Ruta por los cinco mejores pueblos blancos de Cádiz

El viaje de hoy por la serranía gaditana nos llevará a conocer historias que van desde el bandolero más famoso de España, al que acompañó Isabel Pantoja, hasta un pueblo donde tiene un dragón encerrado por si las cosas se ponen feas. Quizá la tonadillera sea la encargada de calmarlo con alguna de sus coplas. La ruta por los cincos mejores pueblos blancos de Cádiz nos van a permitir disfrutar de leyendas rocambolescas al pie de la montaña mientras paseamos entre callejuelas llenas de casas encaladas.

Setenil de las Bodegas lo tiene todo para enamorar a los turistas y durante unos días tuvo hasta un tal Sancho Gracia como Curro Jiménez, el bandolero más conocido de España, y a una joven Isabel Pantoja. Casi nada. Si Jiménez paralizaba el país cada domingo por la noche, en este pueblo no iba a ser menos durante los días que duró la grabación de uno de sus capítulos en 1977. Allí casi todo el mundo se acuerda de aquella escena en la que el bandolero acababa a navajazos en un granero ardiendo.

Este pueblo blanco situado en la serranía de Ronda se encuentra en el cañón del río Guadalporcún. Tiene la particularidad de que muchas casas y establecimientos tienen los techos y paredes formadas por el tajo del río. Es espectacular e incluso impresiona pasear por la calle principal arropados por la gran roca; motivos no le faltan para seguir perteneciendo a la Asociación de Los Pueblos Más Bonitos de España.

La estrechez de sus callejuelas, el calado de sus casas, la panorámica del pueblo... 'Para volver a volver' hay que venir a Véjer y es que una vez que cruzas la entrada del pueblo, es difícil que quieras irte de esta localidad gaditana que tiene algo que atrapa al que la pisa. Hay muchas razones para descubrirla y dejarnos llevar es la mejor opción porque a cada paso que demos nos encontramos un motivo para quedarnos.

Pasear mientras observamos las casitas blancas alrededor del pueblo es un buen plan, pero le superan las vistas desde alguna de las torres que cercan la muralla. Una de las visitas imprescindibles es la de la Casa del Mayorazgo, del siglo XVIII, que cuenta con un radiante patio a rebosar de flores y que nos regala una imagen de postal. No te canses de subir y bajar, cuántas más veces pases por la plaza del pueblo mejor, siempre queda algún rincón escondido... Y por si fuera poco: a tan solo 14 kilómetros se extiende un arenal infinito como el de El Palmar.

Arcos de la Frontera es una de las puertas de entrada a la Ruta de los Pueblos Blancos. Considerado uno de los pueblos más bellos de España, la fama le viene de lejos ya que los primeros pobladores prehistóricos y romanos quedaron impresionados por su entorno y dejaron sus huellas en el yacimiento de la Sierra de Aznar. Toda una declaración de intenciones.

Entre sus estrechas calles destaca el Callejón de las Monjas, peculiar porque no posee construcciones en su recorrido. Su estampa pintoresca se caracteriza por los tres potentes arcos de piedra que lo cruzan por arriba. Pese a su estrechez, mantiene el paso de vehículos.

Una de las leyendas más famosas del pueblo es la de que en el interior de la Peña duerme desde la época musulmana un poderoso dragón. Según los más ancianos del lugar, fueron los árabes los que trajeron a la bestia y la tenían encerrada en un túnel secreto defender la plaza en caso de ataque cristiano.

El municipio de Grazalema se encuentra en el corazón de la sierra homónima. Presenta una hermosa y pintoresca estampa donde el color blanco, como en el resto, se hace fuerte y predomina en cada una de sus calles y plazoletas. En su casco urbano, declarado Conjunto Histórico, la típica arquitectura popular combina a la perfección con la riqueza monumental.

La joya patrimonial de la villa es la iglesia barroca de Nuestra Señora de la Aurora, junto a la que se dan cita otros edificios de interés. Al igual que Zahara y Setenil de las Bodegas, forma parte de la red de Los Pueblos Más Bonitos de España. Toda la belleza que presenta a día de hoy es el resultado de siglos de historia y herencia de todos los pueblos que por allí pasaron. Por suerte aún se conservan oficios artesanales, sobre todo los de carácter textil.

Zahara de la Sierra se sitúa en el extremo nororiental de la provincia de Cádiz, sobre la falda de la sierra del Jaral, también en la Ruta de los Pueblos Blancos. Localidad serrana declarada Conjunto Histórico, pertenece a la red de Los Pueblos Más Bonitos de España. Y no es para menos, pues regala belleza por los cuatro costados. La cal cubre calles, plazas y edificios tiznando el bello paisaje que rodea la villa.

La fundación de Zahara se remonta a época musulmana de la cual aún se conserva, además del típico entramado urbano andalusí, el castillo que data del siglo XIII. Sin olvidar la Torre del Homenaje y los restos de la villa medieval con tramos de las murallas. Mientras las calles se escalonan dirigiendo al visitante hasta el coqueto casco histórico, entre muros blancos y floridas macetas. Desde la altura se contemplan unas vistas impresionantes la serranía gaditana.

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