Los mejores planes culturales para este fin de semana

Creíamos que no... pero al final, afortunadamente, es un gran sí. Un sí diferente, en otros espacios, más recogido, pero lo importante es que el festival de danza Lekuz Leku consigue cumplir sus 16 años cuando le toca, es decir, este año, y no tiene que aplazar la celebración de sus 'sweet sixteen'. Empezó el martes, con la proyección de un documental sobre la ya larga historia de esto de bailar en la calle e ir al encuentro de los públicos, y es hoy y mañana (9 y 10) cuando acuden ocho creadores y compañías a la terraza de La Fundición. De las 20:00 a las 22:00, con media hora para cada actuación, habrá tiempo para ver cómo entienden la danza y el movimiento, desde qué lugares y perspectivas vitales crean, gente de aquí (Amaia Elizaran, Proyecto Larrua, Olatz de Andrés, Ziomara Hormaetxe y Osa+Mujika) y de allí (Fabián Thomé, Arnau Pérez, Daniel Doña).

La semana que viene, el miércoles, el Museo Vasco recupera el espectáculo 'Gorria' como parte del programa de #BilbaoUda2020. Una bailarina flamenca, Askoa Etxebarrieta, y una bertsolari, Miren Amuriza, aportan cada una su lenguaje (el baile, la palabra; la tradición del sur, la del norte) para dar forma a una misma historia, tejida siempre con los mismos elementos, la de la vida y todo lo que eso significa.

Será difícil no identificarse con alguna de las escaramuzas que viven Lola Baldrich y Gorka Mínguez en 'La guerra del sofá'. La comedia de Manuel Hidalgo que se representa en el Euskalduna este fin de semana está construida con situaciones cotidianas, esos detalles nimios en apariencia que tanto nos definen y que acaban colmando el vaso de las discusiones. Quién tiene el mando de la tele, quién deja pelos en la bañera... y quién suelta esas frases cargadas de dinamita como «tu madre siempre tiene toda la razón».

Para sacar chispas al sofá cuentan con un arma poderosa, la complicidad entre dos actores que forman un tándem. En cinco años, Gorka Mínguez y Lola Baldrich han trabajado juntos en tres obras, además de esta 'El principio de Arquímedes' y 'Play Out', y se tienen bien tomada la medida. «Hay diferentes estratos y hacemos un poco de metateatro, sale a relucir la relación que tenemos entre nosotros», explica él. Eso hace que fluya un argumento real como la vida misma, algo que muchos habrán podido comprobar durante las semanas de confinamiento. La convivencia hace que pongamos la lupa en los defectillos del otro, aunque también es sano mirarnos al espejo. No perdamos la esperanza, «tal vez esta forma de hacer la guerra sea una forma de hacer el amor».

La compañía ERRE-produkzioak hace doblete este fin de semana en el Aurrera Fest del Euskalduna. Después de escenificar 'La guerra del sofá', el domingo estrena 'Piraten istorio bat', un espectáculo de teatro familiar y gestual con Gorka Mínguez y Alfonso Díez y música de Adrián García de los Ojos. Cuenta la historia de Jeff y Charlie, dos amigos que durante una jornada de pesca descubren un cofre semienterrado con un mapa y un diario de viaje. Para que el público disfrute al máximo de su aventura manteniendo la distancia de seguridad se ha montado un pantalán con altura en el escenario.

Felipe Loza –autor, director, intérprete y profesor de teatro– nunca ha tenido tan claro el título de una obra. Tenía que llamarse 'El gilipollas' porque cuando la escribió, hace unos diez años, «necesitaba insultarme», dice. «Me sentía muy tonto emocionalmente, sufres por cuestiones que acaban en nada, y pensé: seguro que coincide con la situación que viven muchas personas». También se preguntó si la fórmula de los monólogos 'comedy' que él seguía con interés puede aplicarse «a asuntos más filosóficos e intelectuales».

