La increíble experiencia de volar en un zepelín con restaurante y terraza
Friedrichshafen (Alemania) ·
Montamos a bordo de un dirigible en la ciudad que los vio nacer sobre un mar de villas y viñedos con los Alpes de fondo, excusa para descubrir este triángulo que une tres paísesNo es un despegue como los demás. El zumbido silencioso de los motores eleva muy suavemente, casi de forma imperceptible, la cilíndrica estructura del dirigible ... hasta alcanzar rápidamente la altitud de 300 metros, mucho más baja que los 10.000 de los aviones comerciales, e idónea para contemplar panorámicas aéreas del terreno. La vista es espectacular. Y de lo más singular. Surcamos el cielo a 60-70 kilómetros por hora (aunque tiene capacidad de llegar hasta los 150 por hora) en un agradable paseo por las nubes a bordo de la aeronave que debe su nombre al inventor alemán Ferdinand von Zeppelin. Y lo hacemos justamente en el particular 'hogar' de este vehículo, a orillas del lago Constanza, el bello enclave natural sobre el que se realizó el histórico primer vuelo en dirigible en 1900. Aquí, en la ciudad de Friedrichshafen, se radica Deutsche Zeppelin Reederei, la compañía que opera vuelos en el Zeppelin NT, dirigible de «nueva tecnología» fabricado por Zeppelin Luftschifftechnik. Tanto en esta zona, conocida como la 'Costa Azul' germana, como en otros puntos turísticos de la geografía teutona.
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Entre marzo y noviembre es posible reservar billete. No solo en este punto sino también con salida en Essen/Mülheim. Hay tours en Bad Homburg, Oberschleissheim y Bonn/Hangelar con opciones de ver Fráncfort o Múnich a vista de pájaro. Eso sí, se trata del único lugar en el mundo donde esta experiencia «inolvidable» está abierta al público (algún otro país lo oferta pero en eventos privados muy restringidos). En el caso de los recorridos sobre las aguas del Bodensee -nombre alemán del lago Constanza-, hay hasta 11 opciones de rutas diferentes con mayor o menor duración (seis opciones de entre 30 y 120 minutos) y precio. La zona es uno de los más exclusivos y populares destinos vacacionales tanto para alemanes como muchos europeos. El entorno es estratégico. Un «triángulo fronterizo» que une a través del agua a Alemania con Suiza y Austria. La cordillera alpina enmarca un paisaje de viñedos y pintorescas villas, con la ciudad de Constanza como núcleo principal.
Para viajar desde Bilbao, hay vuelos directos a Zúrich, de donde parten trenes y buses a Constanza, y de ahí se puede llegar en ferry o bus a Friedrichshafen. Aquí se ha impulsado desde 1988 el renacimiento del mito del zepelín. Su 're-despegue' fue posible, tras estudios de viabilidad, investigación y desarrollo, en el año 97. Con la certificación por parte de la Autoridad Federal de Aviación Alemana y la aprobación de la naviera teutona Zeppelin en 2001, arrancaron las operaciones comerciales en esta ciudad localizada en el estado de Baden-Wurtemberg. En la actualidad el aeropuerto junto al Bodensee alberga el Hangar Zeppelin, «uno de los más grandes del país». El recinto cuenta con restaurante y terraza desde donde se puede ver el aterrizaje y despegue de los dirigibles. ¿Qué hay de la experiencia a bordo? La meteorología es crucial: para poder despegar no puede haber fuerte viento, ni niebla ni otro tipo de condiciones adversas. Es prácticamente la única limitación, junto con la capacidad de los vehículos, que cuentan con alrededor de una quincena de asientos junto con la tripulación.
En el caso del vuelo que realizamos para este reportaje, lo conduce la «única piloto femenina del mundo», que forma parte de un contingente de 7 profesionales que manejan los mandos. También el precio, con importes desde 350 a 1.190 euros por lograr un asiento, que suelen contar con una importante demanda -las reservas se realizan en la web zeppelinflug.de-. De hecho, un vuelo en zepelín es una experiencia que se acostumbra a obsequiar en aniversarios, jubilaciones y otras ocasiones especiales. Desde luego, hasta el hangar se desplazan pasajeros tanto germanos como ingleses, franceses y de otras partes de Europa.
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¿Miedo a volar en zepelín? Es la forma más segura, asegura la compañía que los opera. Y es que los aparatos actuales cuentan con un avanzado desarrollo tecnológico; además de ligeros y estables, actualmente no emplean gas inflamable como combustible sino que el helio ha sustituido al hidrógeno. Se someten a estrictos controles y labores de mantenimiento. En el hangar hay tres dirigibles que efectúan estos gráciles vuelos. Tras tomar tierra, hay mucho que ver y hacer en la zona. El complemento ideal es visitar el Zeppelin Museum Friedrichshafen. Un recinto (perteneciente a una empresa distinta) que abrió sus puertas en 1996 y abre todos los días de mayo a octubre, de 9.00 a 17.00, y de noviembre a abril, de martes a domingo, de 10.00 a 17.00. Con 240.000 visitantes al año, este «museo en dos partes» alberga «la mayor colección sobre la historia de los viajes en dirigible», así como una colección de arte de grandes maestros del sur de Alemania, explican portavoces del espacio. Su pieza central es una reconstrucción de una sección de 33 metros del famoso Hindenburg LZ 129, al que llamaban el Titanic del aire, destruido por un incendio cuando aterrizaba en Nueva Jersey el 6 de mayo de 1937.
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