La Provenza francesa: tras los pasos de Paul Cézanne
Considerado el padre de la pintura moderna, la localidad que le vio nacer y sus cercanías inspiraron gran parte de su obra
Para quien aún no lo sepa, 2025 es el Año Cézanne, ocasión perfecta en la que descubrir la Provenza francesa, cuna del pintor nacido en esta región del sur de Francia y modelo en muchas de sus obras. Habrá que seguir los pasos del artista durante tres etapas, la primera en Marsella, donde aterrizará el avión que acerca a la zona. Allí aguarda el barrio de Estaque, antigua aldea de pescadores que Paul reflejó en cuadros como Le Golfe de Marseille vu de l'Estaque.
El magnífico maestro estuvo allí muchas veces entre los años 1870 y 1886, bajo tejados rojos y junto al mar azul. Y allí se encuentran el 'Sendero de los pintores' y el mirador frente a la iglesia, además de edificios de curiosa arquitectura. Abandonada Marsella, habrá que seguir hacia Aix-en-Provence, donde nació el maestro y que le sirvió de musa. Un itinerario peatonal marcado con tachuelas acerca hasta su casa natal y el cementerio de Saint-Pierre, donde descansa para siempre.
La segunda jornada servirá para visitar la bastide Jas de Bouffan, también en Aix-en-Provence. Residencia familiar de los Cézanne a lo largo de cuarenta años, allí pintó más de cuarenta obras cuando era joven, y dejó una docena de composiciones murales en las paredes de la planta baja.
En avión
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Aeropuerto Bilbao
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Aerolínea Air France y KLM
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Cuándo Todo el año
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Trayecto 5.30 h. (con escala)
El parque que rodea esa casa de campo se utilizó para instalar su caballete. Reflejó con sus pinceles el invernadero, las arboledas, la avenida de castaños, el estanque con estatuas y el propio edificio. Sumaría un total de 36 óleos y 17 acuarelas entre 1859 y 1899. Y allí reflejó por primera vez su amado Monte Sainte-Victoire. Tras maravillarse con el lugar que reabrió al público en junio, Lauves ofrece al visitante el estudio donde trabajó cada mañana desde 1902 hasta su fallecimiento en 1906. Quedan sus muebles, objetos familiares y equipos con los que parió obras maestras que lucen hoy día en los mejores museos. Muy cerca se encuentra el Terrain des peintres, el campo de los pintores situado frente a la montaña. Nueve reproducciones de sus mejores obras enseñan la perfecta fusión entre arte y paisaje.
Para llegar hay que subir poco a poco a través de una ruta peatonal, Chemin de la Marguerite, ascender por la avenida Paul Cézanne, pasar la rotonda de la puerta Cézanne y girar hacia la izquierda para afrontar las escaleras del Terrain des peintres, localizado dentro de una residencia privada.
Queda la tercera jornada de este especial viaje, desde Aix-en-Provence a la montaña Sainte-Victoire. Se trata de unos 15 kilómetros. La jornada comenzará con visita a las canteras de Bibémus, a las afueras del pueblo, donde se extraía la piedra rojiza que sirvió para levantar los edificios del pueblo. Atención porque en esa meseta rocosa se anticipó el cubismo.
Entre 1895 y 1904, Cézanne se inspiró en esta peculiar arquitectura para crear 11 óleos y 16 acuarelas, entre ellos Le Rocher Rouge. Se llega a ellas por un sendero alrededor de la casa de campo del pintor, entre pinos que regalan su sombra.
En cuanto a la Montaña Saint Victoire (1.011 m), el autor materializó su imagen más de 80 veces en obras como Mont Sainte-Victoire avec grand pin. Dos caras la adornan, ambas se pueden explorar. Al sur, el relieve abrupto domina la cuenca del Arco; al norte, se presentan tres mesetas calcáreas: Bibémus, le Cengle y Pallières.
Merece también una parada el pueblo de Beaurecueil, desde donde aprovechar una de las mejores vistas del retratado montículo. En la zona, pasearás por paisajes magníficos y pueblos de carácter auténtico. Como el frondoso Saint-Antonin-sur-Bayon; Puyloubier y Pourrières, rodeados de viñedos; e incluso Vauvenargues.