El puerto de Ocaña que debería recuperar la Vuelta a España
Puerto de Palombera (cantabria) ·
Palombera es una de esas ascensiones que hay que hacer no solo para disfrutar de la bici, también de la naturalezaEn los 70, el puerto de Palombera se hizo famoso gracias a Luis Ocaña. Lo coronó en cabeza de carrera en una etapa de la ... Vuelta a España que, sin embargo, nunca ha vuelto a repetirse. La razón no la sabemos, pero esta cima cumple con todo lo que se le puede pedir para dar juego.
Se trata de un primera de casi 22 kilómetros con una pendiente constante que mata por insistente, no por insufrible. Para los profesionales es una de esas ascensiones juguetonas en las que atacar sin ahogarse y con un descenso también juguetón, pero que permite marcar diferencias a los que dominan las bajadas con curvas. Pero como lo que proponemos aquí son rutas para aficionados, Palombera es un lugar espectacular para disfrutar de la bici... y de la naturaleza.
Planes urbanos
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Distancia 52,6 kilómetros
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Desnivel 1.058 metros
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Pendiente media 4,28%
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Pendiente máxima 6,6%
La subida real comienza en el pueblo de Fresneda, aunque lo ideal es llegar en coche a Selores y aparcar por allí (hay facilidad para ello y a la vuelta podremos comer en alguno de sus restaurantes). Enfilamos la CA-280 que nos llevará a la cima. El primer tramo hasta que empieza el puerto es un falso llano que pica hacia arriba pero sin grandes dificultades. Permite calentar a gusto y, además, el pavimento está impoluto. Tampoco hay un tráfico excesivo.
A lo largo de sus 22 kilómetros, el puerto nos adentra en el Parque Natural Saja-Besaya, un espacio protegido de gran valor por motivos botánicos, faunísticos y paisajísticos. La carretera discurre entre bosques de robles y hayas para llegar a los pastizales de la zona alta, que se utilizan para criar ganado en libertad en los meses de verano. Además, si hay suerte, siempre podremos ver algún que otro zorro que habita por la zona e, incluso, jabalíes, ciervos y corzos.
Según se avanza en kilómetros, el paisaje cambia y eso mantiene entretenido al ciclista, que encuentra diversión fácil para olvidarse del dolor de piernas. Como tampoco es una ascensión tremebunda, se disfruta del esfuerzo. La pendiente media es de poco más del 4% y la máxima no llega al 7%. Aunque hay que estar en forma porque son una veintena de kilómetros con poco descanso, salvo en el tramo del pueblo de Saja. Y si hay que pararse, tiene un par de miradores que merecen la pena: Pico del Castrón y la Cardosa.
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