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EL CORREO
Miércoles, 15 de enero 2020
1
POR isabel urrutia
No es Bilbao una ciudad especialmente wagneriana. Pero un título como 'El holandés errante', que apenas dura 135 minutos, se disfruta con alegría. Tiene romanticismo, misterio y un trasfondo fantasmagórico. Se habla de Satán y un ángel divino, pero lo justo y necesario. Sin exagerar. El protagonista es un capitán blasfemo al que el maligno toma la palabra y obliga a navegar hasta el Juicio Final. Solo el amor incondicional de una mujer podrá redimirlo.
La ABAO apuesta por una obra maestra que está llamada a sacudir al público. Por fortuna, se dispone de un elenco curtido, liderado por Bryn Terfel en el rol del capitán maldito. Su figura no es omnipresente en el montaje del director de escena Guy Montavon. Más protagonismo tendrá el personaje de Senta (que asumirá la soprano alemana Manuela Uhl), pero el carisma de Terfel deja huella desde el primer momento. Es una estrella de renombre mundial. No se lo pierdan al timón de 'El holandés errante'. La música de Wagner parece hecha a su medida.
Hablamos de una ópera primeriza del compositor de Leipzig, que concilia el fervor germánico con el melodismo italiano y la pompa francesa. Un híbrido fascinante que se desata nada más empezar. Huele a sal y espuma de mar. La Orquesta Sinfónica de Bilbao, a las órdenes de Pedro Halffter, no desaprovechará la oportunidad de lucirse. Tiene que navegar por aguas turbulentas pero merece la pena. En 'El holandés errante' hay corrientes subterráneas que se entrelazan y fusionan. Son los inefables leitmotive (melodías vinculadas a personajes, objetos y circunstancias), que todos los aficionados asocian a Wagner. El compositor de Leipzig los utilizó hasta la extenuación en muchas de sus obras. En esta ópera tienen una presencia evidente pero discreta.
Cuándo Sábado 18 a las 19.00 horas; martes 21, viernes 24 y lunes 27 a las 19.30
2
POR teresa abajo
Miguel Delibes no se cansaba de ver 'Cinco horas con Mario', la primera adaptación teatral de una de sus novelas. Asistía a la función desde la última fila, el gallinero, los laterales del escenario... quizá no terminaba de creerse el éxito de público que, contra todo pronóstico, bendijo aquel monólogo estrenado en 1979, cuando se consideraba una fórmula maldita en el teatro comercial. Cuatro actrices rechazaron el papel antes de que Lola Herrera lo hiciera suyo. El autor llegó a decir que «debería ser eterna» para seguir interpretando el papel de Carmen Sotillo.
Ha pasado con ella toda una vida. Tras su estreno se mantuvo diez años en cartel, con interrupciones para abordar otros trabajos, emprendió una nueva gira en 2001 y otra en 2016, cuando se iba a cumplir el cincuenta aniversario de la publicación de la novela. Hoy, a los 84 años, Lola Herrera sigue encontrando nuevos matices en esa mujer retrógrada, de derechas de toda la vida, que se desahoga ante el féretro de su marido tras el velatorio. Con la sinceridad que les faltó a sus conversaciones de pareja, le cubre de reproches y dibuja el retrato de una época, la España de los 60, en la que las mujeres no tenían derechos. «Se le agolpa todo y dice muchos disparates», afirma la actriz. Su material de trabajo es el lenguaje de Delibes, de una frescura tan trabajada «como si estuviera en verso», y el plano «más sutil y profundo» de lo que no se dice.
A medida que descubrimos sus frustraciones, sus silencios, Carmen se muestra más humana. Nos reímos a veces, sentimos su amargura, entramos en la casa que habitaba con Mario. Ver a una gran actriz en el papel de su vida, del que ha aprendido «a pensar en muchas cosas», es un privilegio. Quizá ese sea el secreto de un viaje tan largo para ella y para la directora Josefina Molina, que debutó con este trabajo en el teatro profesional. Ya han hecho historia y siguen llenando las salas porque merece la pena verla y volver a verla, como haré yo tras su paso por el Serantes Kultur Aretoa en mayo del año pasado. En el Campos Elíseos hay cuatro funciones y la del sábado está ya casi agotada.
