Una ascensión legendaria por torturar a Eddy Merckx

Para ello tuvieron que combinarse dos factores extraordinarios. El primero, el arrojo y la capacidad de Luis Ocaña cuando la carretera se ponía cuesta arriba. El otro, ya se intuye, es la propia pendiente de una carretera que asciende por un cortado en una fabulosa sucesión de horquillas. Pocos puertos hay con un trazado más bonito sobre un mapa. Si uno ve imágenes de esa Vuelta ciclista a España de 1973 podrá darse cuenta de que la carretera apenas ha cambiado en medio siglo.

La subida parte de Orduña, la única población de Bizkaia que ostenta el título de ciudad, concedido por los Reyes Católicos. Puede llegarse a ella en tren si se quieren reservar todas las fuerzas para el puerto. Porque si partimos de Bilbao, lo normal es que por el camino hayamos pasado por Izoria y Belandia, dos altos de cierta entidad, pero que nos permiten huir de la demasiado general carretera que une Artziniega y Amurrio.

En bici

• Distancia 8 km.

• Altitud máxima 902 metros.

• Desnivel 606 m+.

• Pendiente media 7,6%

Llegar a la cima implica superar 600 metros de desnivel en ocho kilómetros. El porcentaje medio es engañoso, porque hay que descontar los 700 últimos metros, ya una fácil subida hasta el cartel que indica el paso a Burgos y los 900 metros de altitud. Habremos superado una docena de curvas de herradura que nos harán sentir como en el Alpe d'Huez.

Antes de coronar el puerto dejaremos a la izquierda el mirador de los músicos, que se asoma al cortado y recuerda el accidente que sufrió el microbús de la Orquesta Compostela, que cayó por el precipicio en 1962. Fallecieron cuatro de sus integrantes. Por eso mismo es curva también se conoce como curva de los gallegos. Nosotros, si bajamos por el mismo sitio, extremaremos las precauciones, pero pararemos, eso sí, a disfrutar de uno de los mejores miradores del cantábrico.