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A la izquierda, el valle de Pineta; a la derecha, el de Chisagüés. J. G.
GPS | Al monte

Un mirador de fácil acceso con vistas a los valles pirenaicos

Punta El Cuezo (Pirineos) ·

Esta desconocida cima ubicada en la sierra de Espierba permite en los días claros contemplar en todo su esplendor los valles de Pineta y de Chisagüés

Jueves, 26 de diciembre 2024, 22:01

Los Pirineos esconden infinidad de tesoros entre sus cientos de montañas. Están, claro, las gigantes, sus 212 picos por encima de los 3.000 metros, ... varios de los cuales se pueden ascender sin demasiados conocimientos técnicos -pero siempre con la precaución debida-. Los más concurridos por su 'fácil' acceso, son Monte Perdido, el Garmo Negro, el Taillón o los Astazu. Están sus valles, esculpidos durante millones de años por los glaciares que hoy languidecen a causa del calentamiento global. Ordesa, Pineta, Añisclo… Y están montes apenas conocidas más allá de los lugareños. Uno de ellos Punta El Cuezo, la ruta propuesta en estas líneas.

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No se dejen engañar por las cifras. Pese a que supera los 2.000 metros de altura (2.034, en concreto), las ascensión no salva más desnivel que subir al Gorbea por Pagomakurre o al Anboto desde Urkiola. Son 700 metros, nada del otro mundo si uno está medianamente acostumbrado a caminar por el monte. Otro detalle a favor es el terreno, que no presenta dificultad alguna.

Al monte

  • Dificultad: Fácil

  • Distancia: 10 km (ida y vuelta)

  • Tiempo: 4 horas

La ruta parte del pueblecito de Espierba. Desde la conocida localidad de Bielsa se llega siguiendo la carretera hacia el valle de Pineta. Tras unos seis kilómetros, se debe dejar esta para coger un desvío a la derecha. Dos kilómetros después llegamos al enclave donde comenzaremos a caminar.

Entre que está bien señalizada y es muy evidente, la senda, que remonta la sierra de Espierba, resulta muy fácil de seguir. No tiene pérdida, lo que siempre es una ventaja en el monte. Se adentra al comienzo por un frondoso bosque hasta dar paso a una zona descubierta desde la que ya se vislumbran al fondo las vistas de las que disfrutaremos desde la cima. En un día sin niebla ya se puede ver, al fondo a la izquierda, la cumbre de Monte Perdido elevando su mole sobre el balcón de Pineta.

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A continuación, una pista forestal lleva hasta el collado de Espierba. Ya en dirección este, la pista se convierte en senda para afrontar un tramo de sube y baja que lleva a la rampa final, ya más pedregosa. Es la parte más incómoda. Pero basta con mirar atrás para comprobar que la subida tenía premio: una panorámica inmejorable tanto del valle de Pineta como de su vecino, el de Chisagüés.

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