Atxarte, territorio de rapaces y escaladores

Nos gusta el Parque Natural de Urkiola. Está cerca. Es fácilmente accesible. Plantea diversos recorridos para hacer con la familia o los amigos; para caminar a solas si lo que quieres es aislarte del ruido habitual y del emocional. Nos gusta que agrupe las tierras más altas de la Sierra de Aramotz. Que levante una barrera caliza entre los valles vizcaínos del Duranguesado y Arratia y el alavés de Aramaio. Que sirva de frontera entre las cuencas cantábrica y mediterránea. Resumiendo, atraen sus rocas, su vegetación y posibilidades.

Somos felices al creer que desde el cielo, sobre nuestras cabezas, vigila el buitre leonado. Que alimoches, halcones peregrinos, acentores alpinos y roqueros rojos extienden sus alas elegantemente, magníficos. Impresiona pensar que rapaces como azores, gavilanes o abejeros europeos buscan sus presas. Porque el mundo natural se rige según reglas propias, a veces crueles, instintivas al fin y al cabo, donde todo tiene un orden y forma parte de una cadena, verdugos y víctimas, cazadores y cazados.

Y como nos atrae tanto el lugar, decidimos acercarnos hasta Abadiño para cubrir la ruta circular Atxarte-Txakurzulo-Atxarte. Entre laderas pedregosas de aspecto seco, tiesas como institutrices, dispuestas como ellas a enseñarnos una lección: ¡respeta la naturaleza! Serán siete kilómetros los de esta clase, paso a paso, metro a metro. 300 metros de desnivel, un paseo de tres horas e intensidad entre baja y media.

Aparca el coche justo después de las antiguas canteras de Atxarte, destino obligado para los escaladores. Allí esperan la ermita del Santo Cristo y los restos del antiguo molino de Larringan, para empezar a hacer hambre. Algo más arriba atravesarás el río sobre un bonito puente de piedra y subirás por el antiguo camino que conducía hasta Urkiola. Fíjate en los restos de calzada junto a la pasarela, al final del ascenso hay más. Recuerdan la importancia de este recorrido antaño. Pasará una media hora hacia arriba, hasta llegar al caserío SantiGaztelu, situado al lado de la carretera que conecta Mañaria y el alto de Urkiola.

Dicen quienes pasean habitualmente por la zona que el cercano monte Untzillatx regala una preciosa imagen del caserío Gatzaieta. En este punto, elige el sendero de subida por la izquierda, en dirección al caserío Txakurzulo. Es el fin de la cuesta arriba. A partir de ahí podrías llegar en solo veinte minutos al puerto de Urkiola siempre que eligieras la senda hacia arriba, pero nosotros decidimos llanear, así que toma la pista forestal ancha que se interna por la falda norte del Urkiolagirre.

Llegan las vistas de escándalo, montañas de postal. Eskuagatx, Leungana, Mugarra, Untzillatx, Astxiki y Alluitz. Continúa y accederás por la pista a una plantación de cipreses, primero, de hayedos, después. ¿Qué más vas a toparte? Arroyos que fluyen alegres desde las laderas del Urkiolagirre, salpicados por cascadas.

Precisamente, al llegar a la de Mendiola la pista gira a la izquierda y desciende por la otra cara del valle te despides de la cresta del Alluitz a tu derecha. Sigue por la pista hacia el fondo del valle. Verás el caserío Intxaurralde y el de Olaetxe, que debes dejar a la izquierda. Con la presencia de las paredes del Astxiki y del Untxillatx magnífica entre el paisaje, el lugar despide al senderista regresado ya al punto de partida.