El resultado de estas inquietudes es una comedia metafísica. «La palabra da un poco de miedo, pero muchas veces nuestras emociones están engachadas a problemas metafísicos», sostiene. «Cuando uno se pregunta si esto merece la pena, y para qué y por qué, y tratas de encontrarle el sentido a lo que estás viviendo». Su personaje recurre a una terapia poco común, «gestal, de gestación» que le permite remontarse a los «recuerdos uterinos» para aclarar «si la gilipollez aparece antes o después de nacer. La vida en general es una estupidez y hay que llevarla con elegancia y, si se puede, con inteligencia. El objetivo es pensar, desdramatizar y no banalizar», concluye Loza. Un hombre de teatro que como actor no se prodiga mucho, otro aliciente más para ir a verle.

Este fin de semana se estrena en Zorrozaurre, en la nave de La Haceria, un nuevo concepto de espectáculo. Una especie de Cluedo en vivo y en directo que combina el lenguaje teatral con las reglas de los juegos de escape, con toques de magia y a ritmo de cabaret. El público interactúa con los personajes que interpretan cuatro actores vizcaínos –Ander Goiriena, Zaloa Gómez, Alex Quiroga y May Onaisse– para resolver el enigma planteado en una partida en directo que dura 90 minutos. Según explica el director, Samuel Benasco, en los primeros 30 hay «un prólogo teatral y cabaretero». Llega un momento en el que ocurre algo y los espectadores se convierten en detectives que practicarán pruebas e interrogatorios.

No cometeré el error de desvelar el misterio. El público debe ir con la mente abierta, la intuición bien afilada y ganas de divertirse. Las entradas se compran por grupos de juego de al menos dos personas –hay mesas para dos, cuatro y seis– que recibirán algunas pistas antes del espectáculo. Es la primera vez que un juego de escape da el salto al teatro y la idea ha tenido buena acogida, ya que las entradas para los dos pases del sábado –con un aforo de 180 personas– se han agotado. Queda la oportunidad del domingo, y el 27 de julio estarán en el Euskalduna dentro del Aurrera Fest antes de salir de gira.

El Arriaga programa un recital de Andeka Gorrotxategi acompañado por Rubén Fernández Aguirre.

Suele ser algo que en general no tiene explicación. Las generaciones de cantantes se suceden y unas son muy numerosas y las otras no. Ahora mismo, en el País Vasco, hay un puñado de voces femeninas excelentes en la mejor edad y otro grupo que garantizará el relevo. Sin embargo, las voces masculinas escasean. Y con alguna de las existentes incluso ha habido fortuna, porque llevaba camino de haberse perdido. Es el caso de Andeka Gorrotxategi, cuyo calvario entre profesores con quienes solo conseguía retroceder ha contado alguna vez él mismo.

Pero eso ya pasó y ahora estamos ante un tenor que canta por todo el mundo, aunque, paradójicamente, es en su tierra en uno de los lugares donde menos lo hace. Olvidemos ese asunto. El miércoles 15 estará en el Arriaga, en un recital con Rubén Férnández Aguirre al piano, lo que siempre es una garantía.

El programa recorre dos mundos que con frecuencia se han mantenido distantes pese a que no lo son en el gusto del público. En la primera parte, Gorrotxategi y Fernández Aguirre abordarán canciones vascas e italianas, un repertorio popular en todos los sentidos: el de la fama y también el de unas raíces musicales que proceden de la tradición. Para terminar, un repaso por piezas de zarzuela y arias de ópera, otros dos ámbitos que están conceptualmente tan próximos pero que sin embargo no son vistos así por muchos artistas. El conjunto es un programa atractivo, de los que harán disfrutar sin freno a quienes lo escuchen.

Las imágenes de Cano Erhardt parten de la realidad y se acercan osadamente a la abstracción.

La inauguración de una exposición en julio es una 'rara avis' que hemos de aprovechar. Además, se trata de una ocasión para disfrutar de fotografía en gran formato, posibilidad infrecuente y a cargo de un artista experimentado. Ahora bien, quien aspire a recrearse con la atmósfera decadente de buena parte de La Habana no se sentirá satisfecho con 'Piscinas del olvido', el proyecto del fotógrafo Cano Erhardt. El autor encontró instalaciones deportivas abandonadas en la capital cubana, pero su interés por el paisaje nada tiene que ver con la recreación de un escenario decrépito. No hablamos de una fotografía social o que evoque emociones, sino de un trabajo de exploración formal que halla la belleza en el interior del fragmento más sutil.

La muestra nos propone un juego. El artista pretende atrapar al espectador y convertir las figuras en formas, transformar la fotografía en pintura y la tridimensionalidad en una sucesión de planos. El resultado es un trabajo lleno de sugerencias para contemplar a una distancia prudente, allí donde la ambigüedad se mantiene en su precario equilibrio, y que requiere, posteriormente, acercarnos al cuadro para explorarlo lentamente.

El detalle se convierte, en la mirada del artista, en múltiples posibilidades. La instantánea parece trasladarse al campo de la pintura y, así, el color parece intencionadamente degradado, los desconchados se convierten en texturas y las algas que invaden las paredes se antojan manchas que el autor ha esparcido por la superficie del lienzo. Es un retazo del urbanismo arruinado y ahora creemos hallarnos ante una muestra del expresionismo abstracto. Esa tensión entre realidad e imaginación nos proporcionará el mayor placer de la visita.

Amaral suena a macroconcierto en Aste Nagusia coreando estribillos con los amigos. El dúo zaragozano, un clásico en las fiestas que añoraremos con responsabilidad este verano, ha incluido Bilbao en su renovada gira estival. Tras la cancelación masiva de directos, el grupo ha optado por cambiar sus planes y dar la bienvenida a la nueva normalidad con una serie de conciertos acústicos. Acostumbrados a ofrecer un potente y espectacular directo con una gran banda y unos llamativos audiovisuales, esta vez optarán por el minimalismo. Simplemente Juan Aguirre y Eva Amaral. En un formato en el que no habían girado hasta ahora.

Pese a que será con mascarilla y en el asiento, esta será una oportunidad única de ver a uno de los grupos más importantes de la escena pop española. Una manera de gozar de las canciones tal y como fueron creadas, antes de pasar por la producción de un estudio de grabación. Tanto de los clásicos que atesoran millones de reproducciones en cada plataforma como de los nuevos temas que han creado bajo su propio sello.

Y otro punto a favor de esta cita enmarcada en el ciclo Aurrera Fest del Euskalduna es que reducir la parte instrumental a la mínima expresión dará la oportunidad de disfrutar aún más de la personal voz de Eva Amaral.

La investigación sobre las variaciones geométricas y los planos resultantes sitúan a Xabier Salaberria (1966) como uno de los destacados continuadores de la Nueva Escultura Vasca, surgida en los años ochenta de artistas como Txomin Badiola como interpretación transgresora de Jorge Oteiza aun respetando su figura.

Coherente a lo largo de su trayectoria, y muy próximo a compañeros de generación como Asier Mendizábal, Salaberria presenta en la galería CarrerasMugica hasta el final del verano la exposición 'r de radio'.

Como indica el título, propone una reflexión sobre las figuras curvilíneas. Pero hay mucho más. En el pasillo de entrada a la galería ha colocado unas planchas de metal con los huecos de las figuras que se han extraído de ellas, las recortadas por la intención de la artista, las que supuestamente tienen 'valor'. ¿O no? ¿Por qué no lo tiene justamente ese material sobrante, con los vacíos de esas figuras, los restos que deberían ser tirados y que ahora se exponen en el marco de la galería?

En las esculturas de Salaberria aparecen cristales rotos, una alusión a la relación entre el artista y su material, frágil y que no siempre responde a lo que el creador quiere hacer de él, que se rompe y adquiere sus propias formas. El arte, viene a decir Salaberria, no es va más allá de lo que el artista pretende.