El Caribe portugués
Si buscas arenales, pero huyes del Meditarráneo, el Atlántico cede sus aguas a tus pies... y la Mejor Playa del Mundo 2024
El Algarve portugués promete tranquilidad y playas, arenales donde tumbarse a la bartola y dejar pasar el tiempo. Donde chapotear y tostarse al sol, sin estridencias, en plan Caribe, pero europeo, con una tonalidad de moreno modo Atlántico, otro rollito.
Aquí encontrarás la Mejor Playa del Mundo 2024, la de Falésia, según los Tripadvisor Travelers Choice Awards. Dorado de arena y azul de agua se funden con el cobrizo rocoso. Por delante, 8 kilómetros de caminata sobre la arena, perfecta para los pies, que diría tu podólogo.
En avión
-
Aeropuerto Bilbao
-
Destino Faro
-
Aerolínea TAP Air Portugal
-
Trayecto 1:35 h.
En la Isla de Tavira aguardan tres playas más (Tavira, Terra Estreita y Praia do Barril), protegidas por el Parque Natural de Ría Formosa. Los paisajes ganan la partida a los ojos, enamorados de las vistas que contemplan... entre ellas flamencos, y no hablamos de los que dan palmas, sino de esos plumíferos estilosos que se pusieron de moda como decoración, sobre todo en papeles de pared.
Pero retomemos el asunto que nos ocupa. Otra opción es la Playa da Salema, en Vila do Bispo. El diario 'The Guardian' la eligió como una de las 50 más bellas del mundo. Allí saborearás la vida de un pueblo marinero. Sobre uno de sus acantilados descubrirás huellas de dinosaurios.
Siguiente sugerencia: Ponta da Piedade. No hablamos de una playa esta vez, sino de lagos entre acantilados, cuevas y piscinas naturales constituyen algunos de sus regalos. Allí abundan los islotes y puentes que el océano ha modelado. Y está la famosísima cueva de Benagil.
En la playa de la Isla de la Barreta reina la tranquilidad... y obvian la ropa. Es una de las playas naturistas oficiales, solo accesible en navío. Desde el muelle de Porta Nova, junto al castillo de Faro puedes embarcar, la travesía dura media hora. Si te topas con marea baja, disfrutarás de las lenguas de arena que al retirarse el mar aparecen.
Por resumir la idea, una acumulación de lujos paisajísticos destinados al relax sin tener que cruzar el océano y con riquísima gastronomía, porque es imposible negarlo: en todo Portugal se come bien, y abundante.
