Regalos que te harán quedar bien: desde una aventura en buggy a un fin de semana de relax

Reconócelo, eres de esos que esperan hasta el último momento para comprar el regalo y acaban reservándolo en Amazon para que lo traigan a casa. Eres de esas que se agobian cuando piensan en salir a la calle a enfrentarse a la marea de gente para encontrar la opción perfecta y, harta de empujones y de personal, acaba cogiendo lo primero que ve, aunque sabe que el destinatario del presente pedirá el ticket para cambiarlo. Tranquilo, tranquila, sois legión. En una sociedad invadida por objetos totalmente innecesarios, cada vez cuesta más hallar el perfecto.

Pensando en vosotros, se nos ha ocurrido ofrecer alternativas que tal vez no os habéis planteado. Las obtendrás sin necesidad de colocarte gorro, guantes y abrigo, de exponer tu piel a las mañanas invernales y marabuntas navideñas. Basta conectarse a internet o levantar el teléfono y triunfarás. Si luego no gustan, que se lo hagan mirar los receptores.

Vale lo mismo que algunas botas y bolsos que hoy en día piden los adolescentes y, aunque dura menos, el recuerdo quedará para siempre en la cabeza y la retina. Cuántas veces has soñado con subir a un helicóptero y otear el mundo desde las alturas, con las hélices a toda marcha dando vueltas, como cuando el gato de casa se persigue a sí mismo la cola.

«Hay gente que viene animada y hay otras personas que llegan con nervios, pero todos bajan encantados. Se dan cuenta de que, al final, aquí se trata de disfrutar del paisaje y es chulo, la verdad», comenta Aitzol Apalantza, de Basque Helicopters (https://basquehelicopters.com).

Asegura que el pasajero disfruta nada más despegar con las preciosas vistas de Hondarribia y la costa francesa de fondo. Mientras vuela sobre el flanco costero de Jaizkibel, oteando el recorrido de Talaia hasta llegar primero a Pasaia, donde todos quedan pasmados ante la estrecha entrada al puerto y estallan de alegría al ver la bellísima y conocida capital guipuzcoana desde una nueva perspectiva. «Entramos por el monte Ulia para después admirar las tres playas, Urgull, la isla Santa Clara y el Monte Igeldo. En esa damos la vuelta para volver al aeropuerto por el interior», aclara.

Serán unos veinte minutos, vale, ¡pero qué veinte minutos! Por 215 euros. Tienes opciones más largas y más caras, claro. Y un extra que ayuda a completar el pack perfecto, sumar gastronomía con comida en el restaurante Laia de Hondarribia. ¡Anda que no va a alucinar el homenajeado!

Los clásicos nunca fallan, poca gente no sonreiría si le obsequian un par de jornadas en un hotel de lujo con deliciosa comida, spa y masaje. Para relajarse. Dejar atrás los problemas. Abrir los poros y cerrar los ojos. Salir de allí suave como un bebé y tranquilo como el mar en calma. Castilla Termal Solares promete Belle Époque en Cantabria... y lo cumple. El hotel de cuatro estrellas, ubicado en un edificio histórico del siglo XIX, ayuda a la ambientación. El circuito termal, repleto de chorritos y jacuzzis, redondea la experiencia. Igual que sus cómodas habitaciones de colores sosegantes. Allí todo invita a la calma.

Si buscas quedar de vicio, contrata la 'Iconic Experience', aunque tienes diversas opciones (www.castillatermal.com). Incluye habitación doble, desayuno, acceso ilimitado a la piscina spa y Masaje Solares por persona (85 minutos). «El objetivo es mimar el cuerpo, levantar el ánimo, despertar y potenciar los sentidos», aseguran. ¡Lo que necesitas! Las aguas del Manantial de Fuencaliente están indicadas para diversas enfermedades como las digestivas, metabólicas o del sistema nervioso; son antinflamatorias y diuréticas.

Si sumas las deliciosas cenas, tienes el cielo ganado. «Los platos del espacio gastronómico se elaboran con productos de proximidad y de la tierra basados en recetas de cocina tradicional cántabra».

Solares es famosa por sus aguas minerales y la tradicional actividad balnearia que comenzó allá por el siglo XVIII. Entre baño y baño, puedes acercarte al Palacio de los Marqueses de Valbuena, el de los Rubalcaba, el yacimiento altomedieval de Pico Castillo y la ermita de San Pedro (XII y XIII), por ejemplo. Y a la mágica Mina Pepita, que traslada a un mundo mitológico. Fuera hará fresquito, pero dentro de nuevo aguarda la piscina climatizada, un gustazo.

La invitación es clara: «¿Quieres descubrir el maravilloso paisaje desértico de Bardenas Reales?». Añadimos: «¿Te apetece hacerlo en plan aventura, montado en un buggy?». Sobre un vehículo con chasis ligero, abierto y con cuatro ruedas grandes. Diseñado para ser conducido por terrenos irregulares, como el que aguarda. En plan aventura, subiendo y bajando colinas, colándote en caminos estrechos, con el casco calzado. Automático, fácil de conducir.

«Nuestras rutas son ideales para disfrutar en pareja, familia o con amigos, entre paisajes espectaculares, siempre por caminos autorizados. Para escapar de la rutina y sentir sensaciones de motor irrepetibles de la forma más segura», explican los organizadores. Aunque suelen ser de dos plazas, cuentan con uno de seis, por si tienes gente para llenarlo.

Pide el bono regalo y quedarás más que bien, el paseo es precioso (https://activaexperience.com/). Podrás soñar con que viajas por un paisaje lunar o por el Cañón de Colorado. En un rincón del mundo donde la luz cambia el color de piedras y montículos. Dentro de un desierto declarado Parque Natural, a 70 kilómetros de los Pirineos, increíble. Para redondear el regalo, acércate a Tudela y disfruta de su exquisita gastronomía.

En este caso, debes asegurarte de que el regalo va a gustar, porque se trata de la típica experiencia que solo encantará si adoras sentir la caída desde un avión con la tierra como final de trayecto. Vamos, que si el destinatario no es especialmente 'adrenalítico' o no le van este tipo de retos, la reticencia se plantea inamovible. En caso de que dude algo o pegue brincos de alegría... ¡le va a encantar!

«No hay manera de describir las sensaciones, hay que vivirlas». Es lo que aseguran quienes se decidieron por abandonar el vuelo en paracaídas, pegados a un experto en saltos, por supuesto. El subidón... ¡tremendo! A ver si somos capaces de dar pistas. Vuelo: 20 minutos. Altitud: 3.000 metros. Velocidad de caída: 200 kilómetros por hora. Duración de caída: 30 segundos. Precio: 360 euros por persona (720 euros dos). Reservas: www.biarritz-parachutisme.com.

Desde el cielo del País Vasco y las Landas, de Hendaya a Capbreton por San Juan de Luz, Biarritz, Bidart, Arbonne, Anglet y Baiona. Lo definen quienes lo practican: «Embriaguez, emoción, sensaciones, emociones, libertad, velocidad, momento único». Puedes reservar fotos y vídeo para contemplar tu careto de susto o felicidad ya tranquilito en casa.

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