Cuándo Del 16 al 19 de enero a las 20.00 horas (el domingo, a las 19.00)
3
POR César Coca
El cuarteto Calidore y la oboísta Cristina Gómez Godoy están realizando una gira conjunta, lo que habla de la estabilidad de esta asociación, una garantía de un trabajo de calidad. Llegarán este jueves a la Filarmónica procedentes de Barcelona y mañana a primera hora saldrán para Salamanca, donde tienen otro concierto.
Este joven grupo aborda en la sala de la Filarmónica un repertorio que va de Mozart a Britten: un abanico temporal de 151 años que permite ir del clasicismo del salzburgués, aún a la mitad de su breve carrera, al británico, que escribió esta obra con solo 18 años, cuando se interesaba por la vanguardia más estricta. Estos dos extremos llevan el oboe en su plantilla. Pero en medio hay dos partituras estrictamente para cuarteto de cuerdas: ahí están Beethoven (con su casi juvenil Cuarteto Nº 4) y Grieg, poco conocido como compositor camerístico por estas latitudes. Un programa atípico por la combinación de lenguajes que se detiene en obras menos conocidas de sus muy célebres compositores.
Cuándo jueves 16 de enero a las 19.30 horas
4
POR Oskar Belategui
'La inocencia' arranca con la atmósfera hedonista y veraniega de un pueblo del Levante en fiestas: la tarde en la piscina, los toros embolados, las vecinas tomando el fresco, la discoteca, los coches con altavoces atronando, las drogas... Estamos en Traiguera, el pueblo castellonés en el que creció la directora Lucía Alemany, que a sus 34 años ha echado la vista atrás para recuperar el sentimiento de desazón y ahogo que experimenta la adolescente protagonista.
Lis (Carmen Arrufat) tiene 15 años y se ha enrollado con el malote guaperas que trapichea y conduce un BMW. Su sueño es estudiar circo, pero para eso tiene que irse a vivir a Barcelona y convencer a un padre autoritario (amenazador Sergi López) y a una madre pusilánime (Laia Marull). A Lis ya la señalaban en el pueblo por fresca y rebelde, pero cuando se queda embarazada los acontecimientos se precipitan. Alemany, al igual que su personaje, también se quedó embarazada de adolescente y abortó. Pero 'La inocencia' no es tanto un drama sobre el aborto, una opción que se contempla sin juicios morales (la protagonista tiene clarísimo que no quiere renunciar a matricularse en una escuela de circo), sino sobre el choque entre padres e hijos y lo asfixiante que puede llegar a ser la vida en un pueblo.
Por algo la directora muestra a su heroína colgada de un columpio, contemplando boca abajo, del revés, el sitio donde ha nacido. 'La inocencia' es una ópera prima poco original, pero rezuma verdad y toca muchos temas: la adolescencia, la familia, la amistad, la presión de las redes sociales y hasta las pseudoterapias mediante el personaje de la madre naturista de la amiga, la más sensata del pueblo. La nominación al Goya a mejor actriz revelación de Carmen Arrufat (el filme también aspira a la estatuilla a mejor canción) recompensa el descaro y la fragilidad de esta castellonense de 17 años.
5
POR ELENA SIERRA
Blanca Li y Jon Maya. Dos maneras de entender la danza -o la creación, vamos a decirlo así, para que quepan más cosas- que parten, aunque parezcan de planetas distintos, de un punto parecido. Lo suyo es atreverse, mezclar, nutrir algo con otro algo, o con varios. Y estos días podemos verlo en varios escenarios. Blanca Li, que empezó como gimnasta, estudió en Nueva York en la insigne escuela Martha Graham y creo muy pronto su propia compañía de danza contemporánea, llega el viernes al Teatro Arriaga y repite el sábado. El espectáculo se llama 'Solstice' y es una celebración de la naturaleza, de su fuerza y de su fragilidad, de lo bello y lo terrible de eso en lo que vivimos inmersos (que somos) y está tan amenazado.
