Minero por un día en Atapuerca
Olmos de Atapuerca (Burgos) ·
La Mina Esperanza permite recorrer 200 metros de galerías y conocer cómo se vivía en el pasadoBurgos está empeñada en convertir el turismo en una de sus grandes fuentes de ingresos y continúa reinventando sus atractivos turísticos y descubriendo nuevos entornos ... a los visitantes. Uno de ellos es la Mina Esperanza, ubicada en Olmos de Atapuerca, cerca de la capital de la provincia y en la misma comarca famosa por la Sima de los Huesos y sus descubrimientos acerca de la vida del hombre prehistórico. El recinto es una antigua explotación minera rehabilitada para el turismo, el ocio, la cultura y la investigación. Cuenta con más de 200 metros visitables de galerías subterráneas en dos niveles que permiten a todo aquel que lo visita transportarse al pasado.
Su historia comienza aproximadamente en 1908, y la extracción de mineral permaneció activa hasta 1973, cuando la falta de rentabilidad derivada del elevado coste del transporte hizo imposible mantenerlas abiertas. En 2007 la Junta Vecinal de Olmos de Atapuerca comenzó la rehabilitación de parte del complejo minero, culminando los trabajos en 2013 con su apertura al público.
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Información https://minaesperanza.com
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Horario Visitas a las 13.00 y 16.30 horas.
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Precio 9€ adultos; 6€ de 4 a 12 años.
Ahora permite a los visitantes convertirse en minero por unas horas y experimentar las sensaciones que tuvieron los trabajadores que pasaron por sus galerías durante más de seis décadas. Los responsables de este reclamo turístico ofrecen dos pases diarios, a las 13.00 horas y a las 16.30, aunque hay que reservar previamente porque sólo abrirán la instalación y el grupo es de al menos seis personas. Los precios oscilan entre los 9 euros para los adultos y los 6 euros para aquellos niños de entre 4 y 12 euros. Los más pequeños entran gratis. Se recomienda llevar calzado apropiado y ropa de abrigo.
Recorriendo el circuito interior de galerías se alcanza la gran Caverna de distribución, donde se aloja el único museo subterráneo de minerales de Europa. Y, como curiosidad, la salida al exterior se realiza a través del antiguo pozo de ventilación ubicado a 30 metros de profundidad y, una vez en el exterior, el visitante puede ver las explotaciones a cielo abierto. La visita, recalcan los organizadores, incluye degustación de vino y la presencia de un guía que explica cómo se extraía el mineral.
El viaje hasta Olmos de Atapuerca permite dos cosas más. Por un lado, si se dispone de un par de días y hay niños en la familia una posibilidad es la de desplazarse desde allí a Paleolítico Vivo, una iniciativa privada en la que se puede apreciar en semi-libertad a animales que poblaban estos lares hace 10.000 años, como es el caso del bisonte.
Y si se establece la base de operaciones en Burgos capital y desde allí coger el coche para ir a uno y otro lugar, no se puede evitar recorrer la estrecha calle San Lorenzo y devorar sus pinchos en los bares abiertos a un lado y el otro. No olvides pedir un cojonudo o una cojonuda. Si no sabes lo que es allí te los explican con mucho gusto.
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