Besaide, la cima de las tres mugas
El punto donde confluyen las tres provincias vascas es una cima accesible desde varias rutas sin demasiado esfuerzo
Quien firma estas líneas tiene un recuerdo imborrable de la primera vez que pisó la cima de Besaide, cuando no era más que un niño aficionado a subir montes y, cuanto más complicados fueran, mejor. Y no porque la ascensión a esta colina resultara trabajosa, pues con sus 564 metros de altura es una tachuela al lado de las cumbres que la rodean: el mítico Anboto (1.331) y el orgulloso Udalatx (1.119), la pirámide rocosa aislada y desafiante a cuya sombra han crecido Elorrio, Aramaio y Arrasate. La emoción, el asombro, surgieron cuando alguno de los adultos que guiaba la excursión primero al Udalatx y luego a Besaide nos explicó que allí se juntaban las mugas de Bizkaia, Álava y Gipuzkoa. Entonces, como hoy, no entendía bien de fronteras ni de divisorias.
Dos esculturas adornan ahora ese punto. En la cima se encuentra la obra de homenaje al montañero desaparecido (obra del arquitecto Luis Pueyo), construida tras el fallecimiento de varios mendigoizales en los Alpes tras ser sorprendidos por una tempestad en 1953. Y bajando unos peldaños se llega a Fuente de Vida, la pieza diseñada por el artista japonés Yoshin Ogata, instalada en 1990.
Tres senderos unen Elorrio y Atxondo con Besaide y hay una ruta desde Aramaio, aunque esta última requiere un mayor esfuerzo, no mucho. La vía alavesa (unos 10 kilómetros) parte de Ibarra, el principal núcleo de Aramaio; encontraremos un cartel indicador entre el ayuntamiento y la ermita de San Sebastián. El sendero avanza hacia el collado Larrabil y lleva al caminante sin pérdida hacia Besaide.
El barrio de las minas
El sendero de Arrazola (el viejo barrio minero de Atxondo) es sin duda el más grato para la familia, pues arranca en el punto donde partía el tren sobre cuyo trazado se habilitó una vía verde, con sus vagonetas y su pasado. Desde ahí parte el camino flanqueado por árboles a cuyos lados encontraremos las bocas de algunas explotaciones mineras. En poco más de una hora se alcanza la cima.
La caminata desde Elorrio arranca en la rotonda superior de la carretera de circunvalación, que conduce al polígono industrial. Allí mismo se encuentra la pista de cemento y el indicador de Besaide, que nos dirige hacia el Udalatx antes de que un cruce nos desvíe hacia nuestro objetivo. Son unas tres horas de esfuerzo (ida y vuelta) y, como en las opciones anteriores, las vistas recompensarán cualquier esfuerzo.
La tercera alternativa vizcaína parte del alto de Kanpazar, que une Elorrio y Arrasate, junto al área recreativa, e invita a un paseo de unos 10 kilómetros. En la zona de ocio encontraremos la baliza de madera que señala el camino, en el que disfrutaremos de tramos boscoso con hayas y alerces y puntos despejados abiertos a las cimas emblemáticas del Duranguesado y a los valles del entorno. Tras una hora de paseo, el sendero se adentra en un denso encinar antes de llegar a la ermita de Santa Lucía con un refugio abierto, por si las inclemencias. De vuelta a la pista principal llegaremos sin demasiado esfuerzo hasta Besaide.
En territorio del Dragón
Conocemos bien ya los encantos y riquezas de Aramaio y Elorrio, mencionados alguna vez en estas páginas de GPS, de modo que merece la pena pasarse por Arrasate y conocer su casco antiguo, un despliegue de palacios señoriales que hablan de un pueblo rico desde la Edad Media. Estamos en el territorio del dragón, animal mitológico al que se atribuye el nombre castellano de la localidad, aunque ahora llaman más la atención los densos polígonos industriales que la rodean. Pero en sus calles centrales deslumbran edificios como el Ayuntamiento, de estilo barroco y en cuyos soportales quedan aún las marcas de las medidas más comunes en un mercado, las galerías de madera del palacio Andikano, la iglesia gótica de San Juan Bautista, las antiguas puertas o las mansiones de los Oquendo, los Báñez Artazubiaga, los Otalora y los Monterrón.