace despertar a 'Cuni'. Comprendió que no podía pasar página.
C: Entonces yo a raíz de esa sentencia dije, a nivel personal, que no puede ser. Voy a hacer todo lo que sea necesario para revocar esto.
SN: Habló con muchos compañeros y todos se sentían indignados.
C: Y encima que le digas que fue imprudente, temerario… Es como si tú mismo coges una pistola y te pegas un tiro en la sien. Es decir, «no, te suicidaste, chaval». Entonces eso no lo íbamos a consentir.
JAES: 'Cuni' no estaba solo. La Coordinadora Unitaria de Bomberos de España es el colectivo que más profesionales del sector agrupa en todo el país. El fallo judicial tuvo repercusión nacional y los representantes de la Coordinadora se pusieron en contacto con él.
SN: Todos los bomberos sentían que podían ser Eloy. Pero, en la práctica, estaba desprotegidos porque las siguientes sentencias fueron en la misma dirección. Ni restituían el honor de Eloy ni ayudaban a una familia prácticamente abandonada por las administraciones.
C: En este caso, a la familia de Eloy le dieron 18000 euros de indemnización. Y creo que el 50% de pensión de viudedad a la mujer. ¿Tú te crees? Que te jubilas y te vas con el 100 % y te mueres trabajando y te dan el 50 % a tu mujer y a tus hijos con un hijo menor de edad.
SN: Ante este desamparo, los bomberos iniciaron una campaña para ayudar a la familia de Eloy. Ya no era una batalla en solitario, 'Cuni' había agrupado a la profesión.
C: Yo estoy un poco de cabeza visible, pero en esta lucha hay mucha gente detrás de mí, gente que dedicó muchísimo tiempo.
SN: Esa lucha había calado.
C: Esto llegó a los corazones de todo el mundo porque todos nos vimos identificados.
SN: Bomberos de todos los puntos de España donaron dinero a la familia de Eloy.
C: Quisimos hacer una campaña de una guardia por él, como él lo hizo en su día de descanso…
SN: La familia de Eloy grabó un mensaje a través de las redes sociales.
Marta Valle: Soy Marta Valle, viuda de Eloy Palacio, me dirijo en mi nombre y en el de mi familia, para mostrar el profundo agradecimiento por el apoyo que nos estáis dando. Nos gustaría poder daros las gracias uno a uno en persona, porque vuestro apoyo nos ha llegado al corazón.
SN: Para entonces, los bomberos comenzaron a movilizarse en las calles de Oviedo y Madrid. Hasta 10.000 bomberos de otros parques de España desfilaron detrás de una gran pancarta que rezaba 'Todos somos Eloy', con la familia en primera línea. Y 'Cuni' al lado del hijo pequeño de Eloy. Su padre ya era un símbolo.
C: Ese chaval escuchó cómo 10.000 bomberos de España gritaban «yo soy Eloy» y yo con eso me doy por satisfecho, con todo lo que con todo lo que hice.
SN: Ese niño ahora tiene 18 años y ha crecido orgulloso de su padre. Quiere seguir sus pasos.
C: Está estudiando Magisterio y quiere ser bombero. Aunque le pese un poco a la madre, quiere ser bombero y a mí me encantaría que fuera bombero en Oviedo.
JAES: En España, estadísticamente hay un bombero por cada 2.320 habitantes. En los países del entorno la media es de uno por cada 1.629 vecinos. La muerte de Eloy no había servido para mejorar ese ratio.
SN: No había cambiado nada. 'Cuni' cuenta por decenas las reuniones que ha tenido con políticos de todas las administraciones durante los últimos cinco años.
C: Todos los partidos políticos no salían de su asombro: «¿Pero no hay una ley de bomberos? ¿Pero no estáis regulados?». «No, no…». «Vale, pues vamos a ponernos a trabajar en ello».
JAES 'Cuni' y sus compañeros se pusieron a trabajar. Incluso llegaron al Parlamento europeo. Los tiempos en política distan mucho de la rapidez necesaria para atender una emergencia, pero la demanda es clara: una ley marco regule su profesión en todos los municipios y provincias, que les proteja como a la Policía Nacional o la Guardia Civil.
C:Tenemos que estar protegidos en acto de servicio. No puede ser esto de que nos quejamos de que nos pase algo y que te diga a ver lo que nos dice el juez.
SN: Han puesto en marcha el proceso de redactar una ley nacional de mínimos y de una específica en cada comunidad. Una que atienda las sensibilidades y necesidades de cada autonomía.
JAES: Claro, que los defina como agentes de la autoridad, que unifique criterios como su funcionamiento, la dimensión de las plantillas, el equipamiento, las categorías o las retribuciones entre los más de 550 parques que prestan servicio en España.
SN: Y, por supuesto, que les cubra en caso de accidente y que cierre la puerta a la privatización y a la precariedad. Esta ley ya se está tramitando a nivel nacional, pero todavía no llega, aunque 'Cuni' siente que la victoria está muy cerca.
C: Aquí en Asturias la tenemos ya en el periodo de enmiendas, yo creo que ya está casi finalizado y todos los grupos políticos son muy favorables. Creen que este año 2022 pueda estar aprobada. Sería algo maravilloso, la verdad.
SN: 'Cuni' ha logrado que su lucha sea una batalla colectiva, para que los más de 20.000 bomberos de España, que atienden 400.000 emergencias al año, mejoren sus derechos y condiciones laborales: su reconocimiento a través de una ley como servicio público. Son un servicio esencial.
C: No mira nadie a nivel político para sus bomberos. Somos un servicio deficitario y nos ven como unos números que lo único que hacemos es gastar.
JAES: Pese a esa lucha sin tregua desde aquel fatídico 7 de abril de 2016, contra el fuego, contra todas las adversidades, pese a ese esfuerzo diario para ayudar a los demás, 'Cuni' no se siente un héroe. Aunque representa todas sus virtudes. Incluso la humildad.
SN: ¿Y tú te consideras un héroe?
C: No, para nada. al fin y al cabo somos trabajadores, intentamos hacerlo lo mejor posible y tenemos la suerte de que de que estamos para ayudar. Me tocó a mí y a Eloy porque es una ruleta. Estábamos en ese momento ahí y nos tocó.
José Ángel Esteban: Gracias a Susana Neira. La ley nacional continúa discutiéndose en el Congreso de los Diputados. Y la autonómica, la de Asturias, está ahora mismo en período de enmiendas. Esta es una de las historias de Fuera del radar. Un podcast de periodismo narrativo que va más allá de la noticia. Soy José Ángel Esteban. Gracias por escuchar.
Esta historia ha sido escrita e investigada por Susana Neira. En Gijón, la edición es de Carmen Muñiz y la coordinación de Mónica Yugueros.
Fuera del radar es un podcast narrativo desarrollado por los periodistas de las cabeceras regionales del grupo Vocento. La edición y coordinación general es de Andrea Morán, la producción sonora de Rodrígo Ortiz de Zárate con la ayuda de Iñigo Marín Ciordia y la dirección y producción ejecutiva de José Ángel Esteban.