En Basauri, el sábado, quien se presenta en escena es Jon Maya. Kukai, sí, pero en este caso el propio creador Jon Maya. Y es que en 'Gauekoak', además de hacer todo lo demás que hace normalmente, baila. Suelen ser otros bailarines los que representan sus ideas y las de coreógrafos contemporáneos que se atreven a utilizar de base la danza tradicional vasca para llevarla a otro lugar, pero esta vez se encarga él mismo. Y es que la pieza es, digamos, un repaso a casi veinte años de vida de la compañía, a sus miedos y pensamientos más ocultos, de ahí la referencia a lo que habita la noche del título del espectáculo. Firman las coreos colegas colaboradores de estas casi dos décadas como Cesc Gelabert, Sharon Fridman e Israel Galván. Hay más grandes nombres aquí: toca Izaro y las letras son de Joseba Sarrionaindia y Carmelo Iribarren.
Para ver a Kukai sin Maya en escena hay que trasladarse a Getxo, también el sábado (y los diez euros que cuesta la entrada son un buen aliciente). En Muxikebarri podrá verse 'Oskara', que es el resultado de la fusión entre el universo de Maya y el de Marcos Moreau, el director del colectivo La Veronal -que ya es una fusión de universos: cine, danza, literatura, fotografía-. El contraste entre la raíz más popular y la expresión más vanguardista alcanza su máximo nivel.
Cuándo Viernes y sábado a las 19.30 horas
Cuándo Sábado a las 20.30 horas
Cuándo Domingo a las 19.00 horas
6
POR IÑAKI ESTEBAN
Sus cuadros de romerías vascas y el retrato colectivo del Athletic en 1915 figuran como las obras que a bote pronto se asocian al artista José Arrue (Bilbao, 1885-Llodio, 1977). En ellos ya evidencia su afinidad con el arte popular y su reelaboración modernista. Los trazos de sus personajes le arriman al cómic y de hecho entre 1926 y 1931 colaboró en periódicos de Madrid como 'El Sol', 'Crisol' y 'El Liberal' dibujando historietas.
El Museo Vasco-Euskal Museoa de Bilbao recupera esta faceta del creador bilbaíno relacionada con la entonces incipiente y bulliciosa cultura de masas. Comisariada por Arantxa Pereda y Sonia Rueda, 'José Arrue, transmisor de la cultura popular' cuenta con material inédito aportado por la familia del pintor y reúne abanicos, librillos de papel de liar, vajilla, jarras y cajas de latón, como las de galletas Artiach, entre otros objetos. La muestra hace especial énfasis en las calcomanías policromadas de la vajilla la casa Ibero Tanagra S.A. de Santander, protagonizadas por las escenas costumbristas de personajes de tres generaciones de la misma familia.
La exposición forma parte de un proyecto más amplio, titulado 'José Arrue barrutik', que se expande por distintas sedes. Hasta el 28 de junio, el Euskal Herria Museoa de Gernika aborda el tratamiento del imaginario vasco por parte del artista a través de paisajes, personajes arquetípicos y costumbres plasmados en cuadros, dibujos, ilustraciones, murales, carteles y cerámicas, con el motivo de la romería como el más significativo.
En el Arrantzaleen Museoa de Bermeo, la exposición 'José Arrue y el mar' -hasta el 19 de abril- recoge los paisajes de la costa vasca que disfrutaba el creador junto a su gran amigo y compañero en la Asociación de Artistas Vascos, Antonio Guezala. Juntos pasearon por San Juan de Gaztelugatxe durante sus vacaciones de verano. Otros enclaves costeros como Bakio, Bermeo y Sopela también se convirtieron junto a sus habitantes en inspiración para su pintura.
«Los paisajes de José Arrue son solitarios, cargados de espiritualidad, y también animados, repletos de figuras, prueba de vitalidad y realismo. Simultáneamente, y con gran interés por lo real y concreto, pinta descriptivos retratos de pescadores y mujeres del mar, sorprendentes por su detallismo y cercanía», resaltan las comisarias.
Cuándo Hasta finales de febrero
Cuándo Hasta el 28 junio
Cuándo Hasta el 19 abril
7
Ver fotos
Por Gerardo Elorriaga
La solidaridad es una práctica habitual en el mundo de la plástica. Los artistas se suelen sumar a diversas causas aportando su trabajo y la exposición 'Encontrarte' supone el último ejemplo de dicho compromiso. En esta ocasión, veinticuatro artistas han aportado su interpretación del fenómeno de los bebés robados para impulsar una muestra con un componente social. El objetivo de la muestra impulsada por Nistal Mayorga, pintora y afectada por el problema, es sensibilizar sobre una cuestión extraordinariamente compleja y aún prácticamente desconocida para la opinión pública.
