Nueve espacios para 'cazar' pájaros al vuelo
Euskadi es rica en parajes acondicionados para observar a las aves que descansan en sus largas emigraciones y el otoño, la estación idónea para introducirse en la ornitología para aficionados
Viene un otoño de migraciones, perfecto para aficionados a espiar pájaros que toman setos y matorrales con el objetivo de curiosear. Afirman quienes saben de esto que de las 563 especies de aves observables en España, 347 se han visto en Euskadi. Concretando más, de aquellas 563, el 45% capean el temporal en estuarios como Urdaibai o Txingudi. Es momento, pues, de coger los prismáticos y salir a mirar, varios puntos destacan en nuestra geografía. El Parque Natural de Izki acoge una de las mejores poblaciones ibéricas en número y estado de conservación de un poco usual pájaro carpintero: el pico mediano.
Ornitología (Euskadi)
Alimoches y buitres leonados adoran nuestras cumbres, por eso en estas tierras se encuentran sus mejores colonias de España y Europa. Las aves sienten que esta es su casa, disfrutan de tres zonas bioclimáticas en menos de 50 kilómetros: Cantábrica, Subcantábrica y Mediterránea. Es tiempo de observar y fotografiar.
Urdaibai (Bizkaia)
Reino del río Oca. Emperador de los humedales vascos. Spa para aves migratorias. Si no las vieras –las verás–, el enclave en sí merece visita, acogido entre acantilados, montañas y playas. Dentro encontrarás encinares cantábricos y paisaje de campiña en zonas llanas. Aseguran los expertos que el Cabo Matxitxako es el mejor lugar del País Vasco para observar aves marinas y cetáceos y que el Urdaibai Bird Center ayuda en la labor de identificar a las primeras desde sus modernas instalaciones acristaladas. Reserva de la Biosfera por la UNESCO, prados húmedos, carrizales y zonas intermareales ofrecen colchón a seres alados camino de la zona atlántica europea. Especies de limícolas, espátulas, ánsares y águilas pescadoras. En épocas frías se convierte en refugio. Roquero solitario, cormorán moñudo, garceta común y paíño europeo buscan los acantilados e islotes.
Salburua (Álava)
Varias lagunas se hermanan aquí, justo a las puertas de Vitoria. Hay muchas sendas y suficientes observatorios que facilitan a los visitantes acercarse al universo de las aves. Superficies de agua restauradas, embellecidas para el disfrute. Rodeadas de prados húmedos que hacen guardia. Acompañadas de choperas y un pequeño robledal por el que vagan apaciblemente rebaños de ciervos. Han sido muchos también los vecinos de los alrededores que se acercan a pasar unas horas en este entorno, a ellos se suman los atraídos desde más lejos. Todos quieren admirar aves acuáticas, anátidas, limícolas y zancudas. De paso, también seres de cuatro patas como la población de ciervos mantenidos en semilibertad que ayuda a mantener la vegetación natural de las tierras recorridas.
Embalse de Ullíbarri-Gamboa (Álava)
Muy cerca de Vitoria espera una zona húmeda perfecta para la ornitología. Que el origen de este embalse sea artificial no parece preocupar a las aves. Al vigilarlas desde las orillas te darás cuenta de que disfrutan del entorno tanto como si lo hubiese parido la madre naturaleza. Puedes recorrer la ruta verde perimetral de 45 kilómetros. Muévete hacia el sur donde aguardan ensenadas de aguas someras pobladas de vegetación acuática. Allí crían fochas y somormujos. Se emparejan zampullines o azulones. Aparecen garzas imperiales, ánades frisos y cucharas comunes. Durante las migraciones y en invierno el humedal funciona como supermercado de anátidas, limícolas y zancudas. Lugar ideal para la visita: el Parque Ornitológico de Mendixur, con dos senderos para acceder a observatorios.
Lagunas de Laguardia (Álava)
Hay cuatro y son perfectas para observar aves: Prao de la Paúl, Carralogroño, Carravalseca y Musco. Tres son naturales, de carácter salino, visitadas por azulones, fochas, zampullines, somormujos, rascones y aguiluchos laguneros que van allí a reproducirse, mientras martinetes y garzas reales e imperiales se asientan en su carrizal. Las usan como hotel de paso especies de anátidas y limícolas, incluso el avetoro se deja ver. Tienen buen gusto, adoran el paisaje de viñedos, los rodales de almendros. Llegan hasta allí los aficionados en busca del matorral mediterráneo, hogar de la collalba rubia, la terrera común o el abejaruco. Puedes recorrer sus senderos, subir a puntos de observación para esperar con paciencia con una senda autoguiada.
