Pone huevos azules, hace dibujos en el cielo y molesta en la ciudad
Sturnus vulgaris (negro y pinto) ·
Los estorninos regresan cada invierno para ofrecer uno de los espectáculos más bellos de la naturaleza: sus enigmáticos vuelos sincronizados en enormes bandadasHay gente dedicada a idear formas de exterminarlos, pues se convierten en una plaga a sufrir en muchas de nuestras ciudades; miles de ejemplares en ... vuelo buscando el abrigo de los árboles urbanos al caer la noche, con lo que eso significa. También resultan perjudiciales en plena naturaleza, devorando cultivos, aunque haya que reconocerles que acaban con millones de insectos indeseables para nuestros campos: lo devoran todo, pues son omnívoros, y lo mismo se zampan un mosquito, que una endrina, un gusano o nuestro bocadillo. Aunque lo mismo pasa con cualquier grupo de enorme densidad, incluyendo a los humanos.
Pájaros y flores
-
Características 19-23 cm. de largo, 31 a 44 cm. de ala a ala y 60-100 g. de peso.
-
Hábitat Hemisferio norte
Pero al margen de su actividad destructiva y molesta en bandada, pues es un pájaro muy gregario, hay detalles que hacen de él un ave a admirar. Una curiosidad es la de sus huevos de color azul claro, al parecer fruto de la evolución en busca de la mejor visibilidad que ofrece este color en entornos con poca luz. Pero lo más destacable de estos pájaros son los espectáculos que ofrecen cuando aparecen en los cielos invernales. Informa SEO/Birdlife de que en España existen dos especies: el estornino negro, que reside en la Península; y el pinto, que llega para invernar. Miles suelen volar juntos en el ocaso en busca de cobijo para pasar la noche. En cielos abiertos sus vuelos sincronizados crean siluetas cambiantes en cuestión de segundos, un espectáculo hipnótico que sigue desvelando a los científicos, pues ¿cómo pueden moverse sin chocarse y sin que ningún miembro pierda el pie?
Juntos buscan mejor el alimento y se defienden de depredadores, al convertirse en un enorme ser visto desde fuera (parecido a los bancos de peces, donde al depredador le resulta difícil detectar y elegir una presa). Y miles de ojos localizan mejor los peligros. Se cree que cada ejemplar informa al resto de cuál es su posición exacta con el ruido que hace al volar y así logran no golpearse dentro del grupo. Otro factor parece ser el juego entre luz y oscuridad: tienden a seguir las siluetas de sus compañeros y evitan las zonas con claros por donde ven luz.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión