La montaña que atrae a kilómetros de distancia

El Mugarra forma parte del macizo de Aramotz, en el corazón de los montes del Duranguesado. La subida más habitual parte desde Mañaria. La ruta sale desde la misma localidad. Los primeros metros transcurren, ya con cierto desnivel, por asfalto para posteriormente girar a la derecha para tomar una pista forestal por la que se avanza sin mayores dificultades. Un cartel indica el cambio de dirección. El desnivel va aumentando de forma progresiva hasta divisar, también a la derecha, la llamativa mole del Mugarra, donde habitan gran cantidad de buitres y se concentran los aficionados a la escalada entre los meses de septiembre y diciembre, cuando está permitida para proteger a las citadas aves..

El camino, sin posible pérdida, llega hasta el collado entre el Mugarra y el Leungane. Hay que virar nuevamente a la derecha, ya por un camino mixto de hierba y roca, para llegar hasta el cresterío. Esta es la parte más entretenida de la subida, al menos para los que nos gusta andar por este tipo de terrenos en los que en ocasiones hay incluso que trepar. Para evitar peligros innecesarios y huir del vértigo en caso de sufrirlo, se puede avanzar ligeramente por la izquierda para evitar una posible caída hacia el lado sur.

Y sin mayores contratiempos llegamos a la cima, que se eleva 964 metros sobre el nivel del mar. Si la niebla no hace acto de presencia, las vistas del Parque de Urkiola son espectaculares. A un paso están el Anboto y el Alluitz, con el famoso paso del Diablo.