Parque Natural de Izki (Álava)
Son muchos los bosques que alberga esta extensión de 9.143 hectáreas, extendida en la Montaña Alavesa. Crecen sobre terrenos arenosos que conforman la cuenca del río y destaca, por su relevancia a nivel europeo, el de roble marojo. Montes, barrancos y roquedos calizos suman superficie al espacio. También pequeñas zonas húmedas, charcas y turberas. El rey del espectáculo aéreo es el pico mediano, aunque no se deja ver con facilidad. Príncipes de esta monarquía natural resultan el buitre leonado o el águila real, más dispuestos a las cámaras. Declarado Zona de Especial Protección para las Aves, el parque de Izki se ha convertido en destino obligado para amantes del birding.
Sierra Salvada (Álava)
Hayedos, quejigales y pinares de pino silvestre visten con un hermoso manto verde las laderas de esta Zona de Especial Protección para las Aves. Allí viven el alcaudón dorsirrojo y el torcecuello. Más arriba, en cambio, se extiende una altiplanicie de pastizales y brezales poblados por escribanos cerillos y bisbitas alpinos. Y en lo alto, sobre los grandes farallones calizos que ponen tope a la sierra, encima de la pared casi continua de 25 kilómetros, construyen sus nidos aves rupícolas como el alimoche común, el buitre leonado, el halcón peregrino, las chovas piquigualda y piquirroja, el vencejo real, el roquero rojo, el acentor alpino… Mejor punto de observación de la zona: el mirador del salto del Nervión. Dejar que el viento mueva las plumas sobre la cascada de más de 200 metros debe dar un gusto de vértigo.
Sierras Meridionales de Álava
Forman parte de la Red Natura 2000 y del paisaje que el río Ebro vigila mientras fluye a través de su cauce. La zona pasa lista a las sierras de Toloño, Cantabria y Codés, sus cimas levantan un particular muro de Berlín entre el clima mediterráneo y el atlántico. Allí viven, como buenos vecinos, comunidades biológicas de naturaleza muy diversa, unas inclinadas al fresquito, otras a las temperaturas suaves. En la parte umbría, hayedos y quejigales protegen a abejeros europeos y carboneros palustres. En la sur, encinares y matorral esclerófilo gustan a rapaces rupícolas. Por eso resuenan en el vecindario nombres como buitres leonados, alimoches, búhos y águila reales y chovas piquirrojas, denominaciones como vencejo real y el roquero rojo, amantes de la piedra.
Valderejo (Álava)
Una amplia depresión rodeada de escarpes rocosos constriñe este paraje de preciosas visitas en el extremo occidental alavés. Parque Natural con 3.496 de hectáreas, el río Purón horada su profundo desfiladero. Lo ha hecho a lo largo de los siglos y casi todo ese tiempo las aves fueron testigos de este modelaje natural que tiene en el Recuenco (1.240 m.) la cima más alta. Estrellas del entorno son las rupícolas, buitres leonados, alimoches, águilas reales, halcones peregrinos, vencejos reales, chovas piquigualda y la piquirroja. Existen caminos para recorrer la mayor parte del parque, rutas desde las que descubrir a estos ansiados amigos entre bosques, en las riberas, los pastizales y a lo largo y ancho de la montaña.
Txingudi (Gipuzkoa)
El número de aves migratorias es grande en las marismas de Txingudi, que han sido reconocidas como Zona de Especial Protección para las Aves y Lugar de Importancia Comunitaria. Están también dentro de la lista Ramsar de Humedales de Importancia Internacional, así que títulos no le faltan a este espacio dotado de itinerarios y observatorios. La desembocadura del Bidasoa lo invade todo, entre las últimas estribaciones del Pirineo y el Golfo de Bizkaia. Hendaia, Irun y Hondarribia comparten bahía. Aves continentales pasan por allí evitando la cordillera, mientras que otras, las marinas, viajan guiadas por los acantilados de la costa. Las especies acuáticas aprovechan también el litoral y la listas es larga: serreta mediana, colimbo grande, espátula común, chorlitejo chico, correlimos oscuro, correlimos gordo, correlimos tridáctilo, gaviota cabecinegra y atlántica...
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