La cita demanda justicia y también dar a conocer sus características a través de coloquios y visitas guiadas. Además, el proyecto quiere crecer en su propósito y conseguir una itinerancia por toda España. Los espectadores tienen la posibilidad de disfrutar de una muestra colectiva de pintura figurativa, circunstancia que tampoco es habitual en el panorama local. El estilo de los participantes es diverso y varía desde el dramatismo más naturalista hasta formas mucho más simbólicas.
La iniciativa ha tenido tanto éxito en el ámbito cultural que también se han adherido músicos y poetas, que han cedido obras para editar un poemario. Cualquier día puede ser interesante para acercarnos hasta 'Encontrarte', abierta en la Sala Abando, pero sugiero el día de la clausura como uno de los más atractivos porque la contemplación de las piezas se acompañará de un recital lírico.
Cuándo Hasta el 31 de enero
8
POR César Coca
Un programa de música enteramente rusa siempre es una experiencia de carácter, intensidad y juego de contrastes. Prokofiev y Shostakovich son los dos grandes compositores soviéticos. Diferentes en tantas cosas, empezando por su música y terminando por sus ideas políticas, pero igualados en una fundamental: fueron mimados y vigilados por el Gobierno soviético, como si se tratara de una ducha escocesa. Un día los premiaban con las más altas distinciones y al siguiente los amenazaban con enviarlos a Siberia.
Su música recoge todo eso: el drama, el sarcasmo, el humor negro, la pasión, la rebeldía y la resignación, el entusiasmo y la derrota, el heroísmo y la depresión. Los compositores rusos tienden a ser muy biográficos en sus obras (humanos, demasiado humanos, que diría Nietzsche) y Shostakovich y Prokofiev no son una excepción. El concierto de la Filarmónica reúne a dos debutantes en su sala, el violinista Sergei Dogadin y el pianista Evgeny Sinaiski, en tres obras de estos compositores soviéticos de las que no dejan a nadie indiferente. ¿Sabían que en plena paranoia sobre posibles atentados u operaciones contra Stalin y su camarilla se llegó a hablar de una 'conspiración de compositores'? ¿Qué podían hacer con sus creaciones? Quizá en este concierto hallen una respuesta.
Cuándo Martes 21 de enero a las 19.30
9
POR teresa abajo
Las obras de la compañía Titzina, formada por Diego Lorca y Pako Merino, son siempre de largo recorrido. Para escribir 'La zanja', que se representa en Pabellón 6 del 16 al 19 de enero, pasaron un mes en Perú a 4.000 metros de altura, donde se desarrolla la actividad minera que es una de las principales fuentes de ingresos del país. Los protagonistas de la obra son el ingeniero de una multinacional que busca oro y el alcalde de una pequeña población rural que aspira a salir de su abandono. Pero, como ocurre siempre con los trabajos de esta compañía en sus cerca de veinte años de trayectoria, hay varios niveles.
El encuentro se desarrolla en Cajamarca, el mismo lugar donde hace 500 años Pizarro capturó a Atahualpa, el último emperador inca. Los autores, que también dan vida a distintos personajes, establecen paralelismos entre los conquistadores y las multinacionales, sus estrategias y sus ventajas a la hora de tratar con la población. No lo hacen de oídas. Han convivido con las comunidades locales, con los mineros y con los ingenieros que cada fin de semana cogen un avión para volver a Lima, con las asociaciones defensoras de la naturaleza. Muestran el cambio del paisaje y de las relaciones sociales con la profundidad y el compromiso que es marca de la casa, a través de una trama que da saltos temporales apoyándose en cuidados juegos de luces. Cada vez que se embarcan en un proyecto le dedican tres o cuatro años entre el proceso de la investigación y la gira, y Bilbao es una de las últimas plazas.
Cuándo Del 16 al 19 de enero (jueves y viernes a las 20.00 horas, sábado a las 19.30 y domingo a las 19.00)
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