El mejor Belén de arena y la Navidad con sol asegurado a tres horas de casa
El Belén de Arena de Las Canteras es el tercer espacio museístico más visitado de España en diciembre, después del Museo del Prado y el Reina Sofía | El vuelo directo Bilbao-Gran Canaria (Vueling y Volotea) permite conocerlo
Hay tradiciones que surgen de una buena idea, emergen por el impulso de alguien que cree en algo y busca concretar esa inspiración mental. Es el caso del Belén de Arena que cada año instalan en la playa de Las Canteras, luce radiante en Las Palmas de Gran Canaria. A veces las historias más simples acaban en proyectos complejos; pongamos, como pasó aquí, que aparece un primer actor (Miguel Rodríguez), quien junto a su mujer (Paqui Medina) decide abandonar una vida cómoda en pos de un sueño intelectual. Que, tras varios años en Madrid moviéndose entre sabios de distintas disciplinas, regresan a su tierra y un día de sol se topan con el trabajo de otro de nuestros protagonistas locales (Etual Ojeda), acostumbrado a convertir su creatividad en figuras arenosas. Que unidos por un mismo anhelo deciden construir su propio castillo de arena, un encuentro anual dedicado a este arte, materializando la ilusión desde 2006.
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El asombroso montaje suma diecinueve ediciones, regala en tiempos de dádivas una excusa ineludible para vivir navidades preñadas de calor e ilustración. Las cifras ayudan a imaginar lo que aguarda: espectáculo sobre 2.000 metros cuadrados con 10 esculturas de hasta 90 toneladas y 3 metros de alto por 12 de largo. Lamidas por el viento, su principal enemigo, hasta el 7 de enero. Las estructuras producen intensa emoción a quien las mira, hablan sin decir palabra, arrebatan por su detallismo. Aporte de serenidad en este mundo de prisas, subsisten mimadas a base de agua para mantenerse los más imperturbables posible, sin aditivos ni pegamentos que los ya expuestos. En un recinto donde no importa la confesión ni si amas o ignoras la Navidad, lo único imprescindible es un mínimo de sensibilidad para dejarse transportar a un espacio conceptual, a una representación mental capaz de agitar conciencias y turbar lógicas.
El Belén nació gracias al empeño de Miguel por reivindicar «la importancia de la cultura y el reconocimiento a los artistas canarios», también para acercar el arte a la gente, incluidos los menores, como le pasó a él de niño. «Cuando vi que de un poco de barro surgía una cara, me cambió la vida», asegura. Su hijo, Aday Rodríguez, dirige la sinfonía de imágenes labradas a partir de granos. Otra saga canaria formada Etual y Bentejuí Ojeda y Aarón Jiménez, expone su piel a los rigores del astro rey entre el elenco de creadores, junto a Paco Arana, afincado en Gran Canaria, y un listado de virtuosos internacional: Sue McGrew y Gresham Glover (EE UU), Fergus Mulvany (Irlanda), Kevin Crawford (Australia), Asheley Henning (Nueva Zelanda) y Johannes C. Hogenbrink y Michel deKok (Países Bajos). Con fines solidarios, además, pues las donaciones que el público concede (la entrada es gratis) y del merchandising se destinan a comedores sociales.
Cada año propone imágenes diferentes, esta vez tocan la Anunciación, el Buen Samaritano, oficios como el de pescador o carpintero... Nunca faltan el Nacimiento y los Reyes Magos. Y en 2024 los barrios de la capital se convierten en protagonistas, «queríamos destacar lo que significa vivir en un sitio donde los vecinos se ayudan», comenta Miguel. Además, incluyen homenaje a Jesús Arencibia, artista grancanario al que reinterpreta Etual, pionero del arte en arena, considerado por muchos el mejor arenista del mundo. «Dibujaba desde niño, en una ocasión hice una botella y mi madre, sorprendida, preguntó si era mía. Me asombré porque me prestó atención, algo complicado siendo ocho hermanos, así que supuse que debía ser bueno», narra con una sorna que nunca le falla.
A partir de ahí continuó la senda del arte. «Un día vi a un marroquí haciendo monigotes en la arena y aposté que podía mejorarlo. Las primeras veinticuatro horas gané 12.000 pesetas, por entonces medio sueldo, al mes ya era el tiple, pensé que igual se podía vivir de eso», añade. Sabe que la arena cede un arte efímero, «pero también la vida lo es, por eso no importa que las esculturas desaparezcan». Quedan inmortalizadas en fotografías y en la retina de quienes observan, incluso en un sello que Correos de España lanzó el pasado año con la Anunciación modelada por Mulvany en 2022, inspirada en el 'Ángel de las Dunas' de Pepe Dámaso. Curiosidades hay otras, por ejemplo que el rostro del niño Jesús pertenece en realidad a la hija de Aday, una cría salada como la olas que arruga la naricilla al sonreír. No es la primera que pasa por el pesebre, otros bebés de la familia han cedido sus rasgos.
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La oferta de la ciudad, más allá de playa, se puede completar con la visita a la Casa de Colón, donde no aseguran que el navegante estuviera (sí llegó a la isla), pero que aborda la especial relación entre Gran Canarias y aquel nuevo continente. Ubicada en Vegueta, dentro del casco histórico, fue primero Casa del Gobernador para cumplir después varias funciones, entre ellas albergar la Universidad Internacional Benito Pérez Galdós que, por si alguien todavía no lo sabe, también nació allí. De ahí que el vecino barrio de Triana cuente con Casa-Museo dedicada al inolvidable escritor de obras como 'Misericordia' o 'Fortunata y Jacinta'. También de Triana era el pintor de agitada vida y diestro trazo Juan de Miranda, cuyas obras expone ahora la Casa de Colón.
Cerca, vale la pena caminar hasta el Gabinete Literario, edificio que acogió el primer teatro de la ciudad, el Cairasco, en la plaza de idéntico nombre. Y acercarse hasta la bonita Biblioteca Insular mientras el paseante recuerda que de la isla salieron las plataneras y el azúcar hacia América, y no al revés como muchos piensan. Seguir hasta la modernista Casa de las Almenas, a una de cuyas moradoras dedicó el compositor Camille Saint-Saëns, amante de Tchaikovsky, su 'Valse Canariote'. Buscar la mole inacabada de la Catedral de Santa Ana, que vinculó sus destinos a los flujos económicos sufridos por la isla y los isleños. O descubrir el fantástico Hotel Santa Catalina, donde beber algo entre decoración navideña, aunque no tenga el turista la suerte de hospedarse. Para pisar el suelo que pisaron la escritora Agatha Christie, la cantante María Callas, la actriz Ava Gardner y, hace no mucho, el presidente chino Xi Jinping. Cotilleo final: cuentan que el actor Gregory Peck, aficionado al póquer y al whisky, rompió el piano de una de sus salas tras arrastrarlo por la calle. Se encontraba rodando 'Moby Dick', película, por cierto, que escogió como escenario la Playa de Las Canteras, sede del Belén protagonista de esta